LONDRES, INGLATERRA.- Aunque era uno de los personajes más importantes a nivel mundial, la reina Isabel II trató de mantenerse alejada de los reflectores para opinar sobre algún tema o revelar datos de su vida personal, por lo que muchos cuestionaron esa posición.
No obstante, pocos sabían que estas reglas eran parte del protocolo de la familia real, la cual prefería mantenerse en un bajo perfil.
La idea era mantenerse firme y posicionada, sin brillar demasiado ni robarse los titulares o noticias principales con polémicas en medios de comunicación.
Fue por ello que la reina Isabel no concedió ninguna entrevista a los medios de comunicación durante sus 70 años frente al trono.
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La única entrevista sobre su corona
La única vez que decidió hablar para un programa de la BBC cuando tenía 91 años y estaba a punto de cumplir 66 años como jefa de Estado británica.
En ese entonces se limitó a brindar detalles sobre las joyas de la corona británica, la cual era un verdadero desafío portar debido a todas las implicaciones. “No puedes mirar hacia abajo para leer el discurso, tienes que levantarlo. Si lo haces, tu cuello se rompería”, contó Isabel II.
Cabe manecionar que dicha corona, llamada Imperial de Estado, fue realizada para la coronación de su padre en 1937 y cuenta con 2,868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas y cientos de perlas, así como un gran rubí.
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Muerte
La monarca más longeva de Reino Unido, la reina Isabel II, murió el jueves 8 de septiembre en su castillo escocés de Balmoral, donde solía pasar las vacaciones de verano.
A través de un comunicado, el palacio de Buckingham anunció que Isabel II murió de forma pacífica en su vivienda de Balmoral, la tarde del jueves sin brindar más detalles.
Problemas de salud
En octubre de 2021, la monarca, que recién cumplió 70 años en el trono, pasó una noche en el hospital para someterse a varias “pruebas” médicas, nunca se informó de qué se trataba.
Tras el anuncio de su problema de salud y la “preocupación” de los médicos de la reina, su hijo Carlos -heredero al trono- y su nieto William -segundo en la sucesión al trono- viajaron desde Londres hasta Escocia para estar junto a la monarca.
