TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Invest-H desestimó una propuesta elaborada por arquitectos, ingenieros y médicos para la construcción de centros hospitalarios que hubiera significado un ahorro de 900 millones de lempiras, en comparación con la millonaria inversión que ha estado salpicada de irregularidades.
Un grupo de profesionales y gremios como el Colegio de Arquitectos de Honduras y el Colegio de Ingenieros Civiles llevaron al gobierno en abril de este año el plan, pero no fue tomado en cuenta.
Invest-H por su parte hizo un millonario negocio con una cuestionada empresa de EE UU por 1,200 millones de lempiras.
EL HERALDO tuvo acceso a la propuesta denominada “Lineamientos básicos para el diseño de centros hospitalarios temporales en atención del covid-19”, que de haber sido tomada en cuenta por las autoridades ya estuvieran en servicio y salvando cientos de vida.
Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) hizo una millonaria compra de siete hospitales móviles. Invest-H hizo el proceso sin consultar a gremios como el CAH y el Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras (CICH), que estaban culminando una propuesta para dar soluciones efectivas en la atención de la pandemia por covid-19 con arquitectos especializados en diseño de hospitales.
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En la propuesta terminada en abril participaba un grupo de médicos hondureños, así como arquitectos residentes en España y Estados Unidos, quienes analizaron los documentos y estudios generados por la OPS y compartieron experiencias de aquellos países.
Marco Bográn, extitular de Invest-H, aprobó la compra de tres hospitales móviles de 91 camas, los cuales tienen una dimensión de 2,000 metros cuadrados a un precio de 7,950,000 dólares cada uno, es decir, 198.7 millones de lempiras.
Mientras que la propuesta de los expertos hondureños tenía un costo de 30,000 lempiras por metro cuadrado, es decir, 60 millones de lempiras costaría el mismo espacio, que significan 138.7 millones de lempiras menos que los contenedores, que no se sabe cómo los están armando.
Asimismo, los hospitales móviles de 51 camas, que tampoco se sabe cuándo llegarán, tienen un área de 800 metros cuadrados y el costo por cada uno es de 5,750,000 dólares, que en lempiras representa 143.7 millones.
La solución de los entes colegiados de 800 metros cuadrados resultaba a 24 millones de lempiras, es decir, 119.7 millones menos por cada uno de los hospitales que se mandaron a construir a Turquía.
Invest-H mandó a realizar soluciones móviles con una dimensión de 9,200 metros cuadrados en conjunto, a un costo de 1,200 millones de lempiras, mientras que en Honduras con 276 millones de lempiras ya se tuvieran todos estos hospitales o centros de atención.
La diferencia es de 924 millones de lempiras, que se hubieran invertido en el equipamiento de las instalaciones y desde ya estuvieran dando servicio a la población, como sucedió en otros países de la región y el mundo.
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Construcción
La propuesta contempla tres fases, la primera consiste en conocer cómo enfrentar la pandemia desde la infraestructura y que se pudiera poner en práctica con base en los requerimientos específicos y a la estrategia del Estado.
La fase segunda establece que una vez ya seleccionados los sitios se debería realizar el proceso de diseño, particularmente atendiendo los lineamientos del CAH, y la tercera fase sería comenzar la construcción.
El equipo de expertos revisó los diferentes escenarios y el más favorable era que el pico de contagios llegaría a 6,077 casos, generando una necesidad de hospitalización a nivel nacional de 912 camas, un máximo de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de 304 camas y un mínimo de 46 camas.
El escenario más desfavorable, que es por el que actualmente camina el país, es que el pico de contagios sería de 46,270 casos y 6,941 personas sería hospitalizadas con un máximo de 2,314 en UCI y un mínimo de UCI de 347 a nivel nacional.
Ante esto, el CAH y su equipo diseñó una infraestructura tipo “espina de pescado” que contemplaba evitar en todo lo posible los contactos. Uno de los lineamientos principales es hacer una distribución de espacio, evitando el cruce de recorridos, esto definiendo claramente en todo el complejo dos grandes zonas, una de bajo riesgo y otra de alto riesgo.
Desde la etapa de detección, se atenderían varios tipos de pacientes como: los sospechosos previo a la aplicación de la prueba, mismo que se transforma en paciente confirmado o no, por lo que la relación interna de estos espacios de detección deberá cumplir con las especificaciones y distanciamiento requerido.
El paciente confirmado puede presentar un riesgo bajo y ser atendido en casa, los pacientes con un riesgo medio o moderado que requieran ser hospitalizados con exigencia de oxígeno, y los que estén en riesgo crítico, que requieran cuidados intensivos, deberán ingresar a la zona de alto riesgo.
Esta primera zona de control y detección comprende todas las áreas como vestíbulo, zonas de acceso y triaje evitando internamente el cruce de recorridos entre el paciente y el personal médico, dejando bien claro por dónde debe pasar cada quien.
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Instalaciones
Esta distribución se puede aplicar en instalaciones temporales o hacerlas desde cero en espacios abiertos, de igual forma en instalaciones existentes, como complejos deportivos o grandes naves.
La construcción puede ser gris o con carpas y también aplica para la distribución de los hospitales móviles, dotándolos de las áreas complementarias periféricas y de las instalaciones necesarias.
Para estos diseños se categorizaron a cinco clases de pacientes: los de categoría cero son los sospechosos, los uno que pueden ser atendidos en casa, los pacientes categoría dos, que requieren hospitalización con oxígeno, los de nivel tres que requieren de cuidados intensivos y los de categoría cuarto que necesitan cuidados intensivos paliativos.
Las estructuras pensadas en las categorías dos, tres y cuatro son los que necesiten de atención hospitalaria con requerimiento de oxígeno y de cuidados intensivos. Para brindar una atención efectivamente, los centros de atención deberían mantener operativos ambientes complementarios como laboratorio, cuidados intermedios, triaje, lavandería, esterilización, esclusas, áreas de desinfección, farmacia, área de desechos, morgue, cocina, vestidores, área de descanso médico, ropería, quirófanos y otros.
Para los expertos, en Tegucigalpa el Hospital Escuela se presentaba como la primera opción para acondicionarlo con todo lo requerido, asimismo el Hospital San Felipe junto al Instituto Nacional Cardiopulmonar y en San Pedro Sula, el Hospital Leonardo Martínez.
Además se contemplaba acondicionar instalaciones deportivas, grandes bodegas, universidades, centros técnicos de estudio, cámaras de comercio y edificios gremiales que reunieran las condiciones con base en lo que exige la enfermedad con servicios básicos, estacionamientos y estar cerca de los principales hospitales.
CICH: “Los primeros proyectos ya estuvieran funcionando”
La presidenta del Colegio de Ingenieros Civiles de Honduras (CICH), Claudia Zúniga, declaró que el Colegio de Arquitectos de Honduras (CAH) trabajó fuerte en la propuesta y los invitó a ellos a colaborar para dar soluciones a la emergencia en cuanto a infraestructura que ya estuviera lista.
“Nosotros pensábamos en hospitales pequeños, no solo para Tegucigalpa y San Pedro Sula, también habían otros hospitales y se podían hacer reparaciones menores que en un mes se iban a tener, o sea que ya estuvieran funcionando”, detalló.
Otras obras, que eran las mayores, se estaba hablando de cuatro a cinco meses, es decir, el mismo tiempo que llevan en construcción los hospitales móviles.
“Nosotros no queremos echarle la culpa a nadie o meterle leña al fuego. Los tomadores de decisiones son el gobierno, nosotros podemos proponer, pero si nuestras propuestas no pasan, no se escuchan, es bien difícil que nos impongamos”, refirió la ingeniera, quien aseguró que el plan fue presentado a las autoridades.