Borda en El Cubulero quedó inconclusa y la Costa de los Amates sufre

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El rastro del tránsito del equipo pesado que jaló toneladas de tierra a la ribera del río Goascorán, que divide a Honduras y El Salvador, todavía persiste.

El equipo de EL HERALDO Plus cruzó charcos, saltó cercos y pasó por falsos para poder llegar hasta la verdadera causa del desastre en la Costa de los Amates y El Cubulero en Alianza, Valle, al sur de Honduras.

La borda que construyó la empresa contratada por la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) no funcionó, debido a que subestimaron el caudal del poderoso río Goascorán, se quejaron los pobladores de la zona.

Walter Romero, un habitante de Alianza, acompañó como guía al equipo de periodistas, pues él estuvo trabajando hace unos meses, cuidando el equipo pesado que había llevado la empresa constructora.

La enorme “barrera de azúcar o papel”, como le llaman de forma sarcástica y a la vez molesta los habitantes de Alianza, se construyó en el sector conocido como Las Vegas, al lado de Honduras, y enfrente se ubica Piedras Blancas, El Salvador.

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Romero, que también sufre por las inundaciones, expresó que hace varios meses la empresa que estaba haciendo la borda se fue de la zona, sin dejar una solución, como lo prometió la presidenta Xiomara Castro el año anterior.

EL HERALDO Plus caminó cerca de un kilómetro por encima una plancha de tierra elevada a la orilla del río, de unos tres metros de ancho, hasta llegar a la corriente, a donde se construía el dique, para desviar el agua.

“El problema es que el río dejo su cauce natural y se desvió por aquí, haciendo ese brazo, por eso es que se fue el puente de los Amates, allá por el 2011 y no hay pasada, solo en lancha”, expresó Romero.

Desde ese punto y a simple vista, se hizo un mal trabajo por parte de la empresa contratada por la SIT, ya que amontonaron cantidades de enormes piedras y tierra, sin nada que las detenga o amarre.

Todo mundo pensaba que iban a realizar un muro con gaviones, más resistente, obligando al río a buscar el cauce natural, pero el trabajo que realizaron genera más malestar que confianza en la zona.

Los que sufren son los pobladores de la parte más baja, de El Cubulero y la Costa de los Amates, debido a que cada vez que llueve el agua los cubre casi por completo, obligándolos a vivir en zozobra durante la temporada lluviosa.

“Venga mire donde tengo la división y el ropero”, invitó el habitante de ese sector, don Tocho Moreno, al equipo de EL HERALDO Plus, señalando hacia arriba.

Todo lo había colgado del techo con mecates, arriba de la altura de la puerta, lo más alejado del piso, porque cuando llueve la corriente baja a toda velocidad y en minutos ya los tiene navegando.

Al consultarle qué pasó con las obras de mitigación que estaban haciendo en la parte alta del río, fue claro al decir que “eso no sirve para nada, eso no sirvió, fueron bordas de azúcar lo que hicieron allí”.

Recordó que antes de que comenzaran las lluvias el dique ya estaba levantado como entre dos y tres metros, “pero el material que le tiraron es malo, no le hicieron gaviones, no le hicieron nada”.

Nada que ver con otras bordas que han hecho en otros puntos del río en otras ocasiones, que sí han funcionado, ahorita solo pusieron piedra grande, que tampoco es sólida.

Recordó que en la última inundación el agua llegó casi al techo de la casa, salieron en lanchas y las vacas estaban nadando en los potreros, mientras la corriente las arrastraba.

El señor tácitamente solicitó a que “venga a hacer algo bueno, que no vengan a hacer papadas que no sirven, porque yo fui una vez allí, y vi el trabajo, malo, malo, súper malo”.

Debido a que observan un mal trabajo de las autoridades, los habitantes de la zona están haciendo construcciones elevadas, con los pocos recursos que tienen, para salvar a sus hijos.

Es el caso de José Ferrufino, quien hizo unas columnas de unos tres metros de alto, con unas gradas de pedazos de madera, así cuando viene la llena, corren y se sube a la galera, forrada de plástico en la parte alta.

Ahí sube a los niños, unas camas y hamacas, así como ropa, para poder estar en lo seco, mientras ven como el agua cubre su casita de bloque cuando se inundan.

“En julio del año pasado el agua llegó como a dos cuartas del techo”, recordó el señor mientras señalaba, el punto que aún está grabado en su mente, “fue demasiado grande la creciente”, expresó.

Esta realidad golpea con fuerza a gran parte de los habitantes de Alianza, quienes se siente abandonados, debido a que las soluciones que históricamente ha brindado el gobierno central, no son de calidad.

EL HERALDO Plus llegó hasta la municipalidad de Alianza, a buscar a las autoridades locales, pero el alcalde no estaba, tampoco respondió las llamadas, pero empleados de la comuna recomendaron hablar con la familia Cárdenas.

Daniel Cárdenas, quien es oriundo de la zona y exalcalde de Alianza, lamentó que desde que iniciaron a realizar la borda, los encargados no atendieron a nadie, a pesar que les advirtieron de lo peligroso que es el río Goascorán cuando llueve.

“Ellos no atendieron sugerencias de nadie, comenzaron a tapar como quien dice baches, de arriba para abajo, todo el mundo les decía que primero tenía que trancar el canal”, expresó.

Consideró que mientras no solucionen el problema en la parte alta con una buena borda, de nada sirve construir un puente para la Costa de los Amates, porque se puede ir, como sucedió con el primero.

Rodil Gallegos, habitante de la comunidad, condenó la forma de cómo se ejecutó el proyecto, evidenciando que no se realizó un estudio de factibilidad, para determinar qué obras de infraestructura son las que se deben construir en la zona.

Otro problema es que el proyecto lo comenzaron muy tarde, prácticamente en el mes de mayo, cuando el invierno estaba cerca y a pesar que este año no ha sido muy lluvioso, los trabajos no soportaron la corriente.

Él no sabe si el proyecto sucumbió por una mala calidad de la obra, o es que no lo habían terminado, porque parece que está abandonado, no les informaron si lo van a terminar, manifestó.

Lo cierto es que con las primeras lluvias de este año la borda colapsó, y el problema es que la población está sufriendo, ya que son unas 16 comunidades que han estado incomunicadas desde el mes de mayo.

El habitante de la zona consideró que la prioridad es que se hagan buenos trabajos de construcción en el brazo del río que se ha formado y que este busque su cauce natural para habilitar el paso a la Costa de los Amates y a la vez evitar las inundaciones en la parte baja de El Cubulero.

Hasta el momento los habitantes de la zona desconocen si el proyecto va continuar o si las autoridades de la SIT van a dejarlos abandonados, teniendo que sufrir en cada invierno.

Por su parte, autoridades de la SIT, informaron a EL HERALDO Plus, que esta semana realizarán una inspección, debido a que las obras solo están suspendidas por las lluvias, pero no es que el proyecto está abandonado.

Uno de los encargados indicó que las obras se suspendieron debido a la subida del nivel en el río, y eso causó mucho ruido, hasta el alcalde de Alianza dijo que se hizo una borda de papel.

Pero en realidad hay un consejo técnico para solucionar el problema de los Amates, por eso se comenzó a construir el dique con un vertedero, pero para terminar las obras se necesita contener el agua del río.

Los pobladores de ese municipio, ubicado en la frontera de Honduras con El Salvador, temen que el proyecto vaya quedar abandonado y tenga que seguir sufriendo la pesadilla de quedar anegados cada invierno.