La muerte de la princesa Diana de Gales ha sido uno de los hechos que más ha conmocionado al mundo entero por lo trágico de la situación.
Si para muchos admiradores de Lady Di fue doloroso, para los hijos de ella la situación fue más grave de lo que muchos habrían pensado, pese a la tranquilidad que manifestaron durante su velatorio.
El más afectado fue Harry quien lidió con los rumores en torno a la muerte de su madre cuando tenía solo 12 años y es ahora que tiene 32 años que finalmente decide hablar sobre lo que pasó.
En una entrevista que forma parte de un nuevo documental dijo que por años trató de obviar la evidencia, negar lo que sucedía a su alrededor y no pensar en su muerte (mamá) por mucho tiempo para evitar que el dolor se apoderase de su vida.
“En realidad nunca me centré en lo que había sucedido. He enterrado mucha emoción y sentimientos. Forma parte de mi vida y realmente nunca quiero pensar en ello. Yo solía enterrar la cabeza en la arena y dejar que todo a mi alrededor se desgarrase en pedazos” expresó.Añadió que él prefiere recordar y concentrarse en todo lo bueno que le dejó su madre, entre ellas, su determinación y su compromiso con las causas sociales a favor de los más desfavorecidos.
“Ahora veo la vida de una manera muy diferente de lo que solía hacer antes”, confesó.
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