Tegucigalpa, Honduras.- Como uno de los países de América Latina donde las mujeres han logrado mayor participación en altos cargos ejecutivos se destacará Honduras al concluir el 2024.
Alrededor del 28% de las empresas hondureñas cuenta con mujeres en los cargos de gerente, director u otro nivel directivo, coinciden tanto el Banco Mundial (BM) como el Foro Económico Mundial (WEF).
Aunque es uno de los más altos del continente, este porcentaje sigue siendo bajo comparado con el de Tailandia (64.80%) o Mongolia (38.90%).
Pero en la región, la empresa privada de Honduras tiene más mujeres en los altos cargos que la de Guatemala (18.50%), El Salvador (25.60%), Nicaragua (27%), Colombia (18.9%), Argentina (8%), Uruguay (10.60%), Perú (19.90%) y otros países con economías más desarrolladas.
Este y otros factores le permiten a Honduras estar en la posición 59 (entre 146 países) en el Índice global de brecha de género 2024, el que es parte del informe del organismo internacional.
Este instrumento analiza así como evalúa la participación económica y oportunidad, nivel educativo, salud, supervivencia hasta empoderamiento político de las mujeres.
La sociedad hondureña ha dado pasos significativos para integrar a la mujer y reducir la brecha frente a los hombres, ya que en 2006 la primera vez que el Foro Económico Mundial publicó el Índice de brecha de género, el país se ubicó en la posición 74 entre 115 países.
Desde entonces ha avanzando hasta lograr la posición 53 el año pasado.
Opiniones y posturas
Mujeres que laboran en organizaciones empresariales, entrevistadas por EL HERALDO piensan que Honduras (con una fuerza laboral liderada por los hombres, 1.86 millones, frente a las mujeres, 1.41 millones) aún debe redoblar esfuerzos para que el género femenino equipare los ingresos obteniendo por el género masculino en todos los niveles económicos.
La presidenta de la Cámara de Comercio e Industrias de Tocoa, Eggla Sosa, considera que para las mujeres no ha sido fácil ganar espacios en la vida económica y política del país pues para ocuparlos han tenido que romper paradigmas y patrones culturales.
“En casa nos preparan para ser esposas, madres y la persona de servicio en el hogar o cuando mucho, para empeladas de mediana categoría. Muy rara vez, a las niñas se nos enseña a ser líderes. Cuando en una familia, el primogénito nace niña, el segundo hijo es varón, es a éste a quien le dan el liderazgo dejándole claro a esa generación que es el sexo masculino el que debe estar por encima de las féminas. Así, cuando llegan a la edad adulta, ya hay un patrón establecido”, explica.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), por cada 100 hombres que participan en el mercado laboral, solamente lo hacen 48 mujeres. Y por cada $10 que gana un hombre, una mujer capta menos de $7.7 si tiene entre 35 y 44 años, o $9.8 entre 25 y 34 años y sobrepasa los $12.5 si la trabajadora se encuentra entre los 15 y 24 años de edad.
En mayo de este año, la Secretaría del Trabajo aprobó el Protocolo de Inspección del Trabajo: Discriminación de género en el empleo y la ocupación (Acuerdo No. SETRASS-160-2024) con el objetivo de reducir la brecha salarial de género, la discriminación y el acoso sexual hacia la mujer.
Notables avances
Dina Núñez, presidenta y Fundadora de la Asociación de Mujeres Empresarias y Empoderadas de Honduras (AMEEH) y cofundadora de Impact Hub Honduras, manifestó que “Honduras ha avanzado notablemente, sin embargo, necesita dar otros pasos para que la mujer logre una mayor inclusión”.
“A pesar de los avances en la inclusión de las mujeres en el ámbito profesional, persisten limitaciones que afectan su acceso a altos cargos en empresas”, agregó
Plantea que estas barreras pueden entenderse desde diferentes perspectivas, como lo roles de género y expectativas culturales. Las normas culturales en Honduras, como en muchos otros países, han asignado roles tradicionales a las mujeres que las sitúan en ámbitos de cuidado y responsabilidad familiar.
“Esto crea un entorno en el que se espera que las mujeres prioricen sus deberes domésticos, lo cual complica su participación en cargos que exigen una dedicación de tiempo significativa”, indicó Núñez, quien en los últimos días participó en Belice en el Noveno Foro de Mujeres de Centroamérica y República Dominicana.
Aseguró que a la vez que existe una “brecha en educación y formación a pesar de que aunque cada vez más mujeres están accediendo a la educación superior, persiste una falta de programas de mentoría y capacitación que impulsen su desarrollo en habilidades de liderazgo, dirección y toma de decisiones. Esta brecha de habilidades limita sus posibilidades de ser consideradas para posiciones ejecutivas y de dirección”.
La también presidenta de la Asociación de Hoteles Preciosos de Honduras (HOPEH) sostiene que el sector privado aún tiene un margen para mejorar creando políticas de conciliación laboral y familiar.
“En muchos casos, las empresas no cuentan con políticas adecuadas para conciliar la vida laboral y familiar, como horarios flexibles, licencias de maternidad extendidas o apoyo para el cuidado infantil. Dado que las mujeres suelen asumir una mayor parte de las responsabilidades familiares, estas políticas limitadas dificultan su ascenso y permanencia en roles ejecutivos”, afirmó.
Por ahora, las mujeres hondureñas se convierten mayoritariamente en profesionales de la educación, salud, negocios y leyes, y dejan que los hombres egresen de carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y comunicaciones, de acuerdo con estudios del WEF.
La coordinadora general de la Asociación de Apoyo Mutuo entre Mujeres Honduras (Apomuh), Zoila Lagos, reiteró que las instituciones del Estado y organizaciones que defienden los derechos de las mujeres deben intensificar las “campañas para concienciar a la población con el fin de reducir la brecha de género”.
“Hay que promover más las oportunidades de formación para las mujeres y también visibilizar las capacidades que todas las mujeres tenemos. Muchas veces ni nosotras mismas conocemos las capacidades que tenemos”, enfatizó.