Ecocidio: muere la zona núcleo de la Biósfera del Río Plátano
EL HERALDO Plus visitó por tercera vez en cuatro años la Biósfera del Río Plátano y encontró despedazada la zona núcleo, el gobierno no se preocupó por frenar el daño ambiental
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus encontró un apocalipsis en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Río Platano.
Por:
7:52 min. de lectura
GRACIAS A DIOS.- ¡Cenizas! A eso reduce la mano del hombre cada segundo la zona núcleo de la Reserva de la Biósfera del Río Plátano.
El Patrimonio de la Humanidad -declarado así desde 1982- arde en llamas y agoniza en silencio con una pesada atmósfera de humo en el cielo.
Todo ecosistema está siendo destruido y despedazado. El ecocidio -daño grave a la naturaleza- se consuma bajo la complicidad del Estado de Honduras.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus regresó a la Biosfera del Río Plátano luego de haber denunciado en los últimos tres años el desastre ambiental -nadie hizo nada- que ahora llegó hasta la zona núcleo.
Solo el año pasado se batió un récord de deforestación con 15.9 Kha -millas de hectáreas- en pérdida de bosque, superando 2021, cuando el encierro de la pandemia permitió que acabaran con 12.6 Kha.
Estudios oficiales de Global Forest Watch muestran que en los últimos cuatro años se ha perdido más de la mitad del bosque que se ha registrado como deforestado en un período de 22 largos años.
El Estado conoce las causas: extensión de la frontera ganadera, narcocarretera, plantaciones de cocaína, tala ilegal para el aprovechamiento de madera y construcción de narcolaboratorios.
Seis meses han pasado desde la última vez que llovió en la Reserva de la Biosfera del Río Plátano; los ríos más imponentes se cruzaron a pie, el agua que antes impidió el paso ahora no alcanza ni a las rodillas.
El sol pega con fuerza en las 832 mil hectáreas de bosque ubicadas entre los departamentos de Colón, Olancho y Gracias a Dios, y que a su vez se divide en tres zonas: núcleo, cultural y amortiguamiento, siendo la última la más extensa y más deforestada.
El suelo está seco producto de la falta de agua y el cielo está totalmente lleno de humo debido a los cientos de incendios forestales.
Solo en el periodo del 16 de mayo del 2024 al 23 de mayo del 2024 se han reportado 1,961 alertas de incendio, de las cuales 4.1 por ciento fueron consideradas como de alta confianza, según las estimaciones publicadas en el portal Global Forest Watch .
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus entró a la Biósfera del Río Plátano - declarada como Patrimonio Mundial en 1982 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO)- en vehículo a través de la narcocarretera.
La deforestación es evidente desde el inicio del recorrido, que comenzó por el municipio de Dulce Nombre de Culmí, Olancho, pero en está ocasión la misión primordial era conocer cómo estaba la zona núcleo que comprende un área de 350 mil hectáreas de bosque bajo protección.
Estimaciones del Instituto de Conservación Forestal (ICF) apuntaban que precisamente en esa zona, junto con la de amortiguamiento, había un daño de 2,700 hectáreas de bosque, aunque en la realidad puede ser más.
En el camino por la carretera clandestina -El HERALDO Plus denunció por primera vez este hecho en 2021- se pudo observar decenas de incendios activos, algunos a la par de la calle y otros que comenzaban al fondo en las montañas en una escena dramática y apocalíptica.
La mano del hombre está acabando con los 33 ecosistemas terrestres y cinco marinos, donde habitan 721 especies de vertebrados —muchas en peligro de extinción—, 586 especies de plantas, 411 especies de aves documentadas y 108 especies de reptiles y anfibios registrados.
El buen estado de la narcocarretera -bajo mantenimiento constante- permitió que la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus ingresara a la zona núcleo de la Biósfera del Río Plátano un menos de tres horas, pasando por al menos diez pequeñas comunidades.
Lo que antes era casi imposible ahora es una realidad: la zona núcleo también tiene carretera de acceso, en realidad, toda la Biosfera de la Reserva del Río Plátano está conectada, no existe ninguna autoridad presente que impida el ingreso de quien sea a la zona protegida.
Emergencia ambiental en la biósfera
La destrucción en este ecosistema ha llegado a niveles críticos, a tal punto que el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad se reunió el pasado 22 de mayo para decretar un estado de emergencia ambiental a raíz de la tala de árboles y afectaciones en áreas protegidas.
Simbólicamente, esa reunión se dio en la base militar del Mocorón, en el departamento de Gracias a Dios, donde se localiza gran parte de la Biósfera del Río Plátano, uno de las zonas verde a blindar con la iniciativa, según confirmó Lucky Medina, ministro de MiAmbiente.
Parte de las resoluciones van encaminadas a la investigación de operaciones de asociación con actividad comercial y criminal en la región, la ganadería extensiva y la siembra de droga en Olancho y Gracias a Dios.
“Las Fuerzas Armadas deben proceder al decomiso y destrucción de la maquinaria que depreda bosques y áreas protegidas. Hay que decir también que algunas municipales autorizan sin facultad legal y extienden permisos de explotación de montañas”, dijo el funcionario.
No obstante, el Ministerio Público será la institución que liderará las acciones de combate y, a su vez, se le fijó la responsabilidad de presentar un informe en siete días.
En la resolución también se dispuso asignar un presupuesto de mil millones de lempiras en este 2024 y en total 19 mil millones de lempiras para obtener cero deforestación en 2029.
Sin embargo, hay un gran temor que los daños ya sean irreversibles.
Según la UNESCO, en la zona el mono araña mexicano está en peligro crítico de extinción, el tapir centroamericano en peligro de extinción, el oso hormiguero gigante y el manatí antillano viven en condición vulnerable, el jaguar está casi amenazado, así como el pecarí de labios blancos.
También mencionan otras especies carismáticas, como el puma, ocelote, jaguarundi y margay, nutria neotropical, mono capuchino de garganta blanca y mono aullador de manto.
El listado sigue con el gran guacamayo verde en peligro de extinción, el vulnerable gran pavo real y el guacamayo escarlata y el águila crestada de Guayana y la majestuosa águila arpía, casi amenazados, que se destacan entre las impresionantes 411 especies de aves documentadas, junto con el jabiru y el buitre rey.
Destrucción en zona núcleo
En esta ocasión se entró por la comunidad de Mahor, donde se habilitó una brecha que conduce directamente al núcleo en un recorrido de al menos 30 minutos desde la comunidad de Cielo Azul, que es una de las más grandes, pero que está bastante deforestada.
A los destructores no les interesa absolutamente la madera o las plantas, corten a discreción y luego simplemente le prenden fuego.
No se tardó nada en comenzar a ver la destrucción, el primer descombro estaba ubicado en una montaña a la orilla de esta nueva apertura para vehículos. No eran decenas, sino cientos de árboles tirados en el suelo, uno sobre otros, cortados a mansalva con motosierras.
Al subir la colina, la situación empeoró. Las cenizas -aún calientes- dejaron ver la magnitud del daño en otros cientos de árboles, algunos inmensos, cedros ardiendo como leña.
Caminar por la zona resultó un infierno pues el suelo con sus cenizas calientes hundían el calzado hasta la altura de los tobillos, el siniestro recién había terminado, lo más seguro avanzó sin tregua toda la noche anterior ante el silencio de una zona núcleo que cae a pedazos.
Contrario a lo que muchos hondureños creen, la zona núcleo de la Biósfera del Río Plátano ya no es virgen, las personas dueñas de ganado ya comenzaron a cercarla como hicieron con la zona de amortiguamiento, donde ahora solo de pueden ver millas de potreros.
Lo que sí cuidan con mucha desconfianza es Ciudad Blanca, aunque personas de las comunidades que hablaron con EL HERALDO Plus dijeron que se debe a que en la zona han asentado siembras de hojas de cocaína, situación que no pudo ser comprobada durante el viaje.
El recorrido continúa siempre por calle adentro del núcleo; a medida se avanzaba, el impacto resultó ser mayor, pues si antes eran cientos ahora eran millares los árboles caídos, en algunas propiedades incluso ya las personas tienen millas de cabeza de ganado pastando.
En recorridos anteriores que realizó la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus, los asesinos del bosque por lo menos respetaban las zonas a las orillas de los ríos, pero ahora no.
Se logró evidenciar cómo una buena parte del río Wampu, que ahora está reducido al caudal de una quebrada, está rodeado en sus extremos por potreros. Incluso este equipo fotografió hasta media docena de camiones cargados con vacas por las que ahora son corrientes inofensivas que no llegan ni a la altura de las llantas.
No solo se le lograron captar zonas ya deforestadas, también se observaron incendios que apenas comenzaban con nubes de humo, en medio de espesos follajes de vegetación, siniestros que estaban iniciando con la única misión de que se propagaran de manera indiscriminada.
La capa de humo en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera del Río Plátano es igual o incluso peor a la contaminación que se logra evidenciar en las ciudades que cargan con cientos de miles de vehículos.
Sin ningún tipo de protección estatal se avanzó un poco más adentro, pero el panorama es el mismo: árboles tirados y agarrando fuego. Lo terrible es que ya la frontera ganadera no solo se internó en la zona de amortiguamiento, ahora es una realidad en el núcleo. Ya no hay tierra virgen.