TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Obstáculos como la pobreza, el poco financiamiento para acceder a una vivienda o la falta de políticas de Estado han dejado solo con el sueño de tener su propia casa a miles de hondureños.
Según estimaciones de la Cámara Hondureña de la Industria de la Construcción (CHICO), en el país hay un déficit de unas 940,000 viviendas.
Para cubrir parte del problema habitacional que hay en el territorio, la CHICO considera que se deben construir cada año al menos 60,000 nuevas casas; sin embargo, la realidad es otra. Hasta el 2023, de acuerdo con sus datos, se construyeron de forma privada 29,500 nuevas casas y en 2022 el número de nuevas viviendas fue cerca de 28,000.
“Eso mitiga la problemática en alguna medida, pero no es suficiente; se necesitan unas 60,000 viviendas al año para reemplazar las que se arruinaron y las que necesitan los nuevos matrimonios, pero solo se construyen menos de 30,000, lo que quiere decir que hay un déficit de construcción de más del 50%”, señaló a EL HERALDO el director de la CHICO, Gustavo Boquín.
El experto ejemplificó que, para lograr eliminar el déficit habitacional en Honduras, se tendrían que construir al menos 100,000 viviendas cada año durante los próximos 10 años; pero “en este momento, con la carencia de políticas de Estado en materia de vivienda, es imposible”, dijo.
De acuerdo con los datos de la Cámara, en Honduras hay un problema habitacional de más de 1,640,000 viviendas, de las cuales 940,000 son de carácter cuantitativo, es decir, casas que se deben construir nuevas, mientras unas 600,000 requieren reparaciones (cualitativo).
Obstáculos
La falta de nuevos proyectos habitacionales se debe a varios factores, entre los que resaltan la escasez de fondos a largo plazo para el financiamiento de viviendas.
“Ya llevamos seis meses perdidos sin fondos de Banhprovi porque el ministro de Finanzas tomó políticas que han perjudicado a la vivienda. Él cree que está haciendo un bien, pero realmente perjudica porque no han podido acceder a viviendas, ni pequeñas ni grandes”, criticó Boquín.
Debido a esto, el presidente de la CHICO estima que, en lo que va de este año, apenas se han construido unas 5,000 nuevas casas. Otro problema son los engorrosos trámites para iniciar proyectos habitacionales, así como la falta de un organismo que regule el sector de vivienda en el país. A eso se le suma el precio de la tierra, agregó el director de la Red de Organizaciones Desarrolladoras de Vivienda Social en el país (Redvisol), Alberto Benítez.
“El alto precio del suelo para vivienda en las ciudades no permite que la gente de menos ingresos pueda hacerse de un terreno para construir su casa”, dijo. Esto ha ocasionado que muchas personas se vean obligadas a vivir en asentamientos irregulares, es decir, zonas donde hay riesgos de derrumbes o deslaves de tierra o en tierras en conflicto.
Las cifras del también exdirector de Hábitat para la Humanidad son similares a las de la CHICO; Benítez estima que en el país hay un déficit habitacional de 1,550,000 viviendas, de las cuales 550,000 son casas nuevas que deben construirse para solventar la crisis.
Problemas de viviendas
En Honduras, según la Encuesta Permanente de Hogares (EPHPM) del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) consolidada a junio de 2023, había 2,562,219 viviendas, ubicadas el 58.3% en el área urbana y el 41.7% en el área rural.
Del total, más del 70.6% (1,809,906) son propias; el 18.2% (466,383) alquiladas y un 9.6% (245,714) son prestadas o cedidas sin pago.
Los datos del INE indican que muchas de las 2.5 millones de viviendas tienen problemas con los servicios básicos. Por ejemplo, el 12.5% de las casas no tienen tubería instalada como principal fuente de obtención de agua, y el 59.3% no cuenta con inodoro conectado a un sistema de alcantarillado.
Gracias a Dios, El Paraíso, Choluteca y Valle son los departamentos que más problemas tienen con el acceso adecuado al agua.
Además, el 10.9% de las viviendas no tienen acceso al servicio de energía eléctrica pública y el 52.9% no cuentan con el servicio de recolección de basura público.
Los departamentos que tienen menos acceso al servicio de energía son Gracias a Dios y El Paraíso, donde la cobertura es del 27.3% y 73.7%, respectivamente.
La cantidad total de viviendas que hay en el país representa un total de 2,581,382 hogares, en los cuales aproximadamente el 7.8% de las personas se encuentra en condiciones de hacinamiento.
Esta preocupante cifra refleja los desafíos significativos que enfrenta el país en términos de vivienda y calidad de vida para una parte de su población, señala el INE en su informe.
¿Qué hacer?
Los entrevistados coinciden en que se requiere mayor financiamiento del Banco Hondureño para la Producción y la Vivienda (Banhprovi) para que las familias que más lo necesitan puedan acceder a una casa, así como cumplir la Ley de Vivienda que entró en vigencia hace tres años y eliminar la tramitología con el propósito de fomentar la oferta de inmuebles.
“No se logra atender el déficit de vivienda que se va acumulando año con año en la medida en que crece la población, y el crecimiento de la pobreza hace que cada año la necesidad de una vivienda crezca. Por lo tanto, la cantidad de viviendas que se construyen cada año o que se mejoran no es suficiente; es necesario más decisión política para atender el tema de la vivienda de una forma más contundente”, enfatizó Benítez.
Martha Guillén, directora ejecutiva de Hábitat para la Humanidad Honduras, explicó que existen diversos mecanismos que pueden servir para contrarrestar la problemática actual del país.
Entre sus propuestas están la creación de un banco de tierras para proyectos habitacionales, que sean tierras del Instituto Nacional Agrario (INA), del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA) y de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI).
Se plantea una mayor participación en el mejoramiento habitacional para atender el déficit cualitativo, buscando oportunidades de intervención en obras de ampliación y mejoramiento.
Además, se busca innovación tecnológica para producir opciones de vivienda distintas a las tradicionales que logren disminuir costos.
Finalmente, se propone utilizar la construcción vertical como respuesta al incremento del costo del suelo y la creación de bases técnicas para la construcción vertical y socializar bases jurídicas para la propiedad en condominio.