TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En la tranquila y hermosa región de Quimistán, en Santa Bárbara, se ha desencadenado una ola de eventos desgarradores, al menos 46 comunidades se encuentran aisladas, con aproximadamente 13,0000 personas afectadas y más de 2,000 familias sumidas en el caos, según un último informe debido a las fuertes lluvias que han azotado la zona.
Lo que comenzó como una bendición para una tierra sedienta de pronto se convirtió en una pesadilla para miles de familias que luchan contra la incomunicación y el hambre. Las calles que conectan estas comunidades fueron destruidas por deslizamientos de tierra, caída de árboles y crecidas de ríos.
A nivel nacional, ya son casi 56,000 personas las afectadas por la disipada tormenta tropical Pilar, un sistema de baja presión y un frente frío que golpearon a Honduras.
El reporte de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) detalló que entre las 55,839 personas afectadas, 16,481 son familias.
De estos hogares, 2,878 están damnificados, 790 fueron evacuados y 770 están albergados.
En los registros de Copeco se mantienen cuatro personas muertas producto del extinto frente frío. Hay cuatro lesionados y dos heridos.
La cantidad de afectados por las lluvias crece diariamente en la zona norte de Honduras, exactamente en el Valle de Sula que es el epicentro de todo el caos.
Los departamentos de Islas de la Bahía, Cortés, Atlántida, Santa Bárbara y Copán están en alerta amarilla, otros ocho departamentos están en alerta verde y el resto del país sin advertencias.