TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Sus ojos se ven cansados, los párpados parecen dos piezas de plomo, presionando para cerrarse, como diciéndole “duerme, por favor, duerme...Yuleisi...”.
Dar un respiro en ese camino incierto hacia una tierra que nadie les prometió es difícil, más cuando no tienen dinero para el transporte o la comida.
En un juego de sube y baja, en el centro del parque de Trojes, El Paraíso, frontera con Nicaragua, un niño de 4 años y una niña de 9 se balancean, para tratar de burlar el estómago mientras alguien se compadece y les regala para comer algo.
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Con ese acento inconfundible de los venezolanos, Yuleisi Rodríguez ve a los pequeños con la mirada perdida y exclama: “Son mis hijos, no han comido, así estamos los nueve que venimos juntos... ¿nos puede ajustar algo de comer?”.
El camino es espinoso, deja marcas en el cuerpo, en la mente, en el corazón, pero no quiere dejarse vencer y con su esposo, Dayson Ramírez, se dan ánimos para seguir adelante y no volver a la vida dura de Venezuela.Una jovencita que es parte del grupo se acostó junto a su hijito de unos tres años en el piso del escenario de eventos del parque del fronterizo municipio, cayendo como una roca, en un sueño profundo, agarrando a su criatura.
Para ellos ese suelo era una nube esponjosa.
Las mejillas de Yuleisi, de color café, no son maquillaje, las pecas de su rostro se ven más marcadas, son el rastro de las huellas de todo el camino, donde el sol les da en la cara y por las noches el frío también se las quema.
Todos habían llegado a las 12:00 de la noche del día anterior y a las 3:00 de la mañana estaban haciendo fila en las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) para solicitar el salvoconducto y rápido se los dieron.
¿Por qué todavía no se van?, le consultó el periodista de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus a la joven migrante.
“Porque no tenemos los recursos para seguir avanzando”, exclamó la mujer.Y es que el paso de migrantes se ha vuelto un negocio lucrativo para muchas empresas del transporte, quienes junto al Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT) han conformado rutas exclusivas con terminales y tarifas altas.
“Nos cobran 9 dólares, hasta la otra frontera (Danlí) y de ahí para allá hay que seguir pagando”, evidenció la mujer, que para poder salir de Trojes necesitaba 27 dólares, más de 600 lempiras, si lograba que no le cobraran por el niño de 4 años de edad.
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Discriminación
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus, desde su camino entre Danlí y Trojes, se encontró al menos cinco buses grandes, todos enumerados en la parte frontal.
Por las ventanas se miraban los rostros de personas de varias razas y con características de distintas nacionalidades.
Estos buses son los que aprobó el IHTT, y desde Trojes hasta Danlí algunos cobran 9 dólares y otros 11, es decir, entre 220 y 270 lempiras, más del doble del transporte regular, que es de 90 lempiras.
Según el mismo IHTT, la tarifa por kilómetro recorrido es de 0.90 centavos, esto quiere decir que en los 74 kilómetros que hay entre Trojes y Danlí el costo del pasaje debería rondar los 70 lempiras, pero como cobra ida y vuelta, porque dicen que regresan vacíos ya que no puede llevar a nadie más, deberían ser unos 140 lempiras, es decir, seis dólares aproximadamente.
De Danlí a Tegucigalpa o hasta la entrada a Tatumbla, donde ya formaron una terminal, el pasaje cuesta 7 dólares, unos 172 lempiras, y desde ese punto hacia la frontera con Guatemala aumenta a 30 dólares, más de 700 lempiras.
Esto quiere decir que para que un migrante pase por Honduras, debe gastar en promedio 46 dólares, cerca de 1,200 lempiras, y no tienen más opción, ya que viajar en el transporte público está penado por el mismo IHTT.
Las autoridades de Transporte justificaron a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus que se determinó enviar a los migrantes en buses separados para tener un mayor control de enfermedades, como el ébola y la fiebre amarilla.
Además, algunos usuarios se quejaban de que los migrantes ocupaban las unidades, algunos iban mal olientes por la falta de aseo y además tenían que estarse parando en todos los retenes que tenía la Policía.
De Trojes a Danlí hay 55 unidades autorizadas, mientras que de Danlí a Tatumbla 67.
En Choluteca existen 29 y de Tatumbra a la frontera con Nicaragua 94, es decir, en total son 236 buses de empresas de transporte y otros dueños de unidades.
Una de las representantes de un sector de transportistas de migrantes detalló que la tarifa que puso el IHTT de Trojes a Danlí es de 11 dólares, evidenciando la falta de control del IHTT, oficina que asegura que el cobro debe ser de 8 dólares.
La mujer explicó que son diferentes empresas las que ahora se dedican a transportar migrantes, debido a que este año parece una pandemia, porque ha aumentado el flujo de extranjeros por Honduras.
Datos del Instituto Nacional de Migración (INM) establecen que del 1 enero al 18 de noviembre de 2022 habían transitado por Honduras 156,400 migrantes.
De estos 68,529 pasaron por Danlí y 46,124 por Trojes, ambos en El Paraíso, mientras que 37,314 han ingresado por Choluteca, 4,193 han llegado a Tegucigalpa y 240 a San Pedro Sula.
La transportista expresó que en noviembre el paso de migrantes ha disminuido significativamente, pero ellos siguen ofreciendo el servicio, ya que las empresas de transporte están constituidas y reguladas por el IHTT.
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En su caso, ellos tienen una organización llamada Turismo Uniendo Fronteras, con una terminal autorizada donde llegan buses de varias empresas, pese a que han tenido problemas entre ellas por los pasajeros extranjeros.Dijo que ellos garantizan la seguridad de los migrantes hasta que lleguen a la frontera, ya que son monitoreados por la Secretaría de Seguridad.
Uno de los migrantes, cuando hacia fila para subirse al bus en la terminal de Trojes, expresó que “está caro el pasaje, en otros países lo que hemos pagado son 15 dólares por cruzar, además aquí nos han dicho que hay que darle a los policías para poder pasar”.