Danlí, El Paraíso.- Degustar una rica taza de café danlidense en compañía de exquisitas y crujientes rosquillas recién salidas del horno es un placer que no tiene precio en la ciudad de las colinas.
A plena mañana es todo un deleite recetarse una dosis de este tradicional antojo catracho, que puede encontrar en los principales establecimientos y comercios de esta ciudad.
En su aventura por la tierra del maíz no deje de visitar la aldea El Tablón, donde se encuentra el taller Rosquillas Tito’s, el más grande de Danlí, será recibido por su propietaria María de los Santos Ávila.
Si madruga y con la debida autorización de sus dueños, puede ingresar al santuario del auténtico sabor de las rosquillas para explorar de cerca su minucioso proceso de elaboración. Maíz recién molido, queso, mantequilla crema y un toque especial son parte de este ritual culinario lleno de tradición.
Después de este aperitivo, el reconocido chef danlidense Carlos Rodríguez recomienda degustar un buen plato típico donde no puede faltar un par de tortillas, carne asada, frijolitos fritos, una porción de queso o cuajada, plátano, huevo y aguacate.
Sabores de Casa
Si busca encontrar el sazón del hogar, el restaurante Sabores de Casa, ubicado estratégicamente frente al parque, ofrece un agradable ambiente casero donde puede encontrar unas ricas baleadas, plato típico, chuleta, y si se trata de almorzar, puede elegir entre carnes como tajo relleno y un abanico de opciones para acompañar con una refrescante bebida natural como pozol, horchata, nance, tamarindo, limonada o jamaica, todos preparados por su anfitriona doña Alina Trejo y su hija Rosa Amalia.
La gastronomía de esta región tiene su ombligo en el maíz y sus derivados, por eso al visitar Danlí no puede dejar de probar una porción de arroz de maíz que también es un platillo ícono de este lugar, “la cocina hondureña es muy variada, contiene elementos precolombinos, españoles, criollos e indígenas, la nuestra está dominada fuertemente por el maíz, que es un cultivo autóctono, la base alimenticia de los pueblos prehispánicos que habitaron la región”, explicó el chef Rodríguez.
Comídas típicas
A la carta se unen otras comidas típicas basadas en carnes, aves, pescados, productos lácteos, verduras y legumbres, sin olvidar la mistela y los tradicionales nacatamales.
Ya para el atardecer y para gozar de un momento de camaradería en la noche, la ruta gastronómica ofrece las especialidades de alitas del restaurante Hot Wings, una propuesta moderna para disfrutar entre familia y amigos, una cita para saborear el pollo con las exquisitas salsas de la casa y una buena porción de papas fritas.
Y finalmente para completar la degustación, en casa puede servirse una fría copa de auténtico vino de jaboticaba de la Finca Santa Emilia, que le permitirá disfrutar de una de las mejores experiencias de maridaje.
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