TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Aunque en la Biblia no se habla de ellas; las alfombras de Semana Santa en Honduras se han vuelto parte de la cultura y tradición; a través de esas expresiones artísticas se resalta la espiritualidad, la fe y la devoción que tienen muchos hondureños al recordar la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.
La tradición que comenzó en la colonial ciudad de Comayagua se ha ido extendiendo a más lugares en los últimos 50 años; ciudades como Tegucigalpa, Copán, Danlí, Juticalpa, Gracias, Lempira, Santa Bárbara y algunos barrios de San Pedro Sula han adoptado la elaboración de alfombras de aserrín para conmemorar la Semana Santa.
Las alfombras son muestras de fe que se combinan con el arte popular y adornan las calles durante las procesiones del Viernes Santo, son millas de personas que cada año acuden en familia a contemplar las obras.
Este año no será la excepción y desde ya la felicidad católica, jóvenes y niños se preparan para diseñar y confeccionar las coloridas alfombras que embellecen el Vía Crucis en diferentes ciudades del país.
Orígenes históricos de las alfombras de Semana Santa
Las alfombras de Semana Santa tienen su origen en España con las procesiones del Vía Crucis , en el que las personas lanzaban flores en la calle por donde pasaba la procesión. En los años 50 la tradición llega a Guatemala y se extiende por El Salvador y Honduras, en este último país, específicamente en Comayagua, de acuerdo a historiadores.
La ciudad de Comayagua además de contar con una riqueza histórica, es donde se organizan las principales actividades religiosas que dan sentido a la Semana Mayor, siendo la cuna de la colorida tradición.
Fue allí donde se elaboró la primera alfombra de aserrín en 1963 por iniciativa de Miriam Mejía de Zapata, una salvadoreña que plasmó su arte y devoción en la icónica alfombra.
La devota católica realizó la alfombra que plasmaba en un cuadro la imagen de un cordero en la entrada de la Catedral de Comayagua, con el propósito de celebrar el nombramiento de Monseñor Bernardino Masarella como obispo de Comayagua, después de que la ciudad estuviera por casi 100 años sin obispo.
Luego pasó a elaborar una alfombra de aserrín frente a su casa cada Viernes Santo, pues por ahí pasaba el Vía Crucis.
A partir de esa fecha, las alfombras de aserrín se han popularizado al punto de convertirse en una tradición de todos los años para la Semana Santa.
Elaboración y significado de las alfombras de aserrín
La elaboración de estas alfombras comienza varios días antes de Semana Santa. Los vecinos y miembros de las comunidades se organizan en grupos para planear y diseñar la alfombra.
Los diseños de las alfombras de aserrín tienen temas religiosos y representan escenas de la Biblia. También se pueden encontrar diseños que celebran la cultura hondureña y su rica historia.
“La alfombra lo que tiene es un diseño que muestra una catequesis de un pasaje de la biblia; no es una alfombra por querer ponerle cualquier cosa, lo que se inculca es un mensaje alusivo y que acompañará a la procesión; eso se les inculca a las diferentes instituciones, familias, que quieren elaborar una alfombra no importa el tamaño, pero que traten de mandar un mensaje espiritual”, dijo Douglas Zoriano, feligrés que ha estado de cerca en la confección de las alfombras en la ciudad de Comayagua.
Técnicas y materiales utilizados en las alfombras
Para tener lista las alfombras durante el Vía Crucis del Viernes Santo, las familias meses antes de las vacaciones trabajan en el diseño de sus alfombras.
Sobre papel, los artistas elaboran figuras religiosas a base de flores, semillas y aserrín tratados de vivos colores para darle forma a estas alfombras, el aserrín se recoge de los aserraderos locales y se tiñe en diferentes colores con tintes naturales.
Una vez que se diseña la alfombra, se comienza a trabajar en su elaboración. Con la ayuda de plantillas y herramientas especiales se extiende una base de aserrín en la calle y se van agregando capas de colores. Su elaboración requiere de mucha paciencia y habilidad para lograr los detalles y la precisión que caracterizan a estas alfombras.
Los diseños de las alfombras de aserrín tienen temas religiosos y representan escenas de la Biblia. También se pueden encontrar diseños que celebran la cultura hondureña y su rica historia.
La Comunidad y participación en la creación de alfombras
La creación de alfombras, si bien es un acto de fe, en el que se representa la vida, muerte y resurrección de Jesucristo, también es una actividad que une a las familias hondureñas, grupos de la iglesia, vecinos y otros que apoyan la actividad.
“Ese es otro tema bonito, porque si hay una celebración que une a las familias, no solo cristianas, católicas, sino familias de otras denominaciones cristianas, aquí se involucran jóvenes, niños, adultos, es un ambiente sano, son la elaboración de alfombras”, apuntó Zoriano.
Actualmente, en la confección de estas obras de arte, además de la iglesia católica, también se une la alcaldía, centros educativos y empresas.
“Todos van haciendo o elaborando algo con un propósito, incluso hay algunos que lo hacen con una devoción particular de tradición de familia, lo hacen con mucha fe, devoción y con promesa o por algún milagro que Dios les ha hecho; Esas son las cosas que se pueden conocer dentro de esas celebraciones de la procesión de las alfombras”, señaló el comayagüense.