EL CAIRO, EGIPTO
Los hinchas de la selección de Egipto de Mohamed Salah deberán desembolsar una pequeña fortuna para observar los partidos de los Faraones en la Copa del Mundo de fútbol, a la que vuelven tras 28 años de ausencia, dado el alto valor que puso la cadena catarí beIN para obtener el paquete de partidos de Rusia-2018.
La señal de beIN, que tiene los derechos exclusivos de difusión, ha puesto un abono juzgado muy alto y hasta casi prohibitivo para seguir en vivo al equipo dirigido por el argentino Héctor Cúper y liderado en el campo por Salah en Rusia-2018.
En un país de 97 millones de habitantes, con una inflación galopante y un salario promedio que no superan los 200 euros, la tarifa golpeará fuerte a los aficionados, así como a los bares y confiterías que quieran unirse a la fiesta para atraer más clientes.
Para observar los partidos de los Faraones, un hogar debe desembolsar 1.630 libras egipcias (unos 78 euros) por un decodificador y al menos 2.280 libras (109 euros) por un abono anual.
En Egipto, los partidos de la Copa del Mundo estarán disponibles a través de un paquete especial por un valor de 2.052 libras egipcias (97 euros), mientras que los abonados anuales pagarán un poco menos por la tanda del evento.
'¿Quiero ver a mi selección y tengo que pagar miles de libras sólo para ver un partido?', dice con bronca un hincha junto a sus amigos.
Algunos aficionados, cuyo número es difícil de comprobar, han encontrado una forma para saltar el cerco de la cadena, al acceder a los partidos de la selección de Egipto a través de sitios de internet ilegales que piratean a beIN y difunden los encuentros por streaming.
Ese abono equivale a un salario de mucha gente en Egipto', indicó con furia Mahmoud Ibrahim, un comerciante de 30 años que también quiere ver el Mundial.
Por otro lado, las autoridades han fracasado en el intento de obtener los derechos de difusión de los partidos del mundial de los Faraones, para ponerlos en la pantalla de televisión del Estado, y de ese modo intentar controlar el monopolio que ejerce la cadena catarí en el fútbol egipcio por estos tiempos.
Los hinchas de la selección de Egipto de Mohamed Salah deberán desembolsar una pequeña fortuna para observar los partidos de los Faraones en la Copa del Mundo de fútbol, a la que vuelven tras 28 años de ausencia, dado el alto valor que puso la cadena catarí beIN para obtener el paquete de partidos de Rusia-2018.
La señal de beIN, que tiene los derechos exclusivos de difusión, ha puesto un abono juzgado muy alto y hasta casi prohibitivo para seguir en vivo al equipo dirigido por el argentino Héctor Cúper y liderado en el campo por Salah en Rusia-2018.
En un país de 97 millones de habitantes, con una inflación galopante y un salario promedio que no superan los 200 euros, la tarifa golpeará fuerte a los aficionados, así como a los bares y confiterías que quieran unirse a la fiesta para atraer más clientes.
Para observar los partidos de los Faraones, un hogar debe desembolsar 1.630 libras egipcias (unos 78 euros) por un decodificador y al menos 2.280 libras (109 euros) por un abono anual.
En Egipto, los partidos de la Copa del Mundo estarán disponibles a través de un paquete especial por un valor de 2.052 libras egipcias (97 euros), mientras que los abonados anuales pagarán un poco menos por la tanda del evento.
'¿Quiero ver a mi selección y tengo que pagar miles de libras sólo para ver un partido?', dice con bronca un hincha junto a sus amigos.
Algunos aficionados, cuyo número es difícil de comprobar, han encontrado una forma para saltar el cerco de la cadena, al acceder a los partidos de la selección de Egipto a través de sitios de internet ilegales que piratean a beIN y difunden los encuentros por streaming.
Ese abono equivale a un salario de mucha gente en Egipto', indicó con furia Mahmoud Ibrahim, un comerciante de 30 años que también quiere ver el Mundial.
Por otro lado, las autoridades han fracasado en el intento de obtener los derechos de difusión de los partidos del mundial de los Faraones, para ponerlos en la pantalla de televisión del Estado, y de ese modo intentar controlar el monopolio que ejerce la cadena catarí en el fútbol egipcio por estos tiempos.