Fue una ardua lucha contra las pastillas, la fama el inconformismo ocasionado por una caótica vida familiar, la que vivió Cara Delevingne, la modelo más cotizada de los últimos tiempos, que concedió una entrevista íntima a la revista Esquire para dejar al descubierto sus lados más ocultos y oscuros, y no solo eso, también posar totalmente desnuda.
“Todos quieren a Cara” es el título que incita a conocer su faceta aún no explorada en la edición de septiembre de esa revista que muestra a la celebridad tal como Dios la trajo al mundo. Bajo su nuevo apodo como “la nueva Kate Moss”, Delevingne no es una modelo convencional, tampoco le preocupan los típicos afanes de sus homólogas, ya que no le llama la atención coleccionar ropa y tampoco considera que su belleza es única, como sí lo cree el resto del universo a su alrededor.
“Modelar no es algo que ame. Nunca fue una pasión”, aclara. En la entrevista a fondo, Cara dice que “nunca gastaría mucho dinero en una cosa. Creo que es ridículo”, indica la modelo. La mujer cuyo rostro y cuerpo puede vender lo que sea -es modelo de Tag Heuer, Chanel, Tom Ford, Rimmel, Burberry, Fendi, La Perla, Saint Laurent y H&M- se muestra ante la lente del fotógrafo desnuda, como cuando paseó en un parque público sin nada de ropa.
“Era verano”, bromeó. Su entorno familiar no fue fácil. La íntima relación que mantenía con su madre, adicta a la heroína, la sometió a una profunda depresión desde sus 16 años. Cuando era pequeña no entendía qué significaba esa palabra, pues creía que era un juego de “héroes y heroínas”. En sus años de adolescente, todo cobró sentido.
“Fui suicida. No podía lidiar más con eso. todo lo que quería era morir”, confiesa la mujer de 23 años. “Hay tantas jovencitas que crecen tan rápido, sexualizándose desde tan temprana edad, gastan demasiado tiempo en sus teléfonos. Me deprime tanto”, concluyó