TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Ejemplares en su desmesurado crecimiento y en subrayar a cada paso todo lo que el reggae, al menos aquí, no consiguió, Cultura Profética lo ha vuelto a hacer.
Antidepresivos y vitalistas, Willy Rodríguez (voz y bajo), Omar Silva (guitarra), Iván Gutiérrez (batería) y Elías César Pizarro (teclados) hicieron frente a un aforo de centenares de personas en el Nacional de Ingenieros Coliseum, una adaptación de su discografía que abarca más de un cuarto de siglo.
Tal como lo anunciaron en 2022, su gira 2023-2024 “25 años sobrevolando” está “maliciosamente organizado para que sea bastante orgánico”. Y lo hicieron de manera inefable, dosificándose, sí, manteniendo un equilibrio preciso, con una atención minuciosa hacia su audiencia y una voz que rebosaba de matices, como es costumbre en su interpretación.
Fue un viaje a los cimientos del reggae en toda regla. Los puertorriqueños incluyeron en su repertorio una introspección de su trayectoria musical, interpretando temas emblemáticos como “Ritmo que pesa”, “La complicidad”, “Saca, prende y sorprende”, “La espera”, “Para estar” o “Un deseo”. Luego, se sumergieron en un popurrí de sus últimas creaciones como “Sobrevolando” o “Llevarte allí”.
Como suele ser la norma, los galardonados con el Grammy Latino al Mejor Álbum Alternativo por “Sobrevolando” (2019), se hicieron acompañar de una buena banda que rodeó al protagonista y permaneció casi siempre estática.
Willy Rodríguez se dirigió al público aproximadamente una hora después de haber comenzado el concierto, comentando: “Ha pasado mucho tiempo ya”, haciendo referencia a su debut en Honduras hace poco más de un lustro.
Poco después, desplegaron la bandera de Honduras sobre el escenario, llevándose consigo una sonora celebración entre el público del Nacional de Ingenieros Coliseum.
El escenario, sobrio y minimalista, presentaba un telón oscuro de fondo, mientras que los músicos vestían de manera desenfadada, un homenaje sutil al espíritu relajado del reggae. Solo unas cortinas de luces al fondo y a los costados rompían la penumbra general, aunque no faltaron las pantallas XL y efectos visuales.
En términos generales, la gira “25 años sobrevolando” de Cultura Profética ofreció un espectáculo que parecía pintar en un lienzo el cuadro de su trayectoria musical. Desde el reggae hasta el hip hop, el ska y las influencias armónicas del jazz, funk o electrónica, nunca abandonaron sus raíces afro-caribeñas ni sus consignas en favor del amor, la igualdad, la naturaleza y la libertad.