TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Mientras los venezolanos votaban, Nicolás Maduro estaba sentado en la sala de su vivienda. Al costado se encontraba su esposa, Cilia Flores, con quien veía videos que circulaban en las redes sociales en apoyo al chavismo.
Con 11 años frente a la presidencia de Venezuela, Maduro, por primera vez, sintió cómo la oposición contaba con un fuerte apoyo interno y externo, pero -en medio de cuestionamientos- los resultados lo arrojaron como virtual ganador de la contienda.
Con el 51.2% de los votos, Maduro asumirá en 2025 su tercer periodo presidencial consecutivo. De terminar su tercer mandato se podría convertir en el jefe de Estado que más tiempo ha gobernado Venezuela, solo después del dictador Juan Vicente Gómez, que lo hizo por 27 años (1908-1935).
Nicolás Maduro, quien trabajó como chofer de autobuses y se convirtió en dirigente sindical, asumió la presidencia por primera vez en 2013, luego de la muerte de Hugo Chávez.
En 2018 nuevamente se impuso para ser reelecto, pero en esta ocasión varios países rechazaron su triunfo y, entre las decisiones para mantener el control político y social, se creó un perfil de autócrata y dictador: lo acusan de detenciones arbitrarias, juicios amañados, torturas y censura. Además de controlar las fuerzas militares e instituciones de gobierno.
Durante este proceso electoral se hizo llamar el “gallo pinto”, de pelea, de raza pura, “resistiendo” a la plataforma de oposición, representada por Edmundo González, quien fue respaldado por el partido Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Continuidad del chavismo
Aunque Hugo Chávez es su padre político, Maduro no tiene el mismo carisma. Se destaca por realizar largos discursos políticos, por sus frases “antiyankis” y por contar anécdotas personales.
Maduro es un hombre de estatura promedio, quien destaca por su bigote que cubre parte de su labio superior. En su discurso frente a sus simpatizantes dio un discurso bastante fuerte, señalando a varios presidentes del mundo, algo usual cada vez que habla frente a la población o medios de comunicación.
Sus dos períodos como presidente por el Partido Socialista Unidos de Venezuela le han permitido seguir con el legado de Chávez, quien estuvo por 13 años en el poder (desde 1999 hasta 2012).
En 2013, Maduro, quien era vicepresidente de esa nación, ganó la contienda electoral, continuando con el legado de Chávez. En 2018, en medio de fuertes cuestionamientos, nuevamente quedó electo para dirigir esa nación, aunque generó rechazó de decenas de países y múltiples sanciones.
Durante su larga gestión, resistió a la crisis económica de 2018, cuando esa nación, de casi 30 millones de habitantes, vio como el PIB se redujo en 80% en una década. Sumado a esto, tuvo cuatro años seguidos de hiperinflación.
Incluso, logró el levantamiento parcial de sanciones económicas por parte de Estados Unidos, pero fueron revertidas con la inhabilitación de María Corina Machado, máxima lideresa de la oposición de Venezuela, como candidata presidencial.
Además, Estados Unidos sigue manteniendo vigente una orden captura contra el presidente venezolano por vínculos con el narcotráfico.
Retos en nueva gestión
Uno de los retos más grandes para el presidente Nicolás Maduro tras ganar los comicios del 28 de julio de 2024 es ponerle fin a la crisis económica y social de esa nación, sobre todo para evitar que más personas emigren.
Datos de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela indican que más de 7.7 millones de personas están fuera de Venezuela por múltiples causas.
La esperanza de muchos de ellos era regresar a su país si ganaba la oposición, pero al cumplir su segundo mandato y ser juramentado para gobernar 6 años más, Maduro podría quedarse frente a la presidencia por 18 años (hasta 2031).
“Tendría que mejorar, pero eso implica mejorar económicamente y no es fácil... la situación económica va a seguir agravándose porque no se ve por dónde se puedan encontrar alternativas al tema de las sanciones”, advirtió Rolando Castro, doctor en Ciencias y Sociales y docente de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
El experto habló sobre los retos que tendrá Nicolás Maduro, especialmente porque está al frente de un gobierno “desgastado” tras más de una década en el poder.
Maduro, quien propuso en su plan de nación “nuevas formas de gobierno” y un “nuevo estado popular y revolucionario”, también prometió la inclusión de todos los sectores de la sociedad, lo que significa que deberá negociar con la oposición.
Sumado a esto, afirmó que buscaría la justa distribución de la riqueza, la reducción de las desigualdades, la garantía de la protección social del pueblo y que trataría “con mano dura” la corrupción.
En el tema económico, uno de los retos más grandes para Maduro, será modernizar los métodos y técnicas de producción para diversificar la economía.
“Con el tema de las sanciones, la economía se ha visto enormemente afectada. En buena medida, eso generó posiciones, en algún sentido más represivas, de mayor control. Cómo entender un proceso donde hay sanciones externas que ha asfixiado la economía y el país ha tenido que sobrevivir y llegar a aceptar la dolarización. Creemos que la transición va a ser difícil. No podemos desconocer este elemento de las sanciones”, recordó Castro.
Otro de los temas importantes es continuar con lo que él llamó “la defensa y desarrollo de la Guyana Esequiba”, territorio que Venezuela reclama y que, incluso, ya incorporó 160 mil hectáreas de selva a los mapas oficiales. A inicios de 2024 también publicó la ley en la que creó un territorio administrativo sobre esa área reclamada.
Entre los 7 puntos de los que habló Maduro para transformar Venezuela también están las alianzas estratégicas con los BRICS (alianza económica, política y social integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), pues el mismo Maduro afirmó que tenían en Venezuela “un socio, un aliado, un amigo”.
En la estrategia, Maduro también espera fortalecer los lazos con países de Latinoamérica y del Caribe, sobre todo porque muchas naciones lo ven como aliado por el solo hecho de compartir ideología política.
Maduro, un hombre de 61 años que replica el marxismo, cristianismo y defiende la Revolución Bolivariana, ha dicho en varias ocasiones que ha sido víctima de boicot y que “¡no han podido conmigo ni con ustedes porque Cristo está con nosotros”.