Incendios, deforestación y sequía: agoniza el río Coco o Segovia

Incendios por doquier y humo desde lejos se percibe en el recorrido por el afluente. En ciertos tramos el caudal es un hilo donde es difícil avanzar en pipante

Esta en una foto panorámica de la deprimente situación en la que está el Río Coco o Segovia, según constató EL HERALDO Plus.

mié 7 de junio de 2023 a las 0:0

8:02 min. de lectura

RÍO COCO, HONDURAS.- Seco, así está el río Coco o Segovia.

En las montañas que lo rodean no deja de salir humo de los incendios. El agua está turbia, contaminada de fertilizantes para la agricultura. Ya casi es imposible navegar por el deprimente nivel del caudal.

$!Los incendios forestales para crear potreros están acabando con la cuenca.

El río más grande Centroamérica -750 kilómetros- apenas es un canal.

Miles de cabezas de ganado le ganan la batalla a las especies nativas. Honduras y Nicaragua fracasan, no son capaces de proteger una joya.

Nadie vela por el Río Coco o Segovia, el abandono es incuestionable.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus recorrió la cuenca del río Coco o Segovia por cuatro días en pipante y evidenció el lamentable estado en que se encuentra la zona.

$!La comunicación por el caudal del Río Coco o Segovia cada vez es más complicado

Desastre ambiental

El recorrido por el río Coco o Segovia, que sirve de frontera entre Honduras y Nicaragua desde el océano Atlántico al océano Pacifico, comenzó en la comunidad de Boca de Español, Arenales en Trojes.

En Honduras es el Coco, en Nicaragua es Segovia. Nace en San Marcos de Colón, Choluteca, mide 750 kilómetros y su cauce abarca 24,676 kilómetros cuadrados hasta su culminación en el cabo de Gracias a Dios.

$!La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus comenzó su recorrido en la ribera del río Coco o Segovia, específicamente en la comunidad de Boca de Español, Trojes.

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus está esperando por un pipante a la orilla del caudal, entre decenas de embarcaciones pequeñas y varios puestos de comida improvisada. Nadie quiere hacer el recorrido, ¿el motivo? San Andrés, Nicaragua, -a ese punto iba la expedición- está a dos días de camino y el caudal del río está muy seco para aventurarse.

Geovanny, un muchacho veintiañero que estaba cargando su embarcación -un pipante pequeño con un motor Yamaha 25-, se aseguraba de llevar todo para surtir negocios, desde sopas instantáneos, frescos, cerveza, aceite hasta gasolina. EL HERALDO le preguntó si por un precio justo realizaba la vuelta.

$!Foto: Emlio Flores

Inseguro por la cantidad de mercadería que llevaba, sumando cinco personas más y otras tres de EL HERALDO Plus, dice que sí, pero con una condición: “Se van a ir a montar allá abajo -un kilómetro- porque si suben aquí así como está de seco el río no salimos, allá pueda que avance el pipante y en el camino les va tocar bajarse para empujar”.

El joven tiene razón, porque en el punto donde se realiza el abordaje el caudal está tan deprimido que las personas se pasan a pie de Honduras a Nicaragua en medio del afluente, y el agua no les pasa arriba de la cintura.

Sin contar con las maniobras que vienen haciendo los pipantes cargados de granos que van llegando, sus ocupantes solo arrugan la cara cuando la embarcación de madera pega en las piedras y no tiene mas opción que bajarse para comenzar a empujar hasta la orilla.

$!Un sujeto cruza de Honduras a Nicaragua a través del río Coco o Segovia, que está seco.

La realidad no refleja lo que el río Coco o Segovia representa para Honduras y Nicaragua, pues no es solo la frontera, es la principal y única vía de comunicación para todas las comunidades que viven en sus riberas en los departamentos de Choluteca, El Paraíso, Olancho y Gracias a Dios si se toma en cuenta solo el lado de Honduras.

La única vía por donde se transportan miles de libras de lácteos producto de la ganadería, -en la cuenca hay agricultura, ganadería, explotación maderera, pesca, café y comercio-, así como quintales de frijoles, maíz y verduras que terminan en los mercados de todo el país.

$!El crecimiento de la frontera ganadera descontrolada está dejando muerta la biodiversidad de especies en los alrededores del afluente.

Y si se habla en potencial, la cuenca, que nace en las serranías de Dipilto y la cordillera Dariense e Isabelia en Nicaragua, posee una biodiversidad para cualquier tipo de vida silvestre.

En flora se puede hablar de 8,000 especies vegetales, entre las que resaltan cedro real y común, pino, orquídeas, caoba, granadillo, árbol de maría, lianas, bambú, guayabo, algodón, espino blanco, palmeras, apazote, cortés y árboles gigantescos por mencionar algunos.

$!El lente de la Unidad Investigativa de EL HERALDO captó algunas de la especies acuáticas en el río Coco o Segovia.

Y en fauna no se queda atrás, con al menos 100 especies de mamíferos como el jaguar, tapir, jabalí, perezoso, puma, tigrillo, gato montés, mapache y oso hormiguero.

Además, 700 tipos de aves entre las que resaltan, colibríes, carpintero, lechuza, tecolote, pavo real, tucán, rey zope o las 250 especies de reptiles como la barba amarilla, tamagás, boa, cascabel, tortuga verde, lagarto, serpiente coral, caimán, más los peces y anfibios.

$!El caudal del río Coco o Segovia ha disminuido tanto que adonde cruzaba agua ahora se han levantado champas.

Una hora después de la platica y a un kilómetro del puerto de desembarque llegó la hora de subirse al pipante, el camino para llegar al destino se va a dividir en dos partes: seis horas el primer día hasta la comunidad de Pueblo Nuevo y cinco horas al siguiente día para poder llegar a la zona de San Andrés, Nicaragua.

A pocos metros de haber comenzado el viaje, el temor del muchacho toma fuerza, el pipante va pegando en las piedras que están en el suelo del río, la embarcación no avanza, otra tripulación va cerca, se hicieron un par señas y el plan cambio.

”Miren, ve, se van a pasar al otro pipante, si no llegamos, ellos los van a bajar el un pueblo que se llama Plis, ahí nos esperan que por fuerza vamos a pasar”, aseguró el viajero sin dar opción a elegir.

$!La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus recorrió por cuatro días la cuenca del río Coco o Segovia en la frontera entre Honduras y Nicaragua.

En la otra embarcación, más grande y con un motor más potente, no iban productos, solo personas. Sus dueños venían de dejar un producto en Boca de Español y de regreso iban solos, por lo que iban subiendo pasajeros que estaban varados esperando pipante.

A simple vista se pudo obsevar que las riberas del río Coco o Segovia están deforestadas totalmente, apenas monte, pero árboles frondosos no se miran a simple vista, los incendios están presentes por todos lados y el humo esparcido se observa desde largas distancias.

José, encargado del pipante, comentó que en verano el caudal siempre ha bajado, “pero como ahorita nunca, las lluvias no aparecen por ningún lado, no es mentira llevamos dos meses sin que caiga una gotita de agua”.

$!Durante el recorrido se pudo observar una gran cantidad de incendios en la zona boscosa.

El sujeto acusa de la falta de lluvia al extenso verano, pese a que el humo sobre la cuenca casi no deja ver la vegetación disponible.

A la orilla, en ambos países, es común ver a decenas de personas lavando oro, la actividad tiene un auge, especialmente entre las comunidades misquitas que venden el metal a 1,500 lempiras el gramo, “esa gente hace plata, lo malo es la asoleada”, comentó.

Camiones cargando arena abundan, mientras el caudal es apenas un hilito, con partes donde no se puede avanzar, por que no hay corriente de agua.

La sequía tiene su primera consecuencia: todas las personas del pipante fueron obligadas a bajar y empezar a caminar, simplemente la embarcación no pasa, nadie reniega, hay que esperar el pipante río abajo.

Personas cruzando de un lado a otro, caballos y miles de cabeza de ganado están presentes durante el recorrido, apenas uno que otro lagarto asoma la cabeza... antes, según dijeron los acompañantes, eran común verlos, pero ahora solo aparecen en aguas profundas.

$!El río es la única vía de comunicación en la frontera entre Honduras y Nicaragua, pero tanto el afluente como sus alrededores están descuidados.

Lo que sí abundan por todos lados a la orilla del río Coco o Segovia son fincas con miles de manzanas convertidas en potreros para las vacas, ese es uno de los principales factores para la deforestación.

También se pudo observar carreteras clandestinas que se abren paso en medio de la vegetación, brechas abiertas que conectan comunidades arrasando con toda especie de vida que esté presente.

En una de las partes llegando a la comunidad de Plis, uno de los incendios comenzaba en un espacio de la ribera virgen del lado de Honduras, un frondoso Ceibón tomaba fuego, lianas que caían al agua, “están preparando para hacer potreros esa montaña”, dijo el muchacho.

$!A pesar del daño en la cuenca del Río Coco o Segovia, muchas especies se resisten a desaparecer

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus llegó a la comunidad de Plis, -lado de Nicaragua-. Según lo acordado, hasta esa zona se llegaría en el segundo pipante abordado, así que durante una hora se esperó a Geovanny, el muchacho con el que se inició la expedición.

En el corto tiempo en Plis, se aprovechó para conectarse a una red wi-fi ubicada en una pulpería a la orilla del canal, las personas que viven en las riberas no tienen acceso a servicios de internet o datos si no es por esta vía que consiste en comprar una hora de servicios y conectarse con una clave única, aunque la cobertura es pésima, casi una estafa.

$!A lo largo del río Coco o Segovia los incendios forestales para el cambio de suelo de selva a potrero son constantes.

A partir de ahí se retomó el camino sobre el caudal hasta la comunidad de San Andrés, Nicaragua, con la misma panorámica, un río relativamente seco con una cuenca totalmente destruida.

A manera de ejemplo al pasar por un canal muy peligroso denominado “el Callejón” -muchas personas han muerto al hundirse embarcaciones-, se denotó tranquilidad en los responsables de la embarcación. “Aquí, con el río lleno es un peligro, pocas personas se atreven, pero así seco no hay más problemas”.

Lo mismo pasó en un paso denominado “Raudales”, la corriente si es algo fuerte, pero el nivel del río bajo, por lo que cruzar resultó sumamente complicado al punto que se tuvo que bajar de la embarcación para poder sacar adelante al pipante.

Llegó la hora de desembarcar en San Andrés con la evidencia que la cuenca del río Coco o Segovia se cae a pedazos, la única vía de comunicación en la frontera entre Honduras y Nicaragua vive momentos deprimentes sin que las autoridades le presten atención.

$!El nivel del río Coco o Segovia es tan bajo que los niños pueden cruzar a pie desde Honduras a Nicaragua sin mayores complicaciones.

Notas Relacionadas