Según el último reporte en poder de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), al menos 99 hondureños habrían perdido la vida de diferentes formas, principalmente ahogados y soterrados; además, se estima que hay 4,566,537 personas afectadas por ambos eventos naturales, pero advierten que ese número seguirá creciendo.
El jefe nacional del Sistema de Comando de Incidencias de Copeco, Marvin Aparicio, dijo a EL HERALDO que pese a que ya pasó un mes desde el ingreso de Eta, 'hay municipios en Honduras donde todavía no se sabe el daño, porque nadie ha podido salir a reportar lo que está pasando pues están incomunicados'.
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Esta realidad agudiza la situación, ya que no solo se trata de contabilizar daños y elaborar informes, cada cifra representa una persona o una familia que espera por ayuda.
Una tragedia difícil de superar para los hondureños
Cuando se advirtió del posible ingreso de Eta y posteriormente de Iota, los expertos vaticinaron una destrucción sin precedentes y aunque en ambos casos la furia de los fenómenos naturales fue menor a la esperada, los pronósticos de devastación no se equivocaron.Aparicio estima que al cierre del recuento más de cinco millones de hondureños saldrán afectados directa o indirectamente, lo que representa el 42% de la población total.
Por esa razón y sumado a la crisis preexistente derivada del covid-19, los analistas aseguran que Honduras tardará cerca de 10 años en recuperarse, o al menos, igualar las condiciones que tenía antes de la pandemia.
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Una de las áreas fundamentales para la recuperación es la económica, donde según el experto Claudio Salgado, el reto es muy grande, pues las actividades productivas más importantes se vieron afectadas, estas son: el comercio, la manufactura y la agropecuaria.
Frente a este panorama, los economistas prevén pérdidas de más de 10,000 millones de dólares, las que según Salgado, superan a los 5,000 millones que se reportaron tras el paso del huracán Mitch, hace 22 años.
'Uno puede estimar que los daños pueden ascender a 10,000 millones de dólares, tomando como referencia fenómenos anteriores como el huracán Mitch, pero en este momento Honduras todavía está viviendo la etapa de emergencia porque hay ciudades de la zona norte inundadas, entonces no sabemos el daño total, pero esa podríamos decir que es una estimación acertada', dijo el economista.
Las dimensiones negativas de Eta y Iota también se verán reflejados en campos como la salud y la educación, pues en un escenario de precariedad, el acceso a estos dos derechos fundamentales se ve socavado.
El aprendizaje tras la experiencia
Durante los años en los que se espera que Honduras pueda empezar a recuperarse del embate de ambos fenómenos naturales sumado a los efectos del coronavirus, los expertos temen que el país pueda verse afectado por nuevos acontecimientos de esta naturaleza, los cuales según el jefe de Incidencias de Copeco podrán ser perceptibles cada vez de forma más recurrente, 'vamos a ver este tipo de fenómenos cada 10 o cada cinco años, entonces hay que empezar a trabajar para estar preparados para esto, siempre', aseguró. Por su parte, el coordinador de la Unidad de Meteorología del Instituto de Ciencias de la Tierra, Edgard Josué Mejía, advirtió que los estragos sufridos en los últimos días se deben más a una 'vulnerabilidad social' que a la intensidad de los eventos naturales, pues 'nosotros los hondureños estamos ubicándonos en zonas vulnerables a deslizamientos e inundaciones'.Aún así, factores como la variabilidad climática y el cambio climático aportan su cuota a la destrucción generada y el último de ellos, también es responsabilidad del ser humano, por lo que urge un cambio de comportamiento y la implementación de medidas preventivas y de formación para coexistir de forma más amigable con el planeta que ocupamos.
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