El toque de queda absoluto en ambos departamentos solo tuvo efecto hasta abril, cuando la movilidad de los ciudadanos había caído en más de un 55%, una cifra histórica para dos de los departamentos más importantes de Honduras.
La Secretaría de Seguridad de Honduras ordenó el estado de sitio absoluto el 16 de marzo, cinco días después de que en Honduras se registrara el primer caso de covid-19.
Las autoridades dijeron que se trataba de una emergencia nacional, por lo que exigieron a los pobladores mantenerse en casa para prevenir el contagio.
Un mapa de movilidad del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) muestra que tuvo que pasar cinco días desde el toque de queda para que el desplazamiento de personas en Cortés y Francisco Morazán cayera en 54 y 62%, respectivamente.
Es decir que, más de la mitad de las personas estaban en sus casas, mientras que el resto aún no obedecía el toque de queda.
La medición del BID está basada en datos de la compañía Veraset, que mide el porcentaje de personas que se movilizan más de un kilómetro diario.
En este sentido, los datos analizados por EL HERALDO señalan que la disposición del toque de queda absoluto pareció favorable hasta el 12 de abril cuando la movilidad se mantenía en un -52% en ambos departamentos, pero en el país los casos ya llegaban a los 397.
El 3 de mayo, la Secretaría de Seguridad, bajo la aprobación del Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), decidió permitir la circulación de un dígito por día, según el último número de la tarjeta de identidad.
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La medida, que permitía que cada ciudadano circulara una vez cada 15 días, se debió a que los casos ya superaban los mil, es decir que el país estaba en un punto de no retorno.
“Si no hubiéramos hecho eso de forma temprana estaríamos nadando en entierros y gente en las calles. Creo que con todo, no es lo que quisiéramos porque ha tenido un alto peso social y económico en el país, pero sí ha logrado postergar esa avalancha que esperábamos de gente requiriendo hospitalización”, justificó el epidemiólogo Manuel Sierra.
Dos días después de que Seguridad permitiera la circulación de una persona cada quince días, en Cortés la movilidad pasó de -43% (el 28 de abril) a -59% (el 5 de mayo). En las mismas fechas, en Francisco Morazán la circulación cayó de un 44% a un 61%.
En ese mes, la mayoría de personas se movilizaban los martes y jueves, mientras que los fines de semana la circulación caía.
Por ejemplo, el pico más alto durante mayo se registró entre el martes 26 y jueves 28. Los datos del BID señalan que en la última fecha en Cortés la movilidad era del 57%, es decir que casi seis de cada 10 personas andaban en las calles.
En cambio, en Francisco Morazán casi la mitad de la población circulaba, pues el desplazamiento de personas era de -49%
Pero para la primera semana de junio la cifra cayó en un 39% para Cortés y un 48% para Francisco Morazán, pese a que el país se encontraba en la etapa cero de la reapertura económica, una propuesta que permitía que en la fase 1 los negocios abrieran al público bajo fuertes medidas de bioseguridad y solamente con el 20% del personal.
El gobierno hondureño dispuso que la medida iniciaría el 8 de junio y se podría retroceder si había un repunte de casos. Así sucedió.
La Unidad de Datos de EL HERALDO analizó las cifras de infectados en ese período y encontró que del 8 de junio, cuando inició la reapertura económica, al 21 de junio, cuando se suspendió la primera fase, los casos de covid-19 en Cortés casi se duplicaron (de 3,910 pasaron a 4,588).
En cambio, en Francisco Morazán se triplicaron (de 1,518 pasaron a 4,588).
Para el infectólogo Tito Alvarado esas cifras solo muestran que este proceso se realizó en un momento inadecuado, pues la curva epidemiológica estaba en ascendente-acelerada.
“Si tú sacas a la gente a las calles aunque sea paulatinamente teniendo los casos acelerados para arriba mejor hubiese sido esperar a la cumbre, bajar un poquito y allí sí”, puntualizó.
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Al analizar la movilidad de las personas se encontró que hubo un crecimiento, pero que no fue notable hasta el 9 de junio, un día después de que iniciara la reactivación económica.
Para esa fecha el desplazamiento de capitalinos fue de -46% y en Cortés de -35.
Durante esa semana la mayoría de personas circularon entre el martes y jueves. El viernes se observa que la curva comienza a caer, hasta el martes 16 de junio, cuando se mira otro pico.
El mapa de movilidad está actualizado hasta el 24 de junio, cuando en Cortés había 6,903 infectados y Francisco Morazán con 5,199 aún no se convertía en el epicentro del virus.