Tegucigalpa, Honduras.- Con el 60% de las actas procesadas, el Consejo Nacional Electoral (CNE) contabilizaba unos 197 mil votos nulos o en blanco, una cifra que supera los sufragios obtenidos de forma individual por siete de los diez precandidatos presidenciales de las elecciones primarias 2025.

Incluso, los sufragios no válidos casi igualan la suma de los votos alcanzados por seis preaspirantes a la presidencia, según un análisis de la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus a partir del conteo parcial de actas.

Los votos nulos y blancos están muy por encima del registro de los nacionalistas Roberto Martínez (4,350 votos) y Jorge Zelaya (9,412).

Los liberales Maribel Espinoza y Luis Zelaya, con 21,564 y 22,767 marcas respectivamente, también están lejos de ese nivel.

Igualmente, Rasel Tomé (Libre), con sus 34,593 votos, está muy distante.

Ana García (Partido Nacional), con mejor rendimiento (110,215 votos), tampoco compite con los votos nulos y blancos.

Incluso, Jorge Cálix, uno de los más votados (126,155) y que figuró con posibilidades de triunfar, también es superado.

Si detrás del voto nulo o blanco estuviera una precandidatura, hubiera sido la cuarta más apoyada, de los preaspirantes que se postularon a nivel presidencial.

Para el analista político Omar García, la cantidad de votos blancos y nulos “simple y sencillamente está diciendo que esa masa de voto duro que llegó está enojada con sus partidos... la gente está diciendo: ‘estamos hartos de ustedes, no nos gusta esto’”.

Basándose en “el nivel de votos que recibieron, por el nivel de votos blancos y nulos, y por el nivel de gente que no tiene preferencia por partidos”, es muy probable que, en las elecciones generales, los hondureños se inclinen por un nuevo rostro y que los candidatos tradicionales queden al margen del panorama político, sostuvo.

Incluso, este nivel de marcas no válidas constituye un mensaje para los precandidatos ganadores de las primarias (Salvador Nasralla, en el Partido Liberal; Nasry Asfura, en el Partido Nacional; y Rixi Moncada, en Libre): “esas tres personas” tienen un gran “ego”, por lo que, muy difícilmente, buscarán un aliado.

En el último corte de resultados, los votos en blanco (cuando el elector no opta por ninguna fórmula) sumaban 117,870, mientras que los votos nulos (aquellos que no pueden adjudicarse a ningún candidato) alcanzaban los 79,828.

En conjunto, ambos superan los 197,000 casos, lo que representa el 12% del total de votos emitidos en los comicios.

Este número resulta notable, ya que se aproxima a la suma de los sufragios obtenidos por seis precandidatos —Roberto Martínez, Jorge Zelaya, Maribel Espinoza, Luis Zelaya, Rasel Tomé y Ana García—, quienes en total acumulaban 202,901 marcas, lo que implica una diferencia de apenas 5,203 con respecto al saldo parcial de votos nulos y en blanco.

En el partido Libre, la proporción de voto nulo y blanco es muy llamativa: alcanzaba el 18.6% del total de marcas en ese partido, el porcentaje más elevado en la historia para ese instituto político desde su existencia.

En el Partido Nacional, estos votos representan el 9.5% del electorado participante en estas primarias, mientras que en el Partido Liberal la cifra es inferior, situándose en el 8.4%.

Lo anterior también se traduce en cada acta o mesa escrutada en Libertad y Refundación registra 19 votos nulos o en blanco, mientras que en las urnas nacionalistas ese promedio es de 10.3. En los liberales el número es de apenas 8.1.

A nivel general, estas elecciones primarias promedian 12.9 marcas no válidas por acta, lo que, de mantenerse, proyectaría un conteo final de 320,000 votos nulos o en blanco, según estimaciones de EL HERALDO Plus.

Según el analista Omar García, esto solo es un reflejo del “despertar democrático” que está teniendo la población en estos momentos, pues están pidiendo a gritos que “cambien”, sin embargo, “no quieren escuchar”.

“Este proceso dejó en evidencia que los partidos no son el montón de gente. Solo representan el 40%”, es decir, que “el 60% está en contra de ellos”, estimó.

Además, cuestionó que “en estas elecciones los tres partidos perdieron, pues alcanzan menos que la elección pasada inmediata de las internas en este sentido. El Partido Liberal y Partido Nacional que se ufanaban de que yo voy a llevar dos millones de votantes o yo tengo 1.4 millones de votantes, no van a alcanzar eso”.

Los números envían otro mensaje: los partidos o cadidatos “están obligados a hacer una alianza, de dos a uno. Si no lo hacen, van a ganar la cuarta opción, que ya se está preparando y que está viniendo, eso es lo que va a pasar”.

Esta posibilidad incrementará todavía más si los partidos políticos no “le prestan atención” a lo que la población trató de decir en las urnas en estas elecciones primarias y continúan con el mismo rumbo de los últimos años.