Tegucigalpa, Honduras
El cineasta y productor Mathew Kodath es sin duda alguna uno de los rostros responsables de la masificación del cine hondureño en los últimos años. Con su película “Amor y frijoles” de 2009 se marcó un antes y después, con un modelo de estreno y exhibición que el resto de películas han seguido hasta hoy. Además su casa productora Guacamaya Films llevó por primera vez una serie hondureña, “Expedientes criminales”, al gigante del streaming Netflix. En entrevista con EL HERALDO, el cineasta comenta sobre sus últimos proyectos, además de los avances de la ley de cine en Honduras, un proyecto que acompañó desde sus inicios.
La industria del cine hondureño ha cambiado en los últimos 10 años, ¿cuál ha sido la evolución que se ha tenido? Desde el 2009 que fue cuando yo entré a la industria con “Amor y frijoles”, lo que más me impresiona es el espíritu de emprendedurismo que existe en nuestra industria. Somos el país que genera más estrenos cada año, durante los últimos tres años en especial. Este 2020 se perfilaba como uno de los grandes con más de 10 películas en las salas de cine. Con la nueva ley esperamos que esto sea un motor que impulse la industria y llegar a un escenario en donde podemos tener una película hondureña en cine cada tres semanas.
También estuvo acompañando la ley de cine desde su creación hasta su aprobación, ¿cómo fue todo este proceso? En el rubro en general siempre sentí la necesidad de traer un poco de sostenibilidad en Honduras y tuvimos la oportunidad de tener excelente representación en el Gobierno actual para apoyar a ambas asociaciones en el país, tanto como Linterna Mágica y la de la Industria Cinematográfica Hondureña. Armamos un esfuerzo en conjunto para hacer esta ley que se convirtió en realidad en un tiempo rápido.
En sus propias palabras, ¿cómo podemos resumir esta ley? ¿Qué es lo que contempla a grandes rasgos? ¿Y cómo beneficiará a la comunidad de cineastas? Para mí uno de los grandes beneficios de la ley es dar espacio para los dos tipos de cine que necesita un país para crear una industria. El cine comercial dirigido para entretenimiento para el gran público y el cine artístico, enfocado para festivales y espacios similares. Para el cine comercial hay incentivos fiscales, eso es muy bueno porque estimula a que el sector privado invierta en el cine, así aliviando un poco la presión de buscar patrocinadores y evitamos cargar con publicidad las películas nacionales. Por otro lado, tenemos los aportes económicos con concursos y solicitudes que entregaría la Dirección Nacional de Cine con base en evaluaciones técnicas a los proyectos que son más de inclinación artística. Esto permite que la industria pueda tener algo para todos y no cerrarles las puertas a nadie. Puedo decirlo con toda seguridad, la ley de cine en Honduras es proindustria. La ley de por sí sola trata de generar una no dependencia de los cineastas al Estado y premia mucho el espíritu de emprendedurismo.
Y dentro de la ley, ¿cómo se contempla la distribución de cine?, la cual sigue siendo uno de los grandes retos a superar para los cineastas hondureños. Uno de los mayores retos que siempre hemos tenido en Honduras es que al ser una industria tan pequeña todos hemos asumidos este rol de la distribución y mucha veces uno termina midiendo el éxito de las película con su capacidad de distribución y eso no debe ser así. Por eso existe gente que son especializados en distribución. En nuestra caso a nuestros cineastas le ha tocado esta labor y no es correcto porque luego terminan teniendo problemas con los distribuidores. La ley tiene ciertos componentes que tendría mucho de ayuda para cines y cineastas a hacer este proceso con mucha más calma.
Por otro lado, este año Guacamaya Films trae dos estrenos, “Trapos Sucios” y “Amor a 266 millas”, ¿qué podemos esperar de estas producciones? La primera de ellas está lista para su estreno, el cual esperamos definir una fecha definitiva una vez que esta situación se levante, estamos contentos de cómo hemos logrado crear una producción entre Honduras y El Salvador.
Con la segunda no hemos hecho mucha bulla ya que es una producción hecha con fondos hondureños para su estreno en Estados Unidos y Puerto Rico. La película la grabamos en 15 días entre el desierto de Los Ángeles y Las Vegas, es una historia de una pareja y todo lo que pasa en este viaje, una historia de redención y segundas oportunidades. Quedamos muy contentos con el resultado, el director Benji López ha logrado un balance muy importante con esta película entre lo artístico y lo comercial.
Con Guacamaya Films llegaron con la serie “Expedientes criminales” a Netflix, ¿cómo fue esta experiencia de incursionar en streaming? Mira, son pasos muy importantes para que próximas producciones puedan llegar a una audiencia grande y no quedarnos restringidos a la audiencia nacional. Con “Trapos sucios” esperamos abrir en Estados Unidos, Honduras y El Salvador, yo creo que el componente de “hermano lejano” es muy importante ya que es una coproducción de ambos países y es muy importante llevarla por allá.
Mathew concluyó mencionando que actualmente Guacamaya Films ya tiene en preparación seis guiones para sus próximos proyectos, los cuales podrían llegar de manera anual.