Tegucigalpa, Honduras. A nueve días para que los estadounidenses acudan a las urnas a elegir a su presidente número 47, la candidata demócrata Kamala Harris promete asegurar la frontera y permitir a los migrantes irregulares el acceso a la ciudadanía; mientras que el republicano Donald Trump propone una masiva deportación de los ilegales, a los que ha criminalizado.
Por el momento ninguno de los candidatos ha presentado un plan migratorio, sus líneas de pensamiento y de tratamiento del tema solamente han quedado expuestos en sus oratorias propagandística.
Sin mayor preámbulo, el tema migratorio ocupó un sitial en el discurso de los dos candidatos a la presidencia de la unión americana, incluso desplazando el abordaje de otros asuntos internacionales que también tienen que ver con la seguridad de Estados Unidos, como la guerra en Ucrania, conflicto entre Israel, Hamas y Hezbolá en el oriente próximo, así como la continuidad de Nicolás Maduro que busca seguir en la presidencia de Venezuela de forma fraudulenta.
Los encendidos y hasta xenofóbicos discursos antimigrantes del republicano, así como la retórica más moderada de Harris no asombran a Itsmania Platero, veterana defensora de derechos humanos. Recordó que en el 2018 cuando Trump era presidente dijo que los migrantes que participaban en una caravana que arrancó en Honduras y avanzaba hacia el norte eran “delincuentes”, incluso dejó entrever que era probable que el gobierno de Honduras se estuviera robando los fondos que su país le donaba para detener la migración.
También rememoró que Trump llegó a amenazar al gobierno, del entonces presidente Juan Orlando Hernández con retirarle la ayuda económica si no paraba las caravanas de migrantes.
Para ella, a pesar de las expresiones del republicano y de Harris, habrá repercusión para los migrantes, sobre todo para los hondureños como consecuencia de las políticas antimigratorias ya establecidas por Estados Unidos, sino también por la actitud confrontativa que ha tenido el gobierno de Xiomara Castro con la administración estadounidense.
Explicó que el presidente estadounidense Joe Biden, al inicio de su mandato, aseguró que apoyaría a la población migrante que ya había ingresado a su país, pero pidió a los extranjeros que no siguieran intentando ingresar irregularmente. Él habló de ayudar a los que ya estaban al interior, no a los que iban intentando ingresar. Pero con la llegada de un nuevo gobierno ¿qué va a pasar? cuestionó.
Ahora, ni Biden, ni ninguno de los candidatos presidenciales ha hablado que en su gobierno que se le prestará apoyo a la población migratoria. Más bien el actual mandatario dejará un tapete ya armado para cualquiera de los dos candidatos que gane. Ese esquema incluye las acciones a tomar ante el zipizape que ha tenido la presidenta de Honduras Xiomara Castro y el canciller Enrique Reina con la política norteamericana.
La molestia es latente, hace unos días cierto congresista llamó esbirro al canciller hondureño. Un calificativo muy amplio, muy grosero, lamentó la defensora de derechos humanos.
Considera que ya Biden ha sido muy claro al decir que se cierran las oportunidades de asilo para la población migrante, por eso ahora es más difícil que alguien pueda ingresar a Estados Unidos porque se han puesto más requisitos, hubo un endurecimiento de las leyes, así como del otorgamiento de visas.
Por otro lado, está el cierre de la parola humanitaria que contempla a los tepecianos, o sea aquellos migrantes de determinado país que gozan de un estatus migratorio temporal otorgado por el gobierno de los Estados Unidos; en igual circunstancia están los Daca, o sea aquellos que amparados en la política migratoria que retrasa la deportación de las personas que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, pero sin documentación o estatus legal migratorio, detalló Platero.
A esto, prosiguió, se suma las políticas represivas que ya están establecidas, que la mayoría se implementaron cuando Trump fue presidente y que tenían como objetivo la expulsión de mucha población migrante y el cierre de la frontera con México.
Para platero el discurso altisonante de Trump no es nuevo, pero independiente de la narrativa de cada candidato y de quien llegue al poder en Estados Unidos los indocumentados van a sufrir las consecuencias. En este momento hay un gran temor en la población migrante, dijo.
Caracterizó a Honduras tanto como un país de tránsito y expulsor de migrantes. Deploró que el gobierno bajo el argumento de que no hay recursos financieros no haga mucho esfuerzo para evitar la migración irregular y para apoyar a los migrantes retornados que quieren emprender.
Lo más terrible es que en Honduras, lejos de fortalecerse a la pequeña, mediana y a la grande empresa se ponga un estampón a los emprendedores y empresarios, pero por otro lado no se obstaculiza la prosperidad del crimen organizado, criticó. Sobre esto no entiendo por qué los empresarios se quedan callados, repudió Platero.
Posiciones
Sin estigmatizar a nadie, el discurso de Harris sobre el tema migratorio ha ido cambiando de moderado a severo en lo que va de la campaña electoral. Con esto la candidata demócrata busca cerrar la brecha con su rival que se muestra muy agresivo en esta temática.
A lo largo de la jornada proselitista ella ha planteado un plan migratorio, sin dar muchos detalles, pero en sus visitas a la frontera con México ha manifestado que endurecerá la seguridad en línea fronteriza y que quien pase ilegalmente va a sufrir consecuencias.
Por su parte Trump ha sido más virulento en el abordaje del tema migratorio y eso gusta al ala más conservadora de la comunidad estadounidense, a quien no le ha importado que un jurado en mayo de este año haya encontrado al magnate culpable de falsificar registros contables para ocultar el pago de un soborno a la actriz de cine porno Stormy Daniels, con el de evitar que este caso afectara su campaña a la presidencia en 2016. Como este caso y otras tres acusaciones que estarían en marcha, no impidieron que el republicano se postulara a un segundo mandato, entonces regresó con una ofensiva que infunde temor en unos y esperanza en otros.
En esta campaña, al republicano no le ha interesado confirmar si sus señalamientos son ciertos o falsos. Ha calificado a los migrantes de come perros y gatos, de delincuentes y criminales.
En uno de sus mítines la emprendió contra los migrantes venezolanos, señalando que en este país redujo los delito y crímenes expulsando a sus asesinos y les advirtieron que si regresaban los liquidarían y ahora el pueblo estadounidense tienen que “convivir con esos animales, pero no por mucho tiempo.
Temor y obligaciones
Según César Castillo, coordinador del Observatorio de Migraciones de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en la campaña electoral norteamericana hay dos posiciones muy diferentes en los discursos sobre el tema migratorio, preocupante para la población migrante y la que desea migrar de no poder regular su situación si llega Trump o Harris al poder.
Él es del criterio que en Estados Unidos el discurso de un candidato es la posición del partido y “el discurso de Trump que ya lo conocemos, es bastante fuerte, muy nacionalista y muy antimigrante, al nivel de la criminalización, bastante complicado desde el punto de vista de derechos humanos”.
Esa narrativa es preocupante para la comunidad migrante, no solamente para la latina, sino de las diferentes nacionalidades, porque “estamos hablando de que la migración es un derecho humano, pero en este caso hay una fuerte campaña antimigrante”, reflexionó Castillo.
En cambio, describió que las comparecencias de Harris, actual vicepresidenta, siempre ha sido de más de respeto a los derechos humanos, de trabajar con las poblaciones migrantes, de dar reconocimiento por ejemplo a los dreamers o jóvenes soñadores, abarcando también los procesos de TPS con algunos países, así como de tratar de regularizar la condición de cierta población indocumentada.
Esto no significa que el gobierno demócrata no se han aplicado leyes a través de los gobernadores, o sea que no se han deportado las personas que han ingresado ilegalmente a Estados Unidos. Las deportaciones han seguido y seguirán independientemente de quien asuma el poder.
Frente a esa realidad en Estados Unidos, Castillo llamó al gobierno hondureño a mejorar las condiciones de vida de la población, a trabajar de manera conjunta con todos los sectores para reducir la inseguridad, el desempleo y la pobreza, factores estructurales que obligan a los hondureños a buscar oportunidades en otros países.