¡Con las manos arriba, mi gente!
Al filo de las 10:00 de la noche llegó el momento más esperado: de pronto, Marc irrumpió el escenario para iniciar una romántica y espectacular fiesta. Y, como era de esperarse, sus éxitos más bailados y escuchados fluyeron en el repertorio, incluido el tema “Valió la pena”. Fue en este instante cuando sus cautivadores movimientos, la vueltecita salsera y esas cómplices miradas con sus fanáticas se apoderaron del ambiente “Y hubo alguien” que puso a bailar a los asistentes.
Las gargantas afinadas no paraban de corear y llegó la hora de ponerle una dosis de romanticismo al recital con “Hasta ayer”. Las trompetas, la guitarra y el teclado comenzaron a seducir el oído con la frase “fui dueño de su alcoba y de su almohada”.
Y mientras la letra seguía con “la tuve beso a beso, piel con piel...” y no “cansado del delirio y de placer”, el puertorriqueño interactuaba con sus músicos en cada canción para resaltar lo compacto de su orquesta y entonces el sonido exquisito se fusionó a la perfección con un imponente juego de luces con más de 30 reflectores.
Enseguida cantó por primera vez el nuevo sencillo de su disco “Parecen viernes” y así, poco a poco, Marc siguió su conquista con “Flor pálida” con “un poquito de amor para que no se vaya”. Las baladas volvieron a la escena después de 40 minutos de show y el cantante arropó al público con las melodías “Abrázame muy fuerte” y “Ahora quien”. “¿Y cómo es él?”, un artista encantador que durante una hora y 45 minutos enamoró con su voz y un tierno juego de “Palabras del alma” que les enseñó a reír, bailar, gozar con su melodía “Vivir mi vida”.