TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Prisa, adversidad y una motocicleta es una combinación que bien puede terminar en fatalidad. Aún más en Honduras, un país que enfrenta una triste realidad: las estadísticas de accidentes y muertes de motociclistas continúan en ascenso.
Para la población en general es una cifra más, pero detrás de cada uno de estos incidentes hay una historia inconclusa, una familia sumida en un profundo dolor deseando volver al pasado para estar riendo y compartiendo con una persona que no merecía enfrentarse a uno de estos accidentes, muchas veces por imprudencia de un tercero y otras, aunque duela, por una propia negligencia.
Por tal motivo, es imprescindible que todos los motoristas de estos vehículos de dos ruedas adopten técnicas de conducción seguras —sin importar si es novato o un motociclista experimentado— que lo protejan, así como a todos los conductores que diariamente transitan en las calles y avenidas.
Maniobrar en tráfico denso es una de las situaciones más críticas para cualquier motociclista. En estos escenarios, la agilidad, previsión y concentración serán claves.
Primero que todo, mantenga una velocidad constante y apropiada para poder reaccionar ante cualquier movimiento inesperado de otro conductor.
La práctica será su mejor escuela para aprender a anticipar las posibles acciones de otros motoristas, pero tampoco confíe ciegamente en su instinto; puesto que, un bache puede desviar la marcha de los demás y, consecuentemente, hacer que usted pierda el equilibrio, por ejemplo.
Otro factor que debe considerar es no circular entre dos vehículos en movimiento. Aunque este actuar no se extiende a la práctica, sea precavido porque puede quedar atrapado en el punto ciego de otro conductor y solo por estar en ese lugar, usted como motociclista, puede terminar perdiendo tiempo, dinero, salud o, incluso, la vida.
Si no puede ver la cara del motorista en el retrovisor de su automotor, significa que usted tampoco es visible para él. Cuando suceda, utilice sus luces o bocina de manera efectiva para indicar sus intenciones, y cuando rebase, hágalo rápidamente, guardando prudencia y asegurándose de que tiene el suficiente espacio y tiempo de acción para completar la maniobra.
Enfrentarse a calles con grava o arenilla suelta es peligroso por la alta posibilidad de derrapar. Para minimizar cualquier riesgo, reduzca la velocidad antes de atravesar estas áreas y procure que la motocicleta esté en marcha lenta y constante para mantener todo bajo control.
Evite los movimientos bruscos con el manubrio y aplique los frenos de forma suave y progresiva. La clave en sí, es mantener una línea derecha y eludir tambaleos o inclinaciones que desestabilicen la motocicleta. Si siente que empieza a derrapar, mantenga la calma y procure equilibrarse antes de hacer cualquier corrección en su conducción.
Subir pendientes muy inclinadas también exige un dominio técnico particular que debe enfrentar con una serie de recomendaciones. Primero, asegúrese de estar en una marcha que le permita mantener un flujo de potencia óptimo, aún más si utiliza una transmisión manual o mecánica.
Al estar en ascenso, no cambie el nivel de velocidad porque puede perder el control y el impulso. Adopte una postura balanceada al frente para equilibrar todo el peso hacia adelante, y en caso de que necesite detenerse en medio de la cuesta, use ambos frenos para evitar un retroceso involuntario.
Para reanudar la marcha, aplique el acelerador de manera controlada mientras empieza a soltar suavemente el freno y así evitar que la motocicleta se incline hacia atrás.
Indistintamente de su experiencia, la seguridad en la conducción no es una opción, sino una necesidad imperativa que en cada curva y maniobra debe prevalecer.
Cada día que encienda su motocicleta tome en cuenta que emprende un viaje que pone su vida y la de su acompañante en un juego de azar cuyo resultado puede ser mortal.