Tegucigalpa, Honduras
El gusanito de seguir en el poder ha contagiado al 76.8% de los alcaldes de todo al país.
Lo anterior significa que de 298 jefes municipales, un total de 229 van por la reelección.
Así los revela un informe elaborado por la Asociación de Municipios de Honduras (Amhon) al que tuvo acceso EL HERALDO.
Registros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) indican que el Partido Nacional es el que más alcaldías ganó en el proceso electoral general de 2013.
En la actualidad, los cachurecos gobiernan en 183 municipios del país, esto significa el 61.4% del total.
De esta cantidad, 140 buscan la reelección, unos por segunda y otros por tercera ocasión como Raúl Alfredo Ugarte, de Pimienta, Cortés, según la dirigencia de este instituto político.
En segundo lugar está el Partido Liberal, que ejerce el control en 83 corporaciones municipales de Honduras, es decir, en el 27.8% del total. Para este proceso electoral son 66 alcaldes liberales que intentan quedarse gobernando durante los próximos cuatro años.
Son dos los grandes líderes locales del Partido Liberal. Carlos Miranda, en Comayagua, Comayagua, quien ha sido reelecto en cinco ocasiones y ahora va por su sexto proceso consecutivo.
Mientras que en la ciudad de Choluteca, Choluteca, Quintín Soriano ya cumplió 12 años al frente del gobierno local y ahora aspira a los 16 con un cuarto período.
El partido de más reciente creación es Libertad y Refundación (Libre), que ya cuenta con 31 alcaldes, que representan el 10.4% del total, y de estos 22 buscan ser reelectos por un segundo período.
Quien de forma impresionante se ha mantenido por cuatro períodos consecutivos al mando la corporación municipal de Nueva Armenia, Francisco Morazán, es el alcalde Roberto López. Este jefe edilicio es el único vigente por el Partido Demócrata Cristiano de Honduras (PDCH).
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Obras
El analista político Edgardo Rodríguez consideró que la reelección de los alcaldes obedece al desarrollo municipal que haya ejecutado durante su período de gobierno.
Además, en los municipios se ha entendido que cuatro años es un período corto para poder hacer las obras que la localidad necesita.
En ese sentido, “cuando un alcalde ha hecho bien las cosas la ciudadanía corresponde renovándole el mandato, porque la gente quiere que se continúe con las buenas obras”.
Para Rodríguez, en los municipios el voto no es duro, ya que la gente no vota por el partido, sino que por los resultados del trabajo que desarrolle el funcionario municipal y porque haya hecho una administración sana de los recursos.