Coronavirus

La otra cara de la cuarentena: los hondureños que no tienen ingresos durante la emergencia

De acuerdo con la Secretaría de Trabajo, 450 mil hondureño no tendrán ingresos hasta que la situación por el Covid-19 se normalice. Pero el peor escenario es para los más de 240 mil compatriotas que no tienen empleo
11.04.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cuando Fredy Alexander pidió al gobierno durante una entrevista que quitara el estado de sitio, no pensaba en la peligrosidad del coronavirus, sino en vender sus productos para no morir de hambre.

Este hondureño era consciente de que se podía sumar a la lista de los 392 infectados por Covid-19 que se registraban hasta el viernes a las 9:00 PM, pero obtener aunque “sea 200 pesitos” era su prioridad, ya que sus tres hijos y esposa lo esperaban en casa.

Con una mascarilla de tela anaranjada cubriendo su boca y nariz, levantaba un par de parabrisas con una mano y mascarillas con la otra, para que los conductores de los pocos vehículos que circulaban miraran sus productos y, quizá, se detuvieran a comprarle.

“Ayer me fue bien, hoy no hay nada”, dijo sonriente. Luego siguió caminado, mientras el sol hacía brillar su atrigueñada piel.

No pasó ni siquiera media hora de esa conversación con Fredy cuando en las noticias aparecían imágenes de un grupo de mariachis que llegó hasta la Comisión Permanente de Contingencia (Copeco) a pedir ayuda, pues el “hambre no conoce de vergüenza”, dijo uno de los músicos.

En un solo día, más de 10 personas buscaban cómo subsistir en medio de una pandemia en uno de los países del mundo donde abunda el trabajo informal y donde cuatro de cada 10 hondureños ganan menos del salario mínimo.

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Las protestas, los intentos de saqueos y ver a personas vendiendo en las calle, aunque el país está en alerta roja, solo “desnuda la precariedad laboral del sistema”, en palabras de Ismael Zepeda, economista del Foro Social de la Deuda Externa para el Desarrollo de Honduras (Fosdeh).

Hasta 2017, en el país había 3.8 millones personas mayores de 10 años que trabajaban como empleados, en un negocio propio o con familiares, de acuerdo con la Encuesta de Hogares de ese año del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Los análisis realizados por la Unidad de Datos de EL HERALDO muestran que el 70% de estos trabajadores laboraban como ganaderos, agricultores, comerciantes, en la industria manufacturera o en la construcción.

Sin embargo, en esas mismas actividades el desempleo era superior en comparación con otras, lo que podría aumentar por el estado de sitio a nivel nacional.

Por ejemplo, la encuesta indica que 1.2 millones hondureños se dedicaban a la agricultura, ganadería o pesca, pero casi un uno por ciento, que también realizaba esas actividades, estaba desempleado.

Lo mismo pasa con la construcción, el comercio, transporte y hasta en la industria manufacturera, donde hay mano de obra, pero no trabajo. El desempleo es más notorio cuando las personas dicen que desean trabajar, pero que no encuentran dónde.

Para 2017, la tasa de desempleo era de 7.15, pero datos del INE muestran que en 2019 la cifra disminuyó a 6.04. Aún así, son 240,533 personas, que desde el pasado 19 de marzo que el gobierno decretó el toque de queda absoluto, probablemente apenas tienen qué comer.


“Cuando hay toque de queda no vendemos”, lamentó el hondureño, quien estaba a la orilla del bulevar esperando que pasara algún conductor.

“Cuando se paralizan (los empleos), como ha sucedido con la pandemia, al final dejan de tener este flujo de ingreso diario, semanal, quincenal con el que prácticamente sobrevivían y que al cerrarse ese flujo de ingreso cae en condiciones de miseria”, señaló Zepeda.

Subempleo, el principal problema

En varias ocasiones el ministro de trabajo, Carlos Madero, ha dicho que uno de los principales problemas de Honduras es el subempleo, es decir, el empleo informal y todos aquellos donde el trabajador gana menos del salario mínimo.

Y tiene razón, pues en Honduras el 44% de los hondureños ocupados forman parte del trabajo invisible, es decir, que laboran más de 40 horas a la semana pero no ganan el salario mínimo, esto de acuerdo con la Encuesta de Hogares de 2017 del INE, analizada por EL HERALDO.

Los análisis también señalan que hay un 12% que trabaja menos de las 40 horas pero que quisieran cumplir una jornada más extensa. Estos hondureños forman parte del subempleo visible.

En otras palabras esto significa que cuatro de cada diez compatriotas que dijeron estar trabajando ganan menos del salario mínimo, un problema que se agudiza con el estado de sitio y las secuelas, ya que un cartón de huevos cuesta más que un día de trabajo.

Eso sin contar los 450 mil hondureños que según la Secretaría de Trabajo se quedaron sin empleo o que no recibirán ingresos hasta que Honduras vuelva a la normalidad y ellos puedan trabajar.

“Prácticamente ellos están en la indigencia, esperanzados no solo en la ayuda gubernamental sino de las personas, de los familiares, allegados o hasta un desconocido”, mencionó Ismael Zepeda.

Desde finales de marzo, el gobierno entrega comida a los hogares afectados por la cuarentena, sin embargo, muchos cuestionaron que era insuficiente. Se trata del llamado 'saco solidario', donde -según las autoridades- facilitan raciones básicas de alimentos para 15 días.

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El problema, de acuerdo con los expertos, es que el 59.3% de la población hondureña vive en condición de pobreza o pobreza extrema y en muchos casos, en esos hogares comparten hasta 10 personas, lo que significa que esa comida apenas dura un par de días.

Debido a la gravedad de la situación por el Covid-19, la Secretaría de Seguridad extendió el toque de queda absoluto hasta el 19 de abril. De lunes a viernes los hondureños podrán abastecerse de comida, gasolina o ir al banco, según la terminación de su número de identidad.

La medida de las autoridades señala que el lunes podrán circular las personas cuyas identidas terminen en 1 y 2; el martes en 3 y 4; el miércoles 5 y 7; el jueves 7 y 8; mientras que el viernes le toca a las terminaciones 9 y 0.

Cortés, Colón y el municipio de El Progreso, en Yoro, son excepción a la regla anterior. Para los residentes de esta zona la salida será un dígito por día, a lo largo de diez días (revisa aquí los días).

Aunque parece un alivio para muchos, enfrente de los bancos, supermercados, farmacias o semáforos, decenas de personas, con apenas una mascarilla cubriendo su boca, se exponen al contagio del virus para pedir un par de lempiras o vender productos adaptados a la situación de emergencia que vive el país.

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