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Mel Gibson: 'Hoy tengo nueve hijos que amo muchísimo. Ellos me mantienen humilde”

El aclamado actor habla de su regreso triunfal a Hollywood luego de muchos años de excesos

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04.02.2017

Los Ángeles, Estados Unidos
En una temporada donde la Academia del Oscar dejó afuera a grandes como Clint Eastwood con la película Sully o incluso Martin Scorsese con Silence, entre la lista de los nominados como Mejor director figura alguien que parecía haber perdido una guerra en Hollywood: Mel Gibson.

Atrás quedaron los escándalos del comentario antisemita a un policía o la llamada telefónica racista a una exnovia junto con ciertas acusaciones de violencia doméstica.

Y en una nueva batalla por el éxito, en una misma semana donde incluso se convirtió en padre por novena vez, fue nominado al Oscar por la película Hacksaw Ridge, casi veinte años después de haber ganado también como Mejor director con otra película de guerra como Braveheart.

¿Es verdad que en un principio se había negado a dirigir la película Hacksaw Ridge?
En realidad la rechacé dos veces. Y lo mismo había pasado con Braveheart. Pero por alguna razón, las ruedas empezaron a dar vueltas, hasta que lo visualicé como un hecho. En el caso de Braveheart ni siquiera me la habían ofrecido para dirigir, solo para protagonizarla.

¿Un actor dirige mejor cine? ¿Cómo aprendió a dirigir usted?
Quedándome en el estudio, mirando lo que pasaba, preguntando mucho. Los directores estamos para ejecutar una idea, para dudar de esa idea y ver si sale todo bien. Estamos para compartir las frutas de la victoria o el fracaso. Y todo es como un experimento científico de 30 años donde es imposible no haber aprendido algo, además de trabajar con gente buena, también.

Es estupendo, pero tampoco creo que el actor pueda dejar la actuación por completo. Lo que yo descubrí es que un buen director sabe escuchar y si un actor viene con una buena idea, hay que robársela (risas).

¿Los roces de la vida real o las polémicas que vivió en Hollywood ayudan a mejorar como actor y director?
Lo que no te mata te hace más fuerte y más duro, creo. Las experiencias de la vida, placenteras o no placenteras, torturantes o maravillosas, te condimentan y de alguna forma aprendemos de ellas. Eso espero al menos.

Eso es lo que yo trato de hacer ahora, como si guardara en un disco todo lo que pueda dejar para mis hijos, esperando que ellos puedan hacer un mejor trabajo que el mío en el futuro de esta locura de tierra rodante.

¿Qué tan buen director se considera como padre?
Supongo que como padre soy bastante protector. Todavía me acuerdo cuando nacieron mis hijos mellizos, que hoy tienen 34 años y tuve que ir a la farmacia a comprarles algo y me llevé en los brazos a otro que tenía 21 meses, porque mi esposa estaba ocupada con los mellizos.

Estábamos en Australia y nos ayudaba una enfermera de Nueva Zelanda que se iba a la casa a las cuatro de la tarde. Y en la farmacia, cuando me di vuelta por un segundo, mi bebé había salido a la calle, en medio del tráfico, porque había visto pasar a la enfermera.

En ese momento no me importó nada, no tenía tiempo, rompí todo en el camino, hasta que atrapé al bebé, para que no le pasara un auto por encima. Sí, creo que mataría por un hijo. Aquella vez tuve que disculparme con mucha gente después.

¿Y qué tan bueno es dirigiendo su vida hoy?
Es una pregunta difícil de contestar... Una de las más difíciles direcciones que tuve en mi vida fue dejar de fumar. Fue una tortura.

Es un hábito diabólico difícil de quebrar, porque las neuronas están involucradas. Mi madre creo que había fumado cuando estaba embarazada de mí. No sé, pero eso creo.

Yo tenía nueve años cuando tuve el primer cigarrillo y 45 años después, cada simple decisión artística la hice con un cigarrillo. Y no tenerlo en la mano resulta muy difícil.

¿Aprendió alguna lección después de haberse alejado tanto tiempo de Hollywood?
Estos años aprendí muchísimo, hasta a hablar bien por teléfono, con buenos modales. Y aprendí a no hablar cuando voy a tomar alcohol.

Así como hay que tener alguien que te lleve en auto, también necesitas a alguien que también hable en tu lugar. Nadie le dice algo así a ningún borracho (risas).