MIAMI, ESTADOS UNIDOS.- La periodista hondureña Ana Jurka se sinceró como nunca antes sobre la difícil infancia que sufrió tras la muerte de su padre y el abandono de su madre para emigrar a Estados Unidos.
En una entrevista ofrecida a su compatriota Neida Sandoval, la presentadora de deportes de Telemundo rompió en llanto al recordar la mala relación que tuvo con su madre y cómo, con el tiempo y la ayuda de Dios, ha logrado perdonarla.
Asimismo, confesó que actualmente mantiene una relación cordial con ella, pero que sigue trabajando para mejorarla.
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También contó que junto a sus dos hermanos luchó desde muy pequeña, por lo que aprendió la lección: nunca abandonaría a sus hijos y estaría dispuesta incluso a vender tomates bajo el sol si fuera necesario, pero jamás los dejaría.
“Al principio cuando ella se fue para mí fue muy doloroso porque decía yo nunca dejaría a mis hijos y lo repito creo que nunca dejaría a mis hijos, yo prefiero vender tomates bajo el sol pero tengo a mis hijos a mi lado; pero ahora que soy mamá y entiendo lo difícil que es, a pesar de que yo tengo ayuda con mi esposo, puedo entender como el porqué llegó a tomar una decisión que yo considero tan mala: el dejarnos”, relató.
Agregó: “Era una mujer desesperada que nunca había hecho nada en su vida y que alguien le dijo: ‘¿Sabes qué? Por lo mismo que estás haciendo allá limpiando casas, lavando ropa de otras personas, cuidando niños lo puedes hacer acá ganando muchísimo mejor’. Y ella escuchó esos consejos, que yo creo malos consejos, y nos dejó”.
La conductora, con lágrimas en los ojos dijo: “Ya la he perdonado, gracias a Dios, Dios me ha ayudado a perdonarla”.
“He aprendido a perdonarla, pero sí pasé por muchas cosas que no debí pasar. Nosotros vivíamos en un lugar muy pobre y vi cosas que no debí ver a muy temprana edad, pasé por abusos que no debí pasar si hubiera tenido a mi mamá cerca, abusos, maltratos, muchas necesidades. A pesar de que ella mandaba dinero pero no nos lo daban, muchas cosas pasaron y ella no sabía. En aquel tiempo no era como ahora que puedes enviar un WhatsApp y comunicarte a diario con tu familia, en aquel tiempo nosotros ni siquiera teníamos teléfono en la casa. Mi mamá llamaba una vez a la semana, a veces una vez cada 15 días. No fue tan fácil para ella también porque la gente se equivoca. La gente cree que ‘vente a Estados Unidos y todo va a ser fácil’ y no es así, es muy difícil para los inmigrantes”, añadió.
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Jurka explicó: “Nuestra relación no es la relación normal de una mamá con una hija, nos ha costado tener una relación cercana. A mí me pasa algo y mi mamá no es la primera persona a la que voy a llamar, yo creo que no está ni siquiera en mi top 5 de personas a las que voy a llamar para contarles algo.
“Llamo primero a mi suegra o a la mamá de mi mejor amiga antes de llamar a mi mamá. Cuando me pasa algo, cuando me siento triste y cuando necesito oración nunca ella está en mis primeros lugares y me he ido como yo empujándome a que tengo que lograr esa relación, recuperar todo el tiempo perdido y ella también. Ella me manda mensajes todos los días, tratamos de hablar lo máximo que podemos y ha ido mejorando, pero sí es un proceso que todavía es un proceso”, comentó.