El hecho de que la primera dama engalane la portada de la revista de moda, se remonta a los años 90 cuando era considerada una tradición que fue rota por Melania Trump, ex primera dama que no figuró en la 'Biblia de la moda'.
¿Las razones? Resulta ser que la ideología de Trump y la directora de Vogue Anna Wintour eran totalmente diferentes, por ende decidieron vetar a su esposa de la costumbre estadounidense en la que han participado la mayoría de las esposas de presidentes como Lou Henry Hoover, Eleanor Roosevelt, Mamie Eisenhower, Jacqueline Kennedy, Lady Bird Johnson, Pat Nixon, Betty Ford, Rossalyn Carter, Nancy Reagan, Barbara Bush, Hillary Clinton, Laura Bush, Michelle Obama y, ahora, Jill Biden.
No obstante, trascendió que la revista quiso realizar un reportaje de la ex primera dama Melania, pero esta lo rechazó cuando supo que no iba a ser la portada.
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'Una primera dama para todos nosotros'
Ese, es el título que adorna la imagen de la Jill Biden, quien posa para Vogue frente a un balcón de la casa blanca con un vestido floral del diseñador Oscar de la Renta, mismo que decide acompañar con su mejor arma: una sonrisa de ensueño.Las voluminosas mangas y el ceñido a la cintura conforman un elegante look, su vestido está valorado en 1,614 dólares en saksfifthaveune.com.
Todo indica que Biden apuesta por las moda latinas, ya que se la visto portar vestidos de diseñadores dominicanos y uruguayos para sus eventos más importantes como el triunfo electoral, donde lució un traje negro floral.
La primera dama no es la única persona de la administración Biden en protagonizar la portada de Vogue. El pasado enero y antes de que tomase posesión como vicepresidenta, se develó la portada del número de febrero de la publicación con Kamala Harris.
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