TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En el mundo de los clubes de bikers (conductores de motocicleta) no todo se trata de velocidad, el ruido de los motores o hacer acrobacias que desafían la ley.
Por muchos años, las reuniones entre motociclistas, a creencia popular, son sinónimo de bebidas alcohólicas, consumo de sustancias indebidas, carreras clandestinas o redadas policiales, pero esto no es así en la gran mayoría de familias bikers.
Para los bikers, el hecho de poder reunirse semanalmente es un escaparate del estrés que viven en sus rutinas diarias y a la vez es un momento de encuentro entre personas que comparten la pasión por las motocicletas.
Contrario a lo que muchos creen, las agrupaciones se rigen por principios de respeto al prójimo, mantener las medidas de protección para manejar los vehículos de dos ruedas y tener una ejemplar conducta para cumplir con el objetivo diario de llegar sanos y salvos a casa.
Bajo estos principios surge Samuriders, un club de bikers que cada jueves se reúne en diferentes puntos de la capital para compartir de manera responsable y vivir un momento especial al sonido de los motores de sus vehículos, los cuales son unas auténticas joyas sobre ruedas.
Una familia unida
Eran las 8:00 p.m., las calles de Tegucigalpa comenzaban a vaciarse tras el congestionamiento vial de todos los días. En medio de la poca iluminación del anillo periférico y los automóviles que realizan su marcha a toda velocidad, en una estación gasolinera resaltan bajo una tenue luz imponentes motocicletas de la marca Yamaha con diferentes niveles de cilindraje.
Tan solo llegar al lugar, el ruido de las motocicletas es envolvente. Los maravillosos ejemplares, que son cuidados como un tesoro, la buena música y el ambiente cordial, atrapa hasta a aquel que nunca ha manejado una moto.
Entre el rugido de los motores, a lo lejos emerge, acompañado por su pequeño hijo, la figura de Melvin Mejía, quien gracias al trabajo realizado en equipo con otros líderes del grupo, más una pasión de años, ha logrado hacer que todos los engranajes funcionen para que esta familia ruede con pasión.
“Estamos reunidos acá con un objetivo, hablar un poco sobre la seguridad vial, sobre todo con los motociclistas”, dice brevemente Melvin mientras termina de dar instrucciones a sus compañeros para que ordenadamente sean inmortalizados en una fotografía por el lente de Estalin Irías, fotorreportero de EL HERALDO.
Con varios años de rodar en motocicleta, Melvin recordó el surgimiento del club hace seis años, las interrupciones por la pandemia y el regreso a las calles. Actualmente, Samuriders cuenta con 52 miembros que a bordo de sus motocicletas Yamaha han recorrido el país y más allá de sus fronteras.
“Estamos generando expectativas en la gente para que puedan acercarse y puedan ver de primera mano que se siente rodar al lado nuestro, la verdad que somos familia, somos más que amigos y queremos que la gente se acerque con su motocicleta de alto cilindraje”, acotó Mejía.
“El club Samuriders nació hace seis años como una idea en Hondumotor con gente que ya le gustaba rodar en pista. El fin era ir a rodar a El Jabalí, en El Salvador (autódromo cercano a San Salvador), y así nació lo que ahora es un grupo de amigos afines a las motocicletas que también tenemos el proyecto de próximamente viajar”, agregó.
Actualmente, el grupo de conductores sigue soñando en grande y aspira a seguir ampliando la familia con el fin de crear conciencia vial bajo un entorno de hermandad y pasión por los motores.
Una sana convivencia
Al momento en que el equipo periodístico de EL HERALDO arribó a la gasolinera en donde fue pactada la cita, la impresión fue muy buena en comparación a otras visitas realizadas en el marco de la campaña Ruede Seguro.
Hombres y mujeres de diferentes edades departiendo de un momento sano al son de las risas, las amenas pláticas y la buena comida disfrutaban de una reunión que era muy especial para ellos, pues representaba mucho el hecho de poder contar su historia.
Y es que Samuriders no es un club de bikers que únicamente se reúnen para rodar juntos. Su pasión por las motocicletas los ha llevado a realizar viajes hacia otros puntos del país, forjar lazos de amistad con clubes de otros países y también realizar actividades benéficas con un eficiente motor; ayudar al prójimo.
Todo esto tiene un destino en común; regresar sanos y salvos a sus hogares para estar al lado de una familia que los espera.
“Más que todo, lo que nos diferencia es la amistad, la conciencia que tenemos al momento de rodar, el respeto al prójimo que anda en carretera. Nosotros siempre hacemos mención de que el destino más importante para nosotros es regresar a nuestro hogar”, destacó.
Melvin también se mostró abierto a que la familia de Samuriders siga creciendo. Las puertas están abiertas...
“Nosotros invitamos a las personas que andan en motocicletas a que se aboquen. Nos pueden seguir en redes sociales y les decimos que vamos a estar en tal gasolinera, ahí conoce a los líderes, rueda con nosotros y ya en un par de rodadas podemos conocer cómo es la persona para que forme parte de nuestro grupo”, agregó.
Por su lado, Alexis Valladares, quien tuvo un amor a primera vista con el motociclismo al momento de comprar su Yamaha Supertenere 1200, destaca que lo que hace único al grupo es la armoniosa convivencia.
“Lo que más disfruto es la convivencia, la amistad, conocer nuevas personas, formar lazos de amistad con el grupo. Aunque no me lo crean, tengo más amistades en este rubro que antes de tener motocicleta y realmente no me he dado la tarea de estar haciendo una vida más social. Este rubro me ha dado la oportunidad de conocer gente nueva”, dijo con una gran sonrisa a bordo de su motocicleta en la que iba acompañado por su pareja.
“Esto es un estilo de vida, las personas que lo tomamos a conciencia lo tomamos como un estilo sano. Si lo tomamos con responsabilidad, es un estilo de vida”, remarcó Alexis.
Pasión y responsabilidad
Con varios años de rodar en su motocicleta, Guillermo Tovar, un miembro de este club que tiene una pasión 24/7 por las motocicletas, resalta la sensación de libertad que produce manejar un vehículo de dos ruedas.
Guillermo, quien es instructor de manejo en la escuela para conductores de motocicletas de la empresa Yamaha, desmintió los rumores que sugieren que es un riesgo andar en estos vehículos, manifestando que mientras se haga una conducción responsable se pueden evitar incidentes que lamentar.
“Lo que más disfruto de andar en motocicleta es la sensación de libertad que te brinda, es una sensación superbonita. No hay palabras para describirla”, dijo mientras sus ojos brillaban de emoción al recordar en su mente las aventuras que ha vivido rodando de manera segura.
“Yo le hago un llamado a las personas para que se animen, que se aboquen a una escuela de manejo, en la de Yamaha hay equipo de protección, los instructores están bastante calificados”, añadió.
Del mismo modo, Melvin Mejía resalta que dentro de la comunidad biker existe mucha solidaridad, caso contrario a los conductores de vehículos de cuatro ruedas.
“La comunidad biker es muy extensa. Hay una diferencia entre las personas que utilizamos motocicleta a las que andan en vehículos. Usted ve una persona en vehículo quedada en vehículo y es raro que la gente se detenga, sin embargo, la mayoría de los biker se queda a ayudar si ve a otro que tiene problemas, hay más hermandad entre las motocicletas”, asevera.
“Una rodada es el punto en que podemos compartir con nuestros amigos y disfrutar el viaje, conocer lugares muy bonitos de Honduras. Hay que quitarle el mito a la gente de que todos los bikers son malandros, que son mal encarados, que no respetan la vía pública”, agregó.
Melvin Mejía avanzó que desde Samuriders están trabajando para que esta pasión por los motores deje de tener una mala impresión entre la ciudadanía hondureña y también para que exista un mayor respeto por parte de los conductores de automóviles.
“Creo que hay mucho trabajo por hacer y nos alegra que ya algunas empresas socialmente responsables están empezando a trabajar en eso. Creo que la información a la comunidad que maneja motocicleta, la comunidad biker, es muy importante porque definitivamente hay muchas cosas que no sabemos”, resaltó.
“Lo más importante es el conocimiento y la educación que deberíamos de tener al momento de usar nuestra moto. A los conductores les digo que manejemos con precaución, que tengamos nuestro equipo de protección en óptimas condiciones y sobre todo usemos un casco adecuado y que esté bien asegurado”, concluyó el entrevistado.