PASADENA, ESTADOS UNIDOS.-
Kate del Castillo dijo el martes que se siente aliviada de no haber sido llamada a testificar en el juicio del narcotraficante mexicano
Joaquín “El Chapo” Guzmán, que se lleva a cabo en
Nueva York.
Pero señaló que no se arrepiente de haber organizado una reunión entre Guzmán y Sean Penn en 2015, aunque las repercusiones provocaron que no pudiera visitar y trabajar en su natal México por más de tres años.
Tuvo que grabar la secuela de su telenovela “La Reina del Sur” de 2011 fuera del país, y una doble filmó sus escenas situadas en México, comentó en una reunión de críticos de televisión.
La actriz dijo que finalmente pudo regresar a su país la Navidad pasada, pero comentó que tuvo una experiencia inquietante a su llegada, cuando el uso de su pasaporte mexicano activó una alarma. Del Castillo, quien cuenta también con ciudadana estadounidense, dijo que pudo haber entregado su pasaporte de Estados unidos para entrar a México pero que insistió en usar el documento de su país de origen.
“Me impactó”, dijo, y agregó que estuvo detenida por 20 minutos mientras los funcionarios iban y venían a toda prisa. Relató que en ese momento solo pensaba: “Oh Dios, me van a arrestar ahora mismo o me van a regresar a Estados Unidos”.
Cuando la dejaron irse, disfrutó visitar a sus padres.
“Dormí en medio de ellos... Necesitaba eso. Soy una mujer de 46 años, pero sentí que tenía 7”, dijo.
En 2017, Del Castillo presentó una denuncia de derechos humanos en la que alegó que no pudo viajar a México por cuestiones de trabajo porque sus comunicaciones con Guzmán estaban bajo investigación.
En diciembre, anunció que demandaría a exfuncionarios mexicanos por 60 millones de dólares por “daños morales y materiales”, en lo que ella llamó “una persecución política” en su contra.
Del Castillo acusó a los fiscales del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto de filtrar información que insinuaba que ella podría estar vinculada con el tráfico de drogas o relacionada sentimentalmente con Guzmán, algo que dijo le costó su carrera como actriz.
Las autoridades mexicanas investigaron a Del Castillo luego de la reunión que organizó entre el entonces fugitivo Guzmán y Penn, quien escribió un artículo para una revista sobre el encuentro. Del Castillo los presentó porque tenía pensado hacer un documental o una película sobre la vida de “El Chapo”, algo que el año pasado dijo ya no está en sus planes.
Guzmán está siendo juzgado en Nueva York por cargos de asociación delictuosa relacionados con drogas y homicidios que sus abogados afirman son fabricados.
Del Castillo dijo que el trabajo ha evitado que siga de cerca el juicio y agregó que está “feliz” de no estar involucrada en él.
Pero señaló que no se arrepiente de haber organizado una reunión entre Guzmán y Sean Penn en 2015, aunque las repercusiones provocaron que no pudiera visitar y trabajar en su natal México por más de tres años.
Tuvo que grabar la secuela de su telenovela “La Reina del Sur” de 2011 fuera del país, y una doble filmó sus escenas situadas en México, comentó en una reunión de críticos de televisión.
La actriz dijo que finalmente pudo regresar a su país la Navidad pasada, pero comentó que tuvo una experiencia inquietante a su llegada, cuando el uso de su pasaporte mexicano activó una alarma. Del Castillo, quien cuenta también con ciudadana estadounidense, dijo que pudo haber entregado su pasaporte de Estados unidos para entrar a México pero que insistió en usar el documento de su país de origen.
“Me impactó”, dijo, y agregó que estuvo detenida por 20 minutos mientras los funcionarios iban y venían a toda prisa. Relató que en ese momento solo pensaba: “Oh Dios, me van a arrestar ahora mismo o me van a regresar a Estados Unidos”.
Cuando la dejaron irse, disfrutó visitar a sus padres.
“Dormí en medio de ellos... Necesitaba eso. Soy una mujer de 46 años, pero sentí que tenía 7”, dijo.
En 2017, Del Castillo presentó una denuncia de derechos humanos en la que alegó que no pudo viajar a México por cuestiones de trabajo porque sus comunicaciones con Guzmán estaban bajo investigación.
En diciembre, anunció que demandaría a exfuncionarios mexicanos por 60 millones de dólares por “daños morales y materiales”, en lo que ella llamó “una persecución política” en su contra.
Del Castillo acusó a los fiscales del gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto de filtrar información que insinuaba que ella podría estar vinculada con el tráfico de drogas o relacionada sentimentalmente con Guzmán, algo que dijo le costó su carrera como actriz.
Las autoridades mexicanas investigaron a Del Castillo luego de la reunión que organizó entre el entonces fugitivo Guzmán y Penn, quien escribió un artículo para una revista sobre el encuentro. Del Castillo los presentó porque tenía pensado hacer un documental o una película sobre la vida de “El Chapo”, algo que el año pasado dijo ya no está en sus planes.
Guzmán está siendo juzgado en Nueva York por cargos de asociación delictuosa relacionados con drogas y homicidios que sus abogados afirman son fabricados.
Del Castillo dijo que el trabajo ha evitado que siga de cerca el juicio y agregó que está “feliz” de no estar involucrada en él.