Honduras: Baja violencia hacia los hombres y aumenta contra mujeres
Honduras destina el mayor presupuesto a seguridad, pero en menor cantidad invierte en justicia y derechos humanos.
Las muertes de mujeres suben a pesar de haber bajado las tasas de homicidios en Honduras.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las tasas de homicidios se han reducido en Centroamérica, en especial contra los hombres, pero ahora están afectando en mayor medida a las mujeres y los niños, destacó Migdonia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV-UNAH).
Para el caso, el año pasado los femicidios aumentaron en 72 casos con respecto al período anterior, al pasar de 308 muertes violentas de mujeres (con una tasa de 6.3) a 380 en 2023 (con una tasa de 7.6), según el OV-UNAH.
En tanto, la Secretaría de Seguridad maneja el siguiente reporte: el año pasado fallecieron de forma violenta 380 personas del sexo femenino. Un año anterior (2022) el saldo fue de 307 muertes violentas.
Si nos referimos a hombres, se reportaron 3,354 homicidios en 2022, mientras que en 2023 fallecieron 2,655.
En tanto, de enero a diciembre de 2022 se reportó la muerte violenta de 159 niños y adolescentes (de 0 a 17 años), mientras que 2023 cerró con 135 reportes, es decir, hubo un descenso.
La experta expresó que los estados se han preocupado por la seguridad ciudadana de la población. En función de eso la inversión ha sido por arriba del promedio latinoamericano, que es 1.7% del Producto Interno Bruto (PIB), como en el caso de Honduras y de El Salvador.
Indicó que gran parte del presupuesto destinado en seguridad es para sueldos y salarios, además de compra de logística en las instituciones, pero el problema es que siempre el componente de prevención pasa a segundo plano.
El punto de la prevención es que hay que enseñarles a las personas, en especial a los jóvenes y los niños -quienes son los principales grupos captados por las maras, pandillas y crimen organizado- a que digan no a la violencia y no a ser parte de estos grupos criminales.
Sobre la reducción de la tasa de homicidios en El Salvador, refirió que uno de los principales problemas de ese país es la violación a los derechos humanos y las capturas sin una ruta definida sobre qué hacer después con integrantes de las maras y pandillas.
El problema es que no da resultados capturar sin saber cuáles son las estrategias que se van a tomar a futuro: si se van a judicializar o si se van a desarrollar labores de reinserción o rehabilitación de los privados de libertad.
Ayestas opinó que es importante que la inversión en seguridad en Guatemala sea de 1.6% en relación al PIB, de 3.1% en El Salvador y en Honduras 2.1%, pero eso no es suficiente cuando se evidencia que esas reducciones no son viables.
En el caso de Honduras, se invierte más en seguridad y defensa que en justicia, es decir, son menos los recursos para la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y el Ministerio Público (MP). En ese sentido, se vuelve un problema, porque hasta los defensores públicos son escasos.
La experta en cifras de violencia recomendó distribuir correctamente el presupuesto, primando la prevención más que el control del delito, pero debe ser un ajuste a aplicar de inmediato, porque el Estado ha cargado con muchos años de enfocarse en el combate reactivo y no preventivo.
Sobre las unidades Black Mamba -los equipos blindados para operaciones especiales-, consideró que se debe evidenciar cuántas se compraron, adónde se movilizarán y capacitar al recurso humano, porque el control del territorio lo tiene el crimen organizado, como se evidenció en el enfrentamiento en el barrio Buenos Aires de Tegucigalpa.