Aunque poseen todos los atributos tradicionales de una ganadora, las aspirantes hondureñas se encuentran en una encrucijada peculiar. Honduras, rica en cultura y belleza natural, no siempre ha sido el foco de atención de los organizadores, patrocinadores y jurados del certamen. Desde la histórica hazaña de Pastora Pagán Valenzuela en 1955, cuando el país obtuvo su única clasificación estelar en el concurso, han pasado varias décadas.