El 17 de enero, para los familiares, amigos y admiradores del productor y periodista hondureño Igor Padilla quedará marcado en su memoria para toda la vida: Esa fecha sicarios armados le quitaron la vida al talentoso compatriota.
El hecho criminal que acabó con la vida del reportero de sucesos de la televisora HCH, se produjo en horas de la tarde en la 9 calle 14 avenida de la colonia Suyapa de San Pedro Sula, zona norte de Honduras.
En esa fecha, Padilla se encontraba grabando un anuncio comercial en un restaurante, sin embargo, inesperadamente recibió una llamada de una supuesta mujer, por lo que salió del local e inmediatamente varios sujetos encapuchados le dispararon.
Tras escuchar la balacera, los amigos del comunicador lo subieron a la paila de su vehículo y lo llevaron a una clínica privada de la ciudad sampedrana, pero minutos después el médico Arturo “Tuky” Bendaña informó que este había muerto.
La explosión de la noticia enluto a la población hondureña, quien exigía a las autoridades una rápida acción para capturar a los responsables. Unas horas después la presión comenzó a dar fruto y los entes de seguridad encontraron uno de los vehículos que participó en el crimen contra Padilla.
Tras la presión de la población, la Fuerza de Seguridad Interinstitucional Nacional (Fusina), capturó a Marta Yolanda Ortez Duarte, alias “La Gorda” de 25 años de edad, a quien se presentó ante los medios de comunicación, de ser la fémina que llamó por teléfono a Igor Padilla para que lo asesinaran.
Pero un día después, “La Gorda” quedó en libertad, luego que el Ministerio Público no contara con un requerimiento fiscal en su contra en su momento se dijo que la mujer confesó que un pandillero, identificado como “El Romántico”, fue quien le dijo que llamara al productor de “Los Verduleros”.
El 18 de enero, Fusina montó un enorme operativo en la colonia La Unión, sector de la Planeta en San Pedro Sula, donde supuestamente se escondía el grupo criminal que asesinó a Igor Padilla: La pandilla 18.
En el operativo cayeron 18 supuestos mareros, entre ellos “Little Sam”, quien en septiembre del 2016 había sido trasladado a la cárcel de máxima seguridad, conocida como “El Pozo I”, de donde se informaba que se había fugado, pero no fue así, una orden por parte de los tribunales le abrió la puerta tras pagar 20 mil lempiras por el delito de posesión ilegal de armas.
Tras el escándalo mediático por el asesinato de Igor Padilla y la participación en su muerte de un pandillero liberado de El Pozo, la Secretaría de Seguridad anunció el 23 de enero que el proceso judicial y las investigaciones por la muerte del comunicador quedaban bajo “secretividad”.
Desde esa fecha hasta ahora a menos de un mes de que se cumpla un año del vil crimen del periodista, las autoridades no han brindado más detalles sobre este hecho violento que llenó de indignación a Honduras entera.