¿Cómo entró un arsenal en sacos de arroz a la cárcel de Támara?
Funcionarios de tres instituciones del Estado se coludieron con la Mara Salvatrucha para ingresar armas, drogas y dinero en camiones de Banasupro
- 17 de febrero de 2025 a las 00:00

Tegucigalpa, Honduras.- Esta historia revela el poliamor —una relación amorosa entre varios— de tres instituciones del Estado con la Mara Salvatrucha (MS-13).
Cada una de ellas aportó su cuota en esta tórrida y peligrosa alianza.
La Suplidora Nacional de Productos Básicos de Honduras (Banasupro) dispuso la logística: camiones cargados con sacos de arroz, harina y frijoles.
La Mara Salvatrucha MS-13 aportó el producto: armas desarmadas, municiones, dinero de extorsión y distintos tipos de drogas.
La Policía Nacional (PN) y el Instituto Nacional Penitenciario (INP) ofrecieron la mano de obra: uniformados dentro de la cárcel de Támara.
Este acuerdo quedó plasmado en un informe confidencial de inteligencia policial. Al quedar expuestos, los involucrados rompieron la relación, pero blindaron la información.
El documento, con código “INFOINTE-AOINP-01-2023”, detalla hechos delictivos e irregularidades en la Penitenciaría Nacional de Támara.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus tuvo acceso a estos expedientes, que sustentan este reportaje y revelan la trama para ingresar un arsenal a la prisión mediante sacos de arroz y otros granos.
Se omiten algunos nombres y detalles por protección.
Cada 15 días, un camión estatal con banderas de Honduras pintadas en las puertas salía de las bodegas de Banasupro en la colonia Las Palmas, en la capital, hasta la cárcel de Támara, en las afueras de la ciudad.
El vehículo era conducido un sujeto identificado con el alias de “Banasupro”, en vista a que era una empleado de la institución. Según las investigaciones, “Banasupro” trabajaba en el área administrativa, pero solicitó un cambio al puesto de motorista.
El conductor recorría 34 kilómetros desde las bodegas de Banasupro en la quinta entrada de la colonia Kennedy hasta el centro penitenciario.
El camión manejado por “Banasupro” iba cargado de arroz, frijoles, harina, entre otros productos de abarrotería para la alimentación de los privados de libertad.
El conductor realizaba un recorrido viejo, pues en enero de 2016 Banasupro y el INP establecieron un convenio para suministrar insumos destinados a la preparación de alimentos en los centros carcelarios de Honduras.
Este acuerdo, mediante el cual la Suplidora Nacional abastece de productos de manera parcial o total los centros penitenciarios indicados por el INP, se mantuvo activo durante ocho años.
Sin embargo, entre 2022 y 2023, agentes de inteligencia iniciaron una investigación centrada en ese vehículo de Banasupro en cuyos sacos incluían algo más que ingredientes y productos alimenticios.
“Ingresan armas desarmadas, drogas y dinero de la extorsión dentro de los quintales de arroz... que traen de Banasupro”, indicaron los investigadores en el informe.
MS-13 y tres instituciones estatales
El apodo de “Banasupro” nació en la misma cárcel de Támara, donde cada quince días un motorista de esa institución llegaba en camión para entregar insumos.

Pero “Banasupro” no solo cumplía con las entregas. También aprovechaba su estadía en el penal para reunirse con alguien muy especial: su hijo menor.
Este joven, cuyo nombre se omite, pero a quien identificaremos en este reportaje como “Tunco” —aunque tampoco es su alias oficial—, es un jefe de la Mara Salvatrucha, según documentos de inteligencia.
“Banasupro, quien es padre del privado (se omite nombre), miembro y líder de la MS-13 recluido en el módulo de Casa Blanca”, especifica el informe.
El parentesco no pasó desapercibido. Al enterarse de que uno de los suyos tenía a su padre como empleado de Banasupro, varios cabecillas de la MS-13 vieron una oportunidad y comenzaron a planear cómo sacarle el mayor provecho.
“Los líderes de la MS-13 (se citan 11 nombres) vienen coordinando con un empleado de Banasupro para que desde ahí ingrese armas”, señala el documento.
La estructura criminal convenció a “Banasupro”, quien a su vez reclutó a otros empleados de la Suplidora Nacional para esconder armamento dentro de los sacos de arroz.
El plan era casi perfecto, pero aún quedaba un obstáculo: los camiones de Banasupro debían pasar por un riguroso control antes de ingresar a la cárcel.
La solución fue sobornar a agentes de la Policía Nacional (PN) y del Instituto Nacional Penitenciario (INP) para evitar que el camión pasara por el escáner de seguridad.
“Los camiones no son supervisados en el scanner”, señala el informe.
Toda esta operación ocurrió cuando las cárceles de Honduras estaban bajo el control de la Policía Nacional, periodo en el que Gustavo Sánchez —hoy secretario de Seguridad— fungía como director de la institución.
“En la investigación se encontró que este empleado de Banasupro tiene un hijo privado de libertad en el Centro Penal de Támara”, reiteraron los agentes.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus verificó con sus exjefes que alias “Banasupro” efectivamente trabajó como motorista de la institución.
Funcionarios confirmaron que el sujeto realizaba viajes a Támara en la ruta de abastecimiento de alimentos y que, además, tenía a su hijo recluido en la cárcel.
El informe detalla cómo se distribuían los sobornos dentro del penal.
Por órdenes de tres jefes de la MS-13, el hijo de “Banasupro” entregaba el dinero a una mujer y a cuatro agentes penitenciarios que se desempeñaban como comandantes de guardia.
Uno de esos uniformados “está asignado en el portón intermedio de la MS-13 para permitir el ingreso rápido al centro penal de camiones”, indica el documento.
Su misión, según los investigadores, era clara: garantizar “que en dichos camiones de Banasupro no sea detectado el ilícito que ingresaba”.
Investigación
Control en Támara
Estos hechos están documentados en el informe “INFOINTE-AOINP-01-2023”, un expediente confidencial que recopila los hallazgos de la “Exposición de investigación e inteligencia” y las medidas adoptadas para frenar estas irregularidades.

El informe confirma la existencia de personal asignado al centro penal de Támara “coludido con maras y pandillas”, una realidad que era plenamente conocida por las autoridades.
Las páginas del documento contienen datos sobre múltiples irregularidades, entre ellas, el ingreso de armas en camiones de Banasupro a la cárcel.
En el apartado “Problemática de los centros penales”, inciso A, “Análisis de la problemática”, se detalla la historia aquí expuesta.
11
Cabecillas
De la Mara Salvatrucha planificaron el esquema para ingresar armas a Támara
Los funcionarios identificados como colaboradores de los grupos criminales aparecen con sus respectivas fotografías. “Se prestan para ingresarles armas, drogas, dinero de la extorsión, licor y celulares”, revela el documento.
Además, facilitaron herramientas “para la construcción de túneles”, tal como lo denunció en 2024 la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.
El informe menciona con nombres y apellidos a miembros del departamento legal, trabajadoras sociales, orientadores y empleados de otras áreas que operaban en beneficio de la Mara Salvatrucha.
Todas las irregularidades descritas en el documento fueron verificadas y notificadas a las máximas autoridades de la Policía Nacional y el Instituto Nacional Penitenciario, afirman los investigadores.
La trama de los camiones de Banasupro con armas ocultas aparece en el apartado “Hechos suscitados en el interior del centro penal”.
El informe reitera que al menos 11 cabecillas de la MS-13 planificaron este esquema. Algunos de ellos, desde máxima seguridad, coordinaron con un empleado de Banasupro —identificado en el documento, pero omitido en esta publicación— para que introdujera armas desarmadas, drogas y dinero de la extorsión dentro de los sacos de arroz, harina y frijoles transportados por Banasupro.

El informe revela que “estos no son supervisados en el scanner supuestamente por órdenes del director de la PN e INP”.
“En la investigación se encontró que este empleado de Banasupro (se omite) tiene un hijo privado de libertad en el Centro Penal de Támara”, reitera el informe.
El detenido, identificado con nombre y número de identidad en el expediente, entregaba sobornos por “órdenes de tres líderes de la MS-13” a funcionarios penitenciarios plenamente identificados.
El informe también incluye fotografías de los rostros de padre e hijo implicados en el ingreso de droga a la cárcel de Támara a través de los camiones de Banasupro.
Las autoridades no solo aceptaban los sobornos, sino que algunos incluso frecuentaban a los mareros en sus propias oficinas, establece el documento.
La corrupción alcanzó a mandos altos, pues “se pudo comprobar que cuando Fusina (Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional, ya desaparecida) hizo el allanamiento en la oficina del coronel (se omite nombre) le encontraron gran cantidad de dinero, producto del ingreso que hacía la MS-13”.
El informe detalla que, además, en el departamento de administración se decomisaron 350 mil lempiras, pero “algunas personas aún trabajan” en la institución.
En el extenso expediente también se denuncia una operación de limpieza de expedientes a favor de pandilleros de la MS-13, señalando con nombres a los funcionarios involucrados.
Asimismo, se documenta el pago de sobornos que oscilan entre 100 mil y dos millones de lempiras para que empleados colaboraran con las estructuras criminales.
Otro apartado describe con detalles los vehículos con número de placas que las maras han comprado para empleados o amantes que laboran en Támara.
En el apartado “Acciones tomadas por las autoridades militares del INP” se informa que “debido a las medidas... se instaló otro scanner para revisar productos de Banasupro para evitar ingreso de armas y otros”.
“Se pudo comprobar que ahora están utilizando la ruta de mínima por el área muerta para ingresar el ilícito sin pasar por el scanner”, citó.
Además cita con foto la dirección de las oficinas de Banasupro en la entrada de la colonia Las Palmas, dejando entrever la posible participación de personal administrativo o autoridades en los actos ilícitos.
Se dice que en ese lugar se “empaca la droga, armas celulares y dinero de la extorsión en el interior de los quintales de harina donde se transporta la alimentación para los privados de libertad de Támara”.