EDIMBURGO, ESOCIA.- El rey Carlos III, acompañado de sus hermanos Ana, Andrés y Eduardo, encabeza este lunes la procesión fúnebre que traslada el féretro de su difunta madre, Isabel II, del Palacio de Holyroodhouse a la catedral de Saint Giles de Edimburgo para un oficio religioso.
Miles de personas se apostaron a lo largo de la Royal Mile, una avenida del centro de la capital escocesa, para contemplar el paso de coche fúnebre de Isabel II, escoltado a ambos lados por soldados vestidos con el tradicional kilt (falda) escocés.
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Sus hermanos Ana, de 72 años, y Eduardo, de 58 años, vestían también uniforme. Pero no así Andrés, de 62 años, considerado el “hijo predilecto” de Isabel II pero al que la propia monarca despojó hace meses de sus honores militares a raíz de acusaciones de agresión sexual a una menor en Estados Unidos, que se cerraron con un acuerdo extrajudicial.
Tras una ceremonia religiosa en la catedral de Saint Giles, en cuyo tejado se habían apostado francotiradores de la policía, se abrirá allí la primera capilla ardiente que durante 24 horas permitirá a los escoceses despedirse de su monarca.
“Es un gran acontecimiento, su majestad hizo cosas muy buenas en su larga vida. Será bueno saber dentro de unos años que participamos en esta parte de la Historia, siempre contaremos a nuestros hijos que asistimos”, dijo a la AFP M.J. Alrubaiee, doctorando en ingeniería de 31 años, que acudió con su mujer y su hija de dos años.
Al tiempo que empieza el último y largo adiós a la difunta monarca, el país continúa con el protocolo de instalación del nuevo rey, que horas antes se había dirigido por primera vez al parlamento en Londres.
“No puedo evitar sentir el peso de la Historia que nos rodea”, afirmó ante los Lores y los Comunes reunidos en Westminster para una sesión especial.
Su madre falleció el jueves con 96 años en el Castillo de Balmoral, residencia privada de veraneo en Escocia.
Desde entonces, el país se prepara para despedirla en un funeral de Estado que tendrá lugar el 19 de septiembre en la Abadía de Westminster, en el centro de Londres. La víspera, se pedirá a los británicos que guarden un minuto de silencio, a las 20H00 (19H00 GMT) del domingo.