EDIMBURGO, INGLATERRA.- Desde el pasado 8 de septiembre que murió la reina Isabel II a sus 96 años se activó el protocolo “London Bridge is down”, por lo que se inició con su funeral, tal y como ella lo estableció.
Dos días después de su muerte, los restos de la monarca más longeva de Reino Unido salieron desde Balmoral e hicieron un recorrido de seis horas por Escocia, desde entonces se han hecho varios actos en su nombre.
Sin embargo, uno de los más conmemorativos hasta el momento fue el realizado el lunes 12 de septiembre en el interior de la catedral de Saint Giles.
Se trata de la Vigilia de los Príncipes, una tradición que comenzó con la muerte de Jorge V en 1936 y que involucraba solo a los hijos varones del monarca fallecido. En ese momento, el entonces rey Eduardo VIII, Albert -papá de Isabel-, Henry y George realizaron una guardia de unos 15 minutos ante el féretro de su padre y se realizó en las más completa privacidad.
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Según esta costumbre, solo los hombres velaban el cuerpo del rey en un silencio religioso. La segunda vez que se observó este mismo hecho fue tras la muerte de la reina Madre, Isabel Bowes-Lyon en 2002.
En aquel momento sus cuatro nietos, Carlos III, el príncipe Andrés, el príncipe Eduardo y David Armstrong-Jones, montaron guardia frente al ataúd por 20 minutos.
Con el príncipe Felipe no se pudo realizar debido a las restricciones de la pandemia por el covid-19 y por petición propia.
Princesa Ana rompe el protocolo
Con la muerte de Isabel II, su primogénito subió al trono de Inglaterra y ya se han comenzado a evidenciar algunos cambios.
Y es que rompiendo el protocolo y la tradición de que solo hombres participaran en la Vigilia, en esta ocasión la princesa Ana, la única hija de Isabel montó guardia junto a sus tres hermanos.
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La Princesa Real se paró por 15 minutos en completo silencio junto a sus hermanos el rey Carlos III, el príncipe Andrés y Eduardo. Además de los arqueros de la Compañía Real.
Esta es la primera vez que una mujer forma parte de la Vigilia de los Príncipes, lo que sin duda marca un antes y un después en la tradición.
La princesa también caminó junto a sus hermanos detrás del féretro de la reina utilizando uniforme militar.
Guardiana del féretro
La princesa Ana, única hija de Isabel y Felipe, acompañó y trabajó para su madre durante su reinado al frente de Inglaterra.
Ana, compartía muchas pasiones con su madre, pero la principal fue su amor por los caballos.
La Princesa Real ha sido conocida también por tener un fuerte carácter y por el discreto cumplimiento de sus funciones monárquica, sin embargo, con la muerte de su madre se ha visto el dolor y la tristeza que la invade.
Y es que desde su muerte, Ana se ha convertido en la guardiana del féretro que contiene los restos de su madre.
Con Carlos III en Londres para cumplir con sus primeras obligaciones monárquicas, Ana fue la encargada de seguir, visiblemente afectada, el cortejo de seis horas desde el castillo de Balmoral hasta Edimburgo.
Los británicos se emocionaron con su reverencia ante el féretro de su madre al llegar a la capital escocesa, en el último acto de respeto por la reina tras una vida de servicio.
También irá en el avión que conducirá los restos de la soberana hasta Londres.