Educación ha alfabetizado al 54% de su meta para 2023: “Yo no sabía escribir mi nombre ni números y ahora puedo”
EL HERALDO Plus conoció testimonios de personas que en tres meses aprendieron a leer y escribir, pero el año casi se termina y Educación solo lleva a 27,000 personas alfabetizadas. La meta es tener cobertura con 50 mil personas al cierre de 2023
Doña María tiene 69 años. Acudió junto a su hermana, Margarita, al programa para aprender a leer y escribir. Se siente feliz de plasmar su nombre cuando firma algo en el banco.
Por:
7:30 min. de lectura
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La niñez de doña Margarita Santos fue completamente diferente a la de cualquier infante. Los ciclos que ella ha cumplido no han sido lineales, pues han ido tomando otros rumbos.
En su niñez no terminó la escuela (llegó hasta tercer grado), luego emigró de su ciudad natal, se casó, tuvo sus hijos y fue hasta que cumplió los 61 años que volvió a estudiar.
Por más de medio siglo utilizó su huella digital en el banco por no poder escribir su nombre, ahora se siente orgullosa de usar un lápiz para firmar los documentos, porque “es un logro grande”, dijo con una sonrisa en diálogo con EL HERALDO Plus.
“La meta de acá es diferente para mí porque yo no sabía escribir mi nombre ni números y ahora puedo”, celebró. “Todo es ponerle interés para aprender”, dijo mientras escribía palabras en una libreta.
Ella asistió junto con su hermana, María, al programa de alfabetización “Yo sí puedo” en el municipio de Cane, en La Paz. Ahora, es una de las 27 mil personas mayores de 15 años que a nivel nacional saben leer y escribir, según las pocas cifras que Secretaría de Educación compartió a través de la oficina de relaciones públicas.
La meta de Educación es llegar a 50 mil personas para el cierre de 2023. Si comparamos los 27 mil que ya saben leer y escribir con la meta final, podemos decir que Educación apenas lleva el 54% de su propósito.
Este número representa un avance para reducir el analfabetismo, sin embargo, no es suficiente, pues el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) afirmó que al cierre de 2022 había 717,691 personas mayores de 15 años que no sabían leer ni escribir.
¿Está dando frutos?
La historia de doña Margarita es similar a la de su hermana mayor, María (69 años). Ambas dejaron la escuela cuando eran apenas eras unas niñas, sin embargo, doña Margarita pudo culminar el tercer grado. Doña María no.
Ambas emigraron de su pueblo natal para buscar trabajo, porque la situación económica no era nada buena. Entre el trabajo y la crianza de sus hijos, el tiempo pasó, pero la vida a veces da segundas oportunidades... Doña Margarita estaba en San Pedro Sula, Cortés, cuando alguien le dijo que Educación iniciaría un programa de alfabetización con el método cubano, así que decidió anotarse (ellos hicieron el proceso para que recibiera las clases en Cane).
Las primeras semanas fueron de adaptación, pero con el libro que les facilitaron (una versión más amplia de El Nacho) no solo aprendió a leer y escribir, sino que también le enseñaron los números y hasta a sumar.
“Yo les digo que aprendan, que busquen, si los ven dando clases que reciban las clases porque, así como dicen, para el amor no hay edad, entonces para aprender a leer no hay edad tampoco”, instó doña Margarita.
Con una voz bastante entusiasta y sin temor a las cámaras, confesó que le gustaría ser maestra. Su motivación surgió luego de que miró en televisión a una mujer que obtuvo su título universitario cuando tenía más de 50 años.
Aunque ya culminó la primera parte del programa, espera seguir adelante. Su meta es sacar sexto grado y luego seguir. Para aprender a leer y escribir tuvo que dividir las tareas del hogar con sus estudios. En el día hacía el oficio, mientras en la noche dedicaba un par de horas a las tareas. Las clases las recibían en diferentes lugares, incluso en la escuela Francisco Vélez, ubicado en el centro de Cane.
Cane es uno los 16 municipios que forman parte del proyecto en La Paz. En ese departamento identificaron a 17 mil personas que no sabían leer y escribir, pero la matrícula para el programa “Yo sí puedo” apenas llegó a 3,416. Hasta inicios de agosto tenían 1,980 graduados.
EL HERALDO Plus solicitó en varias ocasiones cifras de matrícula y graduados por departamento del programa “Yo sí puedo”, pero Educación solo se limitó a decir que había 27 mil personas que habían aprendido a leer y escribir en 281 municipios. Incluso, afirmaron que esas cifras las manejaban los cubanos, es decir, los expertos traídos de Cuba para aplicar el programa a nivel nacional.
En una visita realizada a La Paz, EL HERALDO Plus pudo conocer de cerca el programa en ese departamento, incluso, Claudia Cerna, subdirectora de modalidades educativas en La Paz, contó que hay dos municipios (Cabañas y Aguantequerique) donde toda su población sabe leer y escribir, por lo que están haciendo los estudios para declararlos libres de analfabetismo.
En Honduras los municipios de San Vicente Centenario, en Santa Bárbara, y Santa María del Real, en Olancho, fueron declarados libre de analfabetismo a inicios de agosto.
Daniel Sponda, ministro de Educación, afirmó que Ilama y Gualala, en Santa Bárbara, también se sumarán a la lista de puntos geográficos donde la mayor parte de su población sabe leer y escribir.
“El Programa Nacional de Alfabetización en Honduras ayudaría a unos 100 municipios a declararse libres de analfabetismo y el próximo año los municipios restantes, para que, al cierre de 2024, por primera vez en la historia del país, declaremos a Honduras libre de analfabetismo”, anunció.
El funcionario no dio detalles sobre cuáles serían los estándares para declarar estos lugares libres de analfabetismo, pero según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) debe haber una tasa de analfabetismo inferior al 5%.
Si Honduras quiere pasar de una tasa de 11.8% (los 717,691 hondureños que no saben leer ni escribir de 6.7 millones de habitantes mayores de 15 años) a 5% implica alfabetizar a unos 470,000 ciudadanos en menos de dos años y bajar el número a no más de 340,000, según un análisis realizado por este rotativo.
La meta, según dijo la presidenta Xiomara Castro, es que en 2024 se declare al país libre de analfabetismo, aunque con estas cifras, expertos consideran que es pácticamente imposible.
A inicios de febrero, Dennis Cáceres, director de Educación de la Asociación para la Sociedad más Justa (ASJ), afirmó que Castro tenía buenas intenciones al querer erradicar el analfabetismo, pero que no lo lograría para 2024. Consideró “que se necesita programas potentes del Estado para que esta gente se anime a leer y escribir”.
¿Cómo funciona el programa?
El trabajo que realizan los cubanos del programa “Yo sí puedo” no solo depende de la Secretaría de Educación, sino que también están involucradas las alcaldías, patronatos y hasta estudiantes de las diferentes instituciones educativas. Lograr que 27 mil personas aprendieran a leer y escribir no fue tarea fácil. Dependió de un trabajo de planificación y estrategia.
Lo primero que hicieron fue la investigación social casa por casa, para identificar quiénes eran las personas que no sabían leer ni escribir, luego seleccionaron a los facilitadores, es decir, las personas que apoyarían para impartir las clases y desarrollar el método. El requisito que debían cumplir es haber cursado sexto grado, aunque hay casos de facilitadores que terminaron la secundaria y hasta la universidad.
Los facilitadores fueron capacitados por los asesores cubanos, luego ellos se encargaron de aplicar sus conocimientos con las personas que quieren aprender a leer y escribir.
“Es una clase grabada, que se trabaja 30 minutos escuchando la radio profesora y 30 minutos con el facilitador, el facilitador apoya lo que se impartió en la clase grabada”, explicó Yaneisy León, coordinadora departamental de “Yo sí puedo” en La Paz.
EL HERALDO Plus tuvo acceso a los materiales que los estudiantes del programa utilizaron y utilizan en la primera etapa. Solo el libro está acompañado de imágenes, números y letras que reescriben y repiten con ayuda de los facilitadores. Las clases son impartidas tres veces a la semana, dos horas por día.
León mencionó que con este método ya han logrado parte de su objetivo: reducir los índices de analfabetismo en cada departamento. La primera etapa solo enseña a las personas mayores de 15 años a aprender a leer y escribir, pero viene una segunda parte para que puedan culminar la primaria (de primero a sexto grado).
Este programa fue adaptado para que personas mayores de 15 años aprendieran a leer y escribir, sin embargo, son los adultos mayores los que más acuden, porque “tienen sed de por lo menos no poner la huella sino que firmar su nombre y eso ha sido como un sueño para ellos, poder firmar y escribir su nombre cuando les llega alguna remesa”, comentó Cerna.
Ese era el sueño de doña Perfecta Cabrera, quien dijo sentirse feliz de poder plasmar su nombre cuando va al banco. “Yo quedé huérfana a los seis años, entonces yo no fui a la escuela, entonces dije voy a aprender un poquito aquí” en el programa “Yo sí puedo”, comentó la mujer de 54 años.
La hondureña contó que en muchas ocasiones salía sola a lugares que no conocía y le daba miedo perderse porque no sabía leer ni siquiera los letreros de los buses. “Si uno no hace el esfuerzo cómo le va a hacer, no es como cuando se tienen a los padres que los mandan a a la escuela a estudiar”, comentó al decir que todos sus hijos son profesionales.
Contó que cuando sus vástagos le decían que les ayudara con tareas no le quedaba más que animarlos a hacerlo solos porque ella no sabía cómo hacerlo. “Pónganle atención a la maestra, yo como no sé leer nos les voy a poder enseñar”, les contestaba.
“¿Y ahora cómo se siente?”, le preguntó la periodista. “Feliz”, dijo de forma satisfactoria, pues poner su nombre en un papel es apenas una de las cosas que espera lograr, después de 54 años de no saber leer ni escribir.