Demanda de alimentos supera producción interna en Honduras
La falta de regulación de los precios de los insumos, la importación de productos agrícolas sin impuestos y los intermediarios son motivos que desincentivan al agricultor para cultivar en el país
El uso de tecnologías tradicionales solo permite una producción de subsistencia en el país.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Honduras es un país dotado de tierras agrícolas, posee variedad de climas que le permiten cosechar diversidad de frutas, hortalizas y granos básicos. Es un país con potencial para un crecimiento significativo y continuo de su producción, pues está ubicado cerca de los mercados de naciones desarrolladas como Estados Unidos y Canadá.
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No obstante, la falta de una política estatal para atender el agro solo permite una producción de subsistencia, teniendo que importar productos del extranjero para abastecer el consumo interno.
La Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) afirmó que el promedio de producción de frijol y maíz (dos de los granos básicos más usados en el país) entre 2017 y 2021 fue de 2,821.64 quintales, en el caso del frijol, y 14,597.38 quintales en el maíz, sin embargo, expertos creen que es insuficiente debido a que la producción disminuyó año con año, pero el crecimiento poblacional no se detuvo.
Sumado a esto, no existe suficiente apoyo para los agricultores, quienes siguen cosechando de forma artesanal.
Don Pablo Martínez, productor de hortalizas del municipio de Lepaterique, Francisco Morazán, es un claro ejemplo de la forma en la que se obtienen buena parte de los productos consumidos en el mercado, pues sus tareas agrícolas las realiza con herramientas de mano.
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EL HERALDO Plus lo encontró en plenas labores, quitando la maleza a una plantación de cebolla mientras utilizaba un machete.
“Como usted puede ver aquí necesitamos herramientas, por ejemplo, un chapulín (máquina para arar la tierra), aunque sea de mano, porque estos machetes ya están gastados y para todo eso se necesita dinero”, lamentó.
Se quejó que en Honduras no hay apoyo suficiente para los campesinos, por eso es necesaria “una política en serio, no es solamente decir tenemos tantos millones en Banadesa, eso lo utilizan los que tienen dinero, nosotros no tenemos acceso”, cuestionó.
Una de las promesas de la presidenta Xiomara Castro en la toma de posesión el 27 de enero de 2022 fue el desarrollo agropecuario.
“Todo mi gobierno debe concentrarse en el desarrollo agropecuario y soberanía alimentaria”, afirmó en su primer discurso. No obstante, es una promesa que sigue en proceso y gestión a través de programas y convenios.
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Cifras
Un análisis hecho por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus, basado en datos proporcionados por la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), demostró que Honduras en cinco años (2017 a 2021) alcanzó un promedio de producción de maíz de 14.5 millones de quintales.Los datos revelan que el 2018 fue el año con mayor cosecha de este grano, logrando 15.5 millones, mientras que el 2019 sufrió una caída reflejada en 12.9 millones de quintales.
Para el primer año, el país tenía nueve millones de habitantes, mientras que en el segundo, el número de hondureños aumentó a 9.1 millones, es decir, la producción de maíz cayó, pero el crecimiento poblacional fue en ascenso. Esto significa que mientras en Honduras bajaba la cosecha de este grano básico, había más población que la consumía.
En cuanto a la cosecha de frijol, el país logró producir un promedio de 2.8 millones de quintales, según la evaluación de cinco años (2017-2021).
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Dentro de este lapso, el 2019 tuvo mayor producción (2,929 millones de quintales), pero un año después también hubo una baja.El sorgo, conocido también como maicillo, es otro alimento vital, pues sirve para el consumo humano y animal. En un período de cuatro años (2017-2020), la producción de sorgo alcanzó en promedio 21,750 toneladas, teniendo una significativa subida en la producción de 2018. Sin embargo, en 2019 la cifra cayó a 21,000 y para 2020 (durante la pandemia del covid-19) pasó a 20 mil.
El promedio de producción de cebollas también registró una baja, pues en 2017 fue de 15,011 toneladas y desde entonces no se logró estabilizar.
La producción de zanahoria fue la única que logró mantenerse desde 2017 hasta 2021. Los chiles y pimientos también tuvieron un aumento en la producción, ya que pasaron de 30,500 toneladas a 34,649 al último año analizado (2021). La papa, por su parte, que es mayormente producida en Intibucá y algunas zonas altas de Ocotepeque, tuvo una producción promedio de 80,730 toneladas por año. Otro tubérculo como la yuca alcanzó 25,690 toneladas.
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Para la expresidenta del Colegio de Economistas de Honduras, Liliana Castillo, esto evidencia que la producción nacional agrícola no es suficiente para abastecer el consumo interno del país.
Manifestó que no se observa un aumento sino una disminución porque a “algunos productos no se les da un precio justo de garantía, sobre todo los que tienen que ver con granos básicos”, incidiendo para que los “precios de garantía sean muy por debajo de sus inversiones”.
Otro de los motivos es el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana, allí fue cuando “empezaron a ingresar muchos productos libres de impuestos que son similares a los que se producen en Honduras y a veces los precios son más baratos que los que vienen de afuera”.
Según la entrevistada, esto causa que en Honduras haya una competencia que provoca que el agricultor hondureño venda más barato y, en muchos caso, pierda más de lo que gana. Esto desalienta al productor y lo vuelve más vulnerable para emigrar.
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Carnes y lácteos
El promedio de producción de carne de res en el país desde 2017 hasta 2020 rondó las 64,865 toneladas. Sin embargo, fue decayendo durante los años evaluados, pues de 65,342 bajó a 63,681 toneladas.
Según proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE), para 2017 el país tenía 8,866,351 habitantes, mientras que para 2020, el mismo año en que bajó la producción de carne de res, la cifra aumentó a más de 9.3 millones de personas.
De acuerdo con este dato, se puede ver que el crecimiento demográfico siguió su ritmo normal, mientras que la producción fue disminuyendo, cuando en realidad debió aumentar. Expertos aseguran que esto obliga al país a importar productos para abastecer el consumo interno.
Liliana Castillo refirió que la importación perjudica al país porque “las divisas que podríamos usar para esencialidades que Honduras necesita las estamos ocupando ahora para granos básicos, vegetales (traídos) de los países vecinos”.
De acuerdo con lo evaluado por la Unidad de Datos de HERALDO Plus, Honduras produjo en promedio 10,380 toneladas de carne de cerdo durante cuatro años. Su descenso fue notable pasando de 10,824 a 9,9303 para el 2020.
La carne de pollo es la que más se consume en el país ya que su costo de compra es menor en comparación con las carnes rojas.
En cuanto a este producto, Honduras ha tenido una producción promedio en cinco años de 198,673 toneladas. Al igual que la carne de res y la de cerdo, su productividad ha venido bajando en comparación con el primer año evaluado (2017).
El análisis referente a la producción de leche cruda demuestra un promedio de 679,472 toneladas. Asimismo, la producción de queso fue de 2,357 toneladas.
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Es de resaltar que a pesar del encarecimiento de los insumos, este producto ha ido en ascenso, según el reporte proporcionado por la SAG mediante la solicitud SOL-SAG-308-2022.
Dulio Medina, presidente del Programa Nacional de Desarrollo Agroalimentario (Pronagro), manifestó que hay una falta de interés en fortalecer el agro, empezando porque en Honduras no hay un control de regulación de precios en los insumos (fertilizantes, plaguicidas, foliares, herbicidas).
Puso de ejemplo que “si una casa comercial inscribe un insumo agrícola, a Senasa le dan los requisitos y todo, pero jamás le dicen que a cómo lo van a inscribir o el precio que lo van a lanzar al mercado”.
Mencionó también que “los insumos los venden sin ninguna prueba de campo que (compruebe) que el producto funciona, caso contrario de los países vecinos como Guatemala y Nicaragua”, donde se someten a pruebas de control de calidad.
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“Producción en valles y laderas es la que produce el maíz y frijoles que comemos”
Efraín Díaz Arrivillaga, economista con especialidad agrícola, manifestó que tradicionalmente la producción de frijol y maíz blanco llena los requerimientos de consumo interno en el país. En cambio, la productividad de maíz amarillo, que es la que se utiliza normalmente para la producción de concentrados y cereales, es muy poco lo que se cultiva, por ende, se incurre a la importación.
A criterio del entrevistado, el gran problema de la agricultura ha sido la excesiva intermediación, no solamente de los granos básicos, sino también de hortalizas y otros productos, incluyendo la ganadería.
“Cuando hablan de la inflación a nivel de los alimentos se debe precisamente a la alta intermediación y que gran parte del traslado de esos precios del consumidor provienen de los intermediarios”, afirmó el experto en economía.
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Arrivillaga valoró que “la producción campesina que se produce tanto en valles como en laderas es la que realmente produce el maíz blanco y los frijoles que comemos”.
No obstante, refirió que muchas veces estos pequeños productores son olvidados por las políticas estatales.
“Esto ha sido un punto importante, se han olvidado del pequeño productor que es el que realmente genera y sostiene la producción de alimentos en nuestro país”, dijo.