El 25 de marzo de 1990 ocurrió la tragedia del Happy Land, una desgracia que pese a haber ocurrido hace 32 años y en Nueva York, se convirtió en un duro recuerdo que marcó el corazón varias familias hondureñas. Te contamos cómo ocurrió el cruel asesinato.
87 personas perdieron la vida esa noche, un evento recordado con tristeza en el Bronx.
Pero ¿cómo ocurrió la tragedia? “Me molesté, el diablo se apoderó de mí e inicié el fuego”, confesó Julio González, responsable de la muerte de las 87 personas, en una entrevista dada a detectives en aquel momento.
Las investigaciones establecieron que el motivo del crimen fue la molestia que le causó que le denegaran el ingreso en el club del Bronx, en el cual laboraba su novia Lydia Feliciano.
El agresor compró un dólar de gasolina que esparció en la única entrada del club nocturno, en la segunda planta del edificio del 1959 Southern Boulevard y West Farms.
El sujeto, de origen cubano, prendió fuego al inmueble y observó cómo las llamas consumían el local antes de partir a su hogar, situado en las inmediaciones.
El incendio en la disco Happy Land cambió por completo las medidas de seguridad en los centros nocturnos en Nueva York.
El club nocturno, el cual, según autoridades en Nueva York, había recibido órdenes de cerrar operaciones debido a violaciones de las medidas de seguridad pactadas por la ciudad, nunca atendió las recomendaciones.
Además se crearon regulaciones en todo tipo de licencias y se dio paso a la fundación de March, agencia encargada de supervisar las actividades de estos centros de entretenimiento nocturno.
Julio González fue acusado de 174 cargos por el asesinato de 87 personas y después de 25 años encarcelado en la correccional de Dannemora, Nueva York, las autoridades del estado desestimaron su petición de libertad condicional.
El lugar era como una pista de baile en la planta baja donde les vendían las bebidas y arriba era donde les tocaba bailar a ellos, pero solo tenía una única entrada y salida, la cual fue incendiada.
Tras esos momentos trágicas nadie, a excepción del hondureño, logró salir. Las imágenes de los cuerpos en la calle frente al bar eran desgarradoras.
En la zona aún persiste un obelisco con una leyenda en memoria de las 87 víctimas de aquella siniestra noche, provocada por los celos de un hombre.
Recortes de periódico recuerdan cómo se vivió la tragedia, noticia cuya magnitud llegó a Honduras muchos días después debido a que las redes de comunicación no estaban tan desarrolladas como en la actualidad.
Algunos de los recuerdos del incendio en la disco Happy Land en donde murieron 27 personas, la mayoría de ellos hondureños.
La mayoría de los fallecidos, aunque no está claro cuantos fueron de los 87, eran hondureños, muchos de la comunidad Garífuna, del Bronx.
David Handschuh, un periodista que cubrió la tragedia. Llega año tras año a recordar a los jóvenes a los que una noche de rumba los asfixió hasta llevarlos a la tumba.
La falta de salidas de emergencia impidió a las víctimas abandonar el lugar en medio de la catástrofe.
Rubén Valladares, es el único sobreviviente de aquella noche de ira y locura desatada por el responsable del siniestro.
Con voz entrecortada sobre el infierno que cambió para siempre la vida nocturna en la Gran Manzana y quebrantó los sueños de las víctimas, en su mayoría hondureños, Rubén Valladares contó -en una entrevista con La Prensa en 2015- cómo logró sobrevivir.