MOSCÚ, Rusia
La ceremonia del sorteo de la fase final del Mundial de Rusia-2018 (14 junio-15 julio) quedó oficialmente abierta este viernes en el Kremlin, en Moscú, por medio del presidente ruso Vladimir Putin, que prometió que el torneo será 'una grandiosa fiesta'.
'Nuestro país espera con impaciencia el campeonato y tiene intención de que pueda desarrollarse con el más alto nivel', declaró Putin en esa apertura del acto, acompañado del presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
'Haremos todo lo posible para que sea una grandiosa fiesta deportiva', pometió, antes de invitar a su país 'a todos los hinchas'. '¡Tenemos una cita en 2018!', concluyó.
Para Rusia, el sorteo de este viernes marca el inicio oficial de la cuenta atrás de menos de 200 días para ultimar los preparativos de la competición, con retos importantes: organizar la logística en el país más extenso del mundo, combatir a los 'hooligans' y el racismo, garantizar la seguridad ante la amenaza de atentados por la intervención militar rusa en Siria...
Cuatro años después de haber organizado los Juegos Olímpicos de invierno más caros de la historia en Sochi, el país ha realizado otro esfuerzo, con 11.500 millones de dólares (unos 9.600 millones de euros) destinados a la construcción y renovación de estadios e infraestructuras.
La ceremonia del sorteo de la fase final del Mundial de Rusia-2018 (14 junio-15 julio) quedó oficialmente abierta este viernes en el Kremlin, en Moscú, por medio del presidente ruso Vladimir Putin, que prometió que el torneo será 'una grandiosa fiesta'.
'Nuestro país espera con impaciencia el campeonato y tiene intención de que pueda desarrollarse con el más alto nivel', declaró Putin en esa apertura del acto, acompañado del presidente de la FIFA, Gianni Infantino.
'Haremos todo lo posible para que sea una grandiosa fiesta deportiva', pometió, antes de invitar a su país 'a todos los hinchas'. '¡Tenemos una cita en 2018!', concluyó.
Para Rusia, el sorteo de este viernes marca el inicio oficial de la cuenta atrás de menos de 200 días para ultimar los preparativos de la competición, con retos importantes: organizar la logística en el país más extenso del mundo, combatir a los 'hooligans' y el racismo, garantizar la seguridad ante la amenaza de atentados por la intervención militar rusa en Siria...
Cuatro años después de haber organizado los Juegos Olímpicos de invierno más caros de la historia en Sochi, el país ha realizado otro esfuerzo, con 11.500 millones de dólares (unos 9.600 millones de euros) destinados a la construcción y renovación de estadios e infraestructuras.