SHEFFIELD, REINO UNIDO
Las banderas inglesas se ven en coches y casas, hay pantallas gigantes preparadas e incluso el sol luce con fuerza: en Sheffield, en la considerada 'cuna del fútbol', la ilusión se ha disparado deseando que la selección de Inglaterra haga que el Mundial 'vuelva a casa'.
Los ingleses presumen de haber inventado un deporte que es el rey en gran parte del mundo pero únicamente tienen un título en su torneo más importante, el de 1966, que se jugó en su territorio. El miércoles, la generación actual juega contra Croacia en semifinales, en busca de hacer historia.
Esta ciudad con pasado industrial y siderúrgico, situada a 240 kilómetros al norte de Londres, tiene pasión por el fútbol e incluso cuenta con tres jugadores de la actual selección ( Harry Maguire, Kyle Walker y Jamie Vardy) que son originarios de allí.
'En Sheffield nos hace estar orgullosos, saber que vienen de aquí', afirma Fitsroy Turner, un obrero de la construcción de 43 años.
La reputación de cuna del fútbol viene por la fundación en 1857 del Sheffield FC, el club más antiguo del mundo de este deporte. Pero no siempre el fútbol fue motivo de celebración allí: el Sheffield Wednesday vivió en el estadio de Hillsborough una de las mayores catástrofes del fútbol, con una avalancha que provocó 96 muertos en 1989.
En la que fuera apodada la 'Ciudad del Acero', en sus días de gloria industrial, hasta un sacerdote local hizo un guiño al decidir llevar en la misa del domingo una chaqueta-chaleco como la que luce el seleccionador Gareth Southgate y que se ha convertido en uno de los símbolos del equipo e incluso del Mundial.
- ' Epicentro' -
Para la semifinal del miércoles ante los croatas se ha instalado una pantalla gigante y se espera que 10.000 aficionados ingleses vean el partido bajo una pancarta de 'Made in Sheffield', explica a la AFP Richard Eyre, responsable de la organización de eventos en la ciudad.
'Tengo la sensación que a la gente se le ha subido a la cabeza el calor y el fútbol. Esto es una locura', cuenta Jonas Bezzubovas, un repartidor de 24 años, en referencia también al sol que brilla estos días, algo a lo que la población local no está muy acostumbrada pese a que sea verano.
A medida que el equipo de los 'Tres Leones' avanza en el Mundial, el cántico ' It's Coming Home' (Está volviendo a casa), herencia de la Eurocopa que Inglaterra albergó en 1996, se convierte en todo un himno. Y cuando se habla de 'casa', en este lugar se entiende claramente que se está hablando de Sheffield.
Howard Holmes, de 71 años, se enorgullece del papel de su ciudad en la historia del fútbol: 'Os encontráis en el epicentro de todo, donde el fútbol comenzó'.
Billy Hawsham gestiona a sus 63 años una residencia en el barrio en el que creció Kyle Walker.
'Hay un sentimiento diferente con este equipo joven, sin superestrellas', estima, contraponiendo al grupo actual con otros del pasado donde sobresalían figuras mediáticas como David Beckham o Wayne Rooney.
La ciudad está claramente inmersa en la euforia mundialista e inusualmente unida, en un lugar donde los derbis entre los dos clubes vecinos y rivales (Sheffield Wednesday y Sheffield United) son especialmente tensos.
'Sheffield está enormemente orgullosa de su herencia para el fútbol. A lo largo de la ciudad, bares y discotecas han estado llenos desde el principio (del Mundial) para festejar las victorias inglesas', celebra Mary Lea. 'Para Sheffield, (el Mundial) está volviendo a casa', se ilusiona.
Las banderas inglesas se ven en coches y casas, hay pantallas gigantes preparadas e incluso el sol luce con fuerza: en Sheffield, en la considerada 'cuna del fútbol', la ilusión se ha disparado deseando que la selección de Inglaterra haga que el Mundial 'vuelva a casa'.
Los ingleses presumen de haber inventado un deporte que es el rey en gran parte del mundo pero únicamente tienen un título en su torneo más importante, el de 1966, que se jugó en su territorio. El miércoles, la generación actual juega contra Croacia en semifinales, en busca de hacer historia.
Esta ciudad con pasado industrial y siderúrgico, situada a 240 kilómetros al norte de Londres, tiene pasión por el fútbol e incluso cuenta con tres jugadores de la actual selección ( Harry Maguire, Kyle Walker y Jamie Vardy) que son originarios de allí.
'En Sheffield nos hace estar orgullosos, saber que vienen de aquí', afirma Fitsroy Turner, un obrero de la construcción de 43 años.
La reputación de cuna del fútbol viene por la fundación en 1857 del Sheffield FC, el club más antiguo del mundo de este deporte. Pero no siempre el fútbol fue motivo de celebración allí: el Sheffield Wednesday vivió en el estadio de Hillsborough una de las mayores catástrofes del fútbol, con una avalancha que provocó 96 muertos en 1989.
En la que fuera apodada la 'Ciudad del Acero', en sus días de gloria industrial, hasta un sacerdote local hizo un guiño al decidir llevar en la misa del domingo una chaqueta-chaleco como la que luce el seleccionador Gareth Southgate y que se ha convertido en uno de los símbolos del equipo e incluso del Mundial.
- ' Epicentro' -
Para la semifinal del miércoles ante los croatas se ha instalado una pantalla gigante y se espera que 10.000 aficionados ingleses vean el partido bajo una pancarta de 'Made in Sheffield', explica a la AFP Richard Eyre, responsable de la organización de eventos en la ciudad.
'Tengo la sensación que a la gente se le ha subido a la cabeza el calor y el fútbol. Esto es una locura', cuenta Jonas Bezzubovas, un repartidor de 24 años, en referencia también al sol que brilla estos días, algo a lo que la población local no está muy acostumbrada pese a que sea verano.
A medida que el equipo de los 'Tres Leones' avanza en el Mundial, el cántico ' It's Coming Home' (Está volviendo a casa), herencia de la Eurocopa que Inglaterra albergó en 1996, se convierte en todo un himno. Y cuando se habla de 'casa', en este lugar se entiende claramente que se está hablando de Sheffield.
Howard Holmes, de 71 años, se enorgullece del papel de su ciudad en la historia del fútbol: 'Os encontráis en el epicentro de todo, donde el fútbol comenzó'.
Billy Hawsham gestiona a sus 63 años una residencia en el barrio en el que creció Kyle Walker.
'Hay un sentimiento diferente con este equipo joven, sin superestrellas', estima, contraponiendo al grupo actual con otros del pasado donde sobresalían figuras mediáticas como David Beckham o Wayne Rooney.
La ciudad está claramente inmersa en la euforia mundialista e inusualmente unida, en un lugar donde los derbis entre los dos clubes vecinos y rivales (Sheffield Wednesday y Sheffield United) son especialmente tensos.
'Sheffield está enormemente orgullosa de su herencia para el fútbol. A lo largo de la ciudad, bares y discotecas han estado llenos desde el principio (del Mundial) para festejar las victorias inglesas', celebra Mary Lea. 'Para Sheffield, (el Mundial) está volviendo a casa', se ilusiona.