Según publicó el Daily Mail, la pequeña hija de los duques de Cambridge 'está obsesionada con los ponys', un gusto que al parecer fue heredado de la reina Isabel II, su bisabuela.
El problema de sus exóticos gustos es que su padre considera que su hija está demasiado pequeña para cuidar a un caballo, por lo que entregarle ese regalo en Navidad es una misión imposible.
A pesar de la negativa, la princesa Charlotte mantiene sus ganas de tener un pony, así como la soberana tuvo a Peggy cuando tenía cuatro años.
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¿Y qué quiere George?
El hermano de la princesa Charlotte pidió algo más sencillo. En su carta a Santa Claus la petición es una raqueta de tenis y equipación para fútbol.Aunque cada uno lanzó sus peticiones, lo más probable es que reciban un regalo conjunto. Sus padres estarían pensando darles un set de cocina para que le den rienda suelta a su imaginación con las artes culinarias.