El duque y la duquesa Sussex han vivido parte del tiempo desde noviembre en una mansión al lado del mar en la provincia de Columbia Británica, en el oeste del país.
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El mes pasado, ambos provocaron una conmoción al dejar su papel en la familia real británica.
La real policía montada de Canadá se ha hecho cargo de la seguridad de la pareja en ese país bajo la convención internacional de personas protegidas.
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Pero eso terminará en las 'semanas que vienen, de acuerdo con el cambio de su estatus', dijo en un comunicado.
Los canadienses han recibido con agrado a los fugitivos de la realeza.
Los monárquicos locales consultados por la AFP están entusiasmados, mientras que compañías turísticas están atentas a las perspectivas de un aumento de la atención mundial sobre la pareja.
Sin embargo, una encuesta reciente reveló que el 77% de los contribuyentes canadienses no están dispuestos a pagar sus gastos de seguridad.
