Este deberá ser, a juicio de los entendidos en la materia, una de las prioridades a corto plazo que los candidatos presidenciales deben tener en sus planes de gobierno.
De lo contrario, no tienen una idea clara de las consecuencias del covid-19 en la educación, especialmente en los niveles inferiores.
A nivel mundial la pandemia ha provocado estragos en la educación. A mediados de julio de este año, según las Naciones Unidas, las escuelas estaban cerradas en 160 países afectando a mil millones de alumnos.
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En Honduras por lo menos un millón de educandos han pagado las consecuencias de la tragedia sanitaria, de acuerdo con las cifras extraoficiales.
La deserción de decenas de miles de escolares de los niveles de prebásica y primaria, así como de secundaria -a los que se deben sumar los que no se matricularon estos dos años-, es un reto enorme para las nuevas autoridades que serán electas en las elecciones generales de noviembre.
A esto hay que añadirle la calidad que seguramente bajó producto de que no toda la población estudiantil tuvo los recursos para recibir asiduamente las clases virtuales.
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En tal sentido, los candidatos presidenciales deben tener “un programa de nivelación con el suficiente tiempo que garantice que los niños y los jóvenes puedan alcanzar los niveles aceptables y debe haber un acto de sacrificio de los docentes y padres de familia para que se extiendan los períodos académicos”, sugirió el analista Luis Alonso Maldonado Galeas.
Su posición fue compartida por el psicólogo y analista Augusto Aguilar: “Con la suspensión de las clases presenciales hemos caído en una crisis, la calidad ha bajado enormemente”, lamentó.
Toca, pues, al nuevo gobierno sentar las bases de la recuperación educativa y a muy corto plazo.
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¿Planes realizables?
Los planes de gobierno de la mayoría de los candidatos están llenos de ideas, de ofrecimientos interesantes, pero muchos tienen como trasfondo atraer de cualquier manera el voto aunque después no haya condiciones ni voluntad para cumplir sus promesas.Los candidatos a quienes se les atribuye un mayor caudal electoral han desfilado por las sedes de varias organizaciones civiles y privadas presentando sus planes de gobierno.
Casi todos ofrecen combatir dos problemas: el narcotráfico y la corrupción.
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La economía agrícola
Pero hay una temática que debe ser, al igual que la educativa, una prioridad: la reactivación de la economía agrícola, deteriorada por los dos fenómenos naturales.La misma pandemia debilitó los ingresos de los productores y por esa ruta debería ir dirigida la reactivación.
El nuevo gobierno deberá “diseñar un plan de inmediato para la reactivación económica y movilizar las potencialidades económicas del país. Luego diseñar una estrategia integral para lograr el desarrollo humano sostenible”, dijo a EL HERALDO Maldonado Galeas.
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La vida social y legal
Los candidatos presidenciales también hablan de la necesidad de reconstruir el país social y legalmente.“Dadas las condiciones en que queda el país desde el punto de vista económico, social y político, es una situación sumamente compleja, difícil de enfrentar”, a criterio del sociólogo Pablo Carías.
“Reconstruir la vida social de este país es básico y habría que establecer algunas prioridades. Hay que impulsar una vuelta atrás de todas las reformas que se hicieron a las leyes, sobre todo con la investigación, el enjuiciamiento. Hay que eliminar la impunidad”, dijo.
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Si gana el candidato del Partido Nacional seguramente se mantendrán incólumes algunas reformas hechas a los códigos Penal y Laboral. Pero si gana la oposición -según el analista Carías- tiene que haber cambios en estos campos.
Los candidatos continúan divulgando sus ideas y sus planes de gobierno en el marco de una campaña atípica y llena de intimidación, pandemia sanitaria e incertidumbre.
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