El diario británico Daily Mail reveló que la propiedad que colinda con la de la pareja pertenecía a Stanley McCormick, un hombre del siglo XIX que era esquizofrénico y adicto al sexo.
Stanley tenía obsesiones sexuales, mostraba episodios de violencia y era considerado una amenaza para las mujeres. Su esposa y hermana se mantenían alejadas de él por temor a que les hiciera daño, mientras él permanecía confinado en el segundo piso de la mansión.
McCormick era obligado a dormir con un arnés de cuero, para evitar que se tocara o lastimara, según se publicó en la novela Riven Rock de TC Boyle en 1998.
Si lo antes descrito parece escalofriante, aún hay más. Según señala el diario británico, en la mansión colindante se instaló un laboratorio de primates, pues la familia contrató a un científico que prometió curar a McCormick.
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Millonaria compra
The Times consultó a expertos en bienes raíces, quienes indicaron que el valor de la mansión de Harry es mayor a los 14 millones de dólares.La propiedad tiene 1,300 metros cuadrados y se encuentra en dos hectáreas de superficie. Está ubicada en el barrio de Montecito. Además, tiene nueve habitaciones y 16 baños.
A Harry y Meghan los persigue la polémica donde quiera que vayan, pues también se dijo que la mansión del hijo de la fallecida princesa Diana, está construida sobre un terreno inestable.