TEGUCIGALPA, HONDURAS. - Las aduanas terrestres de Honduras, sobre todo la de El Amatillo, Valle, continúan obstaculizando la facilitación del comercio regional de bienes.
Una, dos, tres, cuatro, cinco o más horas tarda un transportista para realizar los trámites migratorios y aduaneros, reportes de salud y de cuarentena en anticuadas oficinas instaladas en contenedores en territorio hondureño.
Al otro lado del Río Goascorán opera la aduana salvadoreña en una moderna instalación, en donde los trámites tardan menos de cinco minutos, según lo constatado por EL HERALDO en un recorrido en ambas dependencias.
“Este es el modelo de Aduanas (la de El Amatillo, El Salvador) que el director de Honduras (Fausto Cálix) debe copiar sino que viaja a Corea del Sur, República Dominicana y otros países donde poco puede replicarse aquí”, dijeron varios importadores hondureños mientras esperaban el domingo anterior el restablecimiento del servicio eléctrico y después la conexión al Sistema de Administración Aduanero de Honduras (SARAH) para realizar los trámites respectivos.
Las anteriores autoridades de la Administración Aduanera Hondureña (Aduanas) prometieron invertir 10 millones de lempiras para mejorar la línea de atención y reducir en 64% los tiempos de espera en El Amatillo, sin embargo, nunca se hizo nada.
“La anunciada mejora integral en el paso del transporte de carga en la aduana El Amatillo se quedó en la conferencia de prensa del 17 de octubre de 2021”, recordó un reconocido empresario hondureño que todos los días vive esa pesadilla. La aduana terrestre El Amatillo es la cuarta en importancia por la generación de ingresos para el fisco hondureño.
Deficiencias
Este medio de comunicación recopiló testimonios de comerciantes, transportistas, empleados de Aduanas, agentes aduaneros y público en general.
La tardanza en el despacho del transporte de carga ha empeorado en este gobierno, ya que el personal capacitado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos y por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) fueron despedidos y reemplazados por empleados y funcionarios con pocos conocimientos en temas aduaneros.
En el caso de la aduana El Amatillo, el director y la subdirectora son dos profesionales del Derecho con escaso conocimiento en el tema, según denuncia de los importadores y que fue constatado por EL HERALDO.
En el tema de logística, la atención al público es realizada en oficinas instaladas en una decena de contenedores, los que carecen de buenos servicios públicos como sanitarios y energía eléctrica.
La interrupción de los trámites aduaneros y migratorios son frecuentes por los constantes “apagones” en el departamento de Valle y que pese a contar con dos generadores eléctricos y paneles solares están fuera de servicio.
A lo anterior hay que agregar las horas de servicio ya que Honduras cierran la atención al transporte de carga a las 10:00 de la noche, mientras que El Salvador son 24 horas. De 12:00 del mediodía a la 1:30 de la tarde no hay atención al público porque el personal aduanero abandona labores para almorzar. Las bodegas están en mal estado.
Todas esas deficiencias administrativas y operativas se reflejan a diario en extensas filas de transporte de carga y camiones en la aduana terrestre El Amatillo.
Se buscó la opinión de las autoridades de Aduanas, a través de la Unidad de Relaciones Públicas, sobre la propuesta para mejorar la atención en El Amatillo pero no hubo respuesta
