TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El destino del Centro Cívico Gubernamental (CCG), que alberga cerca de 40 instituciones del Estado, sigue siendo incierto, incluyendo la ocupación de la nueva Casa Presidencia actualmente en construcción.
Durante su campaña política, la presidenta Xiomara Castro dijo que iba a convertir el CCG en el hospital público más moderno de Centroamérica.
Y recientemente el designado presidencial, Salvador Nasralla, quien tiene su oficina en una torre del CCG, declaró que harán un estudio para analizar si es posible adaptar la estructura a un hospital, debido a que el lugar donde se construyó no es el adecuado.
Lo cierto es que el CCG tiene dos años de estar operando y al menos unas 10,000 personas, entre empleados públicos y ciudadanos, circulan en la zona del bulevar Juan Pablo II donde siguen en construcción las obras viales.
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El equipo de EL HERALDO Plus realizó un recorrido por el enorme complejo para conocer su funcionamiento actual, cómo avanza la construcción de la nueva casa de gobierno y si es posible acondicionar un hospital.
A simple vista, el CCG se ha convertido en un edificio inteligente que a medida pasa el tiempo se va acoplando a las exigencias de la ciudadanía y de las instituciones que los ocupan.
El concesionario, Desarrolladora y Operadora de Infraestructura de Honduras (DOIH), detalló a EL HERALDO Plus que la ocupación del CCG fue parcial en las torres I y II, así como en los cuerpos bajos A, B y C.
Habilitación
El primer edificio se ocupó en el 2020 previo a pandemia de covid-19 y a lo largo del 2021 fueron llegando el resto de dependencias, mientras que las operaciones del último edificio para las dependencias estatales se efectuó en septiembre del 2021.
Es así que todas las torres en todos los niveles ya se encuentran ocupadas, bajo todos los parámetros establecidos por el operador.
Con el gobierno entrante, encabezado por la presidenta Xiomara Castro, se está revisando si alguna dependencia puede cambiar por otra o adecuar algún piso para que sea compartido por más de una institución estatal.
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Para el funcionamiento de todas estas instituciones, el concesionario instaló un sistema informático por medio del cual controla por horarios y días la energía que ocupará cada uno de los pisos, el aire acondicionado y el funcionamiento de los ascensores.
Los ascensores se distribuyeron para uso general, de carga y los ejecutivos. Este último es por donde suben y bajan los ministros y directores. Para la seguridad de los empleados en el complejo hay 500 cámaras de seguridad que son vigiladas desde un centro de monitoreo, al que tuvo acceso EL HERALDO Plus.
Desde ese punto se puede observar todo lo que sucede en las plazas, pasillos, ascensores y estacionamientos del CCG, solo adentro de las oficinas no hay cámaras de vigilancia.
El complejo, además, tiene 2,600 plazas para estacionamientos, de los cuales un poco más de 500 son gratuitos para los empleados públicos, mientras que el resto es pagado por los mismos empleados y por los usuarios que llegan a realizar sus trámites.
El agua es reciclada, ya que el edificio cuenta con una planta de tratamiento de las aguas negras, mismas que son reutilizadas en los baños y en la jardinería, al igual que el agua lluvia que es recolectada.
De acuerdo a información proporcionada por DOIH, el CCG tiene un costo de 200 millones de dólares, es decir, unos 5,000 millones de lempiras. El financiamiento proviene en su mayoría de los institutos de previsión y la banca privada, complementando la inversión el desarrollador del proyecto que es Grupo GIA de México.
El repago de esta inversión se hace por medio de los desembolsos que hacían las instituciones por el alquiler de edificios, en una concesión por 25 años, de la cual ya se cumplieron dos años, es decir, restan 23.
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Presidencial
Como parte del mismo proyecto, el gobierno anterior solicitó al concesionario un edificio adicional, denominado Cuerpo Bajo D, donde funcionaría la nueva casa de gobierno.
El costo de acuerdo al contrato original era de 17 millones de dólares, pero con los cambios solicitados tuvo un incremento de un 15%, es decir, aumentó a 19.5 millones de dólares, más de 470 millones de lempiras. El concesionario indicó que este proyecto se paga conforme se avanza. De acuerdo al informe de supervisión de la Superintendencia de la Alianza Público Privada (SAPP), hasta enero pasado se habían desembolsado alrededor de 10.1 millones de dólares.
De momento, el Cuerpo Bajo D tiene un avance de entre el 68 y el 72%, ponderando las diferentes disciplinas y tipos de obras.
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Según el operador, para terminar y entregar la obra se debe contar con la aprobación de las estimaciones de avance, así como con la confirmación de conformidad por parte del nuevo gobierno.
Lo anterior para ver si requiere realizar algunas adecuaciones, no obstante, hasta el momento no es oficial sobre si será ocupada, si continuarán con la construcción o será usada para otro fin, como la promesa del hospital.
Para este tiempo ya debería estar culminada la nueva casa de gobierno, ya que su construcción comenzó en año 2017 y se detuvo en enero del 2020 debido a varios cambios solicitados por la Guardia de Honor Presidencial.
Luego se hicieron las revisiones y llegó la pandemia de covid-19, siendo hasta octubre de 2021 que se reactivó con fecha de conclusión a mediados de 2022.
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La fachada de la nueva casa de gobierno ya está finalizada y en la actualidad se trabaja en los detalles internos, para luego hacer el equipamiento, según comprobó EL HERALDO Plus.
El edificio es de siete niveles, tiene alrededor de cuatro a cinco salas de juntas con capacidad para unas 20 personas y cerca de diez salas de juntas para grupos de diez personas o menos.
Sin embargo, su uso es incierto ya que el nuevo gobierno puede decir que hará un megahospital. El concesionario dijo a EL HERALDO que siempre se puede estudiar esa posibilidad pero es un cambio significativo que podría tener impactos relevantes. Lo anterior porque los edificios reúnen todas las condiciones para operar oficinas de la naturaleza para las que fueron construidas.
Según expertos, los cambios que se deben hacer para que el CCG funcione como hospital son extremos, desde los accesos, hasta las paredes.
Se deben meter tuberías especiales que requiere un hospital, los ascensores deben ser más grandes para camillas, las paredes abiertas y acondicionar el piso de otro material porque la alfombra es un riesgo para los enfermos.
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