Narcotráfico, amo y señor en la cuenca del río Coco o Segovia

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El control territorial de la cuenca del río Coco o Segovia está en manos del crimen organizado y los daños a la biodiversidad son permanentes.

Bajo el antifaz de la ganadería, miles de hectáreas de bosque son quemadas en un cambio de suelo -de bosque a potrero- con daños irreversibles.

La apertura de brechas en zonas inhóspitas es descontrolada y los fondos para realizar los trabajos provienen de inversionistas ocultos que se adueñan de tierras propiedad del Estado.

Las Fuerzas Armadas de Honduras (FF AA) son cómplices silenciosos de los daños que se causan a diario, pues reducen a nada su presencia en las zonas para permitir que las actividades ilícitas se cometan

”Esas zonas son de actividades ilícitas de narcotráfico, acaparamiento de tierra y domino territorial, son zonas fronterizas, habiendo bosque no tienen control y la actividad es justificar una actividad económica, pero el daño es el cambio de cobertura, meten pasto y ya se justifica todo como ganadería”, explicó a EL HERALDO Plus Luis Edgardo Soliz, director del Instituto de Conservación Forestal (ICF).

Este rotativo llevó a la mesa del funcionario la deprimente situación que enfrenta la cuenca del río Coco o Segovia en la frontera entre Honduras y Nicaragua, así como el desinterés en recuperar la biodiversidad.

”No podemos hablar de reforestar si no tenemos el control territorial, si no hay seguridad, son zonas de riesgo, no podemos hablar de restaurar, ni siquiera como un guardarrecursos o un técnico de patrullaje porque esas zonas son controladas por el crimen organizado, entonces todo pasa por un saneamiento”, argumentó.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus mediante una serie de reportajes mostró los constantes incendios, la extensión de la frontera ganadera, la falta de protección y patrullajes que han desembocado en que la cuenca del río Coco o Segovia se caiga a pedazos.

Como en ocasiones anteriores -está el ejemplo de la denuncia de una narcocarretera que cruza el departamento de Gracias a Dios- las Fuerzas Armadas guardaron silencio, pero desde el ICF se muestra un panorama un poco más claro de lo que está ocurriendo.

”La práctica es la pérdida del bosque, esa madera ni la aprovechan o alguna es trasladada por el río pero mucha es quemada, el río coco es despoblado, hay destacamentos militares, lógicamente hay un estudio del daño de deforestación hasta el año 2022 donde mas del 45 por ciento del Parque Nacional Patuca ha sido deforestado por cambio de uso de suelo, el impacto es daño a la biodiversidad, flora, fauna”, dijo.

La ganadería siempre ha sido señalada como la principal razón para la deforestación del bosque en las zonas protegidas de Honduras. La historia es la misma, se cambia el uso del suelo, de bosque a potrero, para alimentar las supuestas miles de cabezas de ganado.

Ese cambio de suelo es, incluso, peor que si cortaran los árboles y los aprovecharan, pues al menos le darían un margen de recuperación por sí mismo a la selva, pero con la inclusión de potreros todo se pierde.

A juicio del director del ICF, la historia está mal contada pues lo que se busca en realidad en esas zonas es el control territorial por parte del crimen organizado. El bosque frena esas intenciones, por lo que extender la frontera ganadera es un mecanismo bastante aceptado.

”Para el lado de Honduras aquella deforestación exagerada con zonas inhabitables y allá a distancia un rancho y una casita, eso es a raíz de la ganadería, del cambio de uso de suelo para ganadería supuestamente, pero se ve el daño, pero no se ven muchas cabezas de ganado, es una ganadería extensiva, al final es acaparamiento de tierra, control territorial, puede ser hasta del crimen organizado que busca tener el control territorial en esa área”, argumentó.

El funcionario, incluso, cuestionó la calidad del alimento que los supuestos ganaderos producen para sus bestias con el cambio de suelo a costillas de la destrucción en las zonas protegidas y los lugares que escogen para trasladar sus cabezas de ganado.

”Usted camina por esas áreas y puede ver la calidad del pasto para el ganado es muy baja, lo que producen en 100 hectáreas lo pueden producir en diez y también para el ganado es para áreas planas y si es zona montañosas, el ganado quema mucha caloría en desplazar y disminuye el peso del animal”, argumentó.

Desde el ICF, Soliz explicó que ha gestionado la protección de las zonas productoras de agua para las comunidades afectadas, pues entrar con el tema de la reforestación sin que las FF AA tomen control resulta imposible de realizar.

En la institución tienen mapeados los daños que han sufrido las reservas o cuencas, pero el dominio del narco les impide tomar acciones en buscar de una posible recuperación.

”Hay aperturas de carreteras, que es lo que hemos hecho, buscar los grupos vulnerables como institución a raíz del presupuesto porque esas áreas no están deforestadas de ahorita, siempre ha habido áreas de deforestación y se activan la fuerza de tarea para buscar culpables y perseguir el delito ambiental”, explicó el funcionario.

Sin embargo, el daño ya está hecho, “porque es complicado determinar dónde van a ocurrir, tendríamos que tener personal, prácticamente, un grupo grande o también la denuncia ciudadana que no se da, entran a la zona atemorizando a las personas”.

Soliz trasladó la responsabilidad, “tienen rutas clandestinas, las Fuerzas Armadas son los encargados con monitoreos aéreos, ICF ha buscado las comunidades y se ha enfocado en proteger sus zonas productoras de agua, lógico la denuncia de las áreas de deforestación, todo pasa por un proceso de saneamiento para poder recuperar esas zonas, por eso se ocupa a las Fuerzas Armadas porque es un asunto de soberanía nacional, es un asunto de seguridad nacional, hemos hecho la denuncia”.