El gigante tecnológico canadiense de RIM, creador del popular y primer teléfono inteligente Blackberry, vio como el 2013 se convirtió en su “año negro” al derrumbarse sus acciones, su participación de mercado en los smartphones y su apilada reserva de dinero.
Igualmente su estrategia de vender la compañía fracasó y debió improvisar una nueva estrategia de supervivencia, aunque los expertos le auguran poco tiempo de vida, ya que su tabla de salvación, su último modelo de celular, no logró ventas masivas.
La empresa solo sigue teniendo como gran activo su popular y seguro servicio de mensajería, más valorado por los gobiernos y corporaciones por su encriptamiento, ya que el tradicional ha sido opacado por nuevos servicios libres de pago en el mundo de la Internet.