Tegucigalpa, Honduras
La actual escalada en el precio del barril del petróleo y sus derivados tiene en incertidumbre al sector económico del país.
Todavía no está previsto cuál será el impacto en la inflación, el consumo y, por ende, en el crecimiento económico, aunque claramente lo condiciona, analizan economistas. Esto tomando en cuenta que Honduras es 100% importador de los derivados de petróleo.
El Banco Central de Honduras (BCH) mantiene la proyección de que el barril del petróleo se situará en 63 dólares en promedio, un aumento de 23.5% respecto al registrado en 2017, cuando se situó en 51 dólares.
Sin embargo, la decisión de Donald Trump, presidente de Estados Unidos, de retirar a su país del acuerdo nuclear con Irán, ha generado un ascenso continuo en el precio del barril hasta fluctuar entre 70 y 75 dólares.
En ese sentido, el presidente del BCH, Wilfredo Cerrato, explicó que el informe Panorama Económico Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI) todavía no ha modificado el precio a futuro.
“Hay que evaluar, dependiendo del nuevo precio promedio estimado para lo que resta del año. Lo vamos a monitorear día a día”, indicó Cerrato.
El costo de la factura petrolera subió 20% en 2017, al pasar de 1,171 a 1,402 millones de dólares.
Para este año pese a las alzas, la factura petrolera ha sido menor, al menos en el primer bimestre del año.
Lo anterior se explica porque Honduras está importando menos carburantes, principalmente por una mayor generación de energía con fuentes renovables.
¿Es temporal?
Los precios actuales, en los que la gasolina superior ronda los 100 lempiras, ya los hemos tenido en el pasado y es una situación con la que los hondureños deben vivir, según Manuel Bautista, expresidente del BCH.
“El efecto depende del nivel de aumento, siempre al aumentar los precios la demanda cae y cae la producción, por lo que tenemos menor crecimiento económico”, manifestó Bautista, al tiempo de considerar que la situación de alzas puede ser temporal, lo que atenuaría el impacto.
Por su parte, el economista Claudio Salgado es del criterio de que el beneficio de los bajos precios llegó a su fin y el mayor impacto lo recibirá la industria nacional.
“De los insumos representa el de mayor carga, de mayor peso, porque eleva también el costo de la energía y por esa vía se va a incrementar la inflación”, puntualizó.